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La "gordofobia": Las conductas discriminatorias no son una enfermedad

Natiuska Traña [email protected] | Jueves 28 septiembre, 2023


Quizá haya conversado con conocidos o en alguna sobremesa, acerca de las declaraciones que hace algunos días realizó un influencer de alimentación y estilo de vida, en redes sociales. Dichos comentarios, insinuaron que la obesidad es simplemente el resultado de "malos hábitos" y "mala mentalidad," lo que ha generado una ola de indignación en algunos sectores y ha llevado a muchas personas a cuestionar la falta de comprensión y empatía hacia quienes luchan con el sobrepeso o la obesidad.

Perspectivas como la anterior, han encasillado dentro de una fobia el trato injusto hacia personas con cuerpos diversos y la ha denominado "gordofobia". Actualmente este término no existe en el diccionario de la RAE, pero en 1984, los especialistas B.E. Robinson, L.C. Bacon y J. O’Reilly llevaron a cabo un estudio en Minnesota con el objetivo de descubrir los estereotipos que afectaban a las personas con sobrepeso para determinar el grado de rechazo que experimentaban en sus comunidades. Los resultados de su investigación, que también revelaron una tendencia discriminatoria en estos estereotipos, se clasificaron bajo el término "Fatphobia" (fobia a la gordura) y se terminó adoptando el término culturalmente. Dicha denominación, se ha vuelto cada vez más prominente en nuestra sociedad, que está cada vez más obsesionada con la imagen corporal, consejos de fitness y dietas de moda. Sin embargo, a pesar de los avances en la promoción de la aceptación de la diversidad de cuerpos, la discriminación hacia las personas con sobrepeso u obesidad sigue siendo una realidad palpable. Pero, ¿alguna vez nos hemos detenido a considerar las causas subyacentes de la obesidad y si es justificable etiquetar a alguien como "gordo", “vago” debido a sus hábitos?

Primero, definamos: ¿qué es la gordofobia? Se ha entendido como la discriminación y el prejuicio dirigidos hacia las personas con sobrepeso u obesidad, más que al miedo a engordar o a las personas con sobrepeso. Puede manifestarse de múltiples maneras, desde comentarios despectivos y crueles hasta la exclusión social y laboral. Incluso se ha infiltrado en nuestra cultura de una manera tan sutil que a menudo pasamos por alto nuestra contribución a la misma.

El primer paso para abordar la "gordofobia" radica en su reconocimiento. Todos hemos escuchado chistes o comentarios hirientes acerca del peso de alguien en algún momento de nuestras vidas, comentarios que, aunque parecen inofensivos, alimentan la "gordofobia" y perpetúan un estigma que es profundamente perjudicial y doloroso para quienes lo reciben.

Precisamente, la "gordofobia" suele vincularse con la noción de que la obesidad es simplemente el resultado de la falta de fuerza de voluntad y de malos hábitos. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja. La obesidad es un problema multifacético con una serie de causas complejas que trascienden la mera falta de autodisciplina. Estudios como el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado en 2021, titulado "Obesity and overweight" (Obesidad y sobrepeso), demuestran que la genética, los factores socioeconómicos y la salud mental desempeñan roles significativos en el desarrollo de la obesidad.

En algunos casos, la genética desempeña un papel importante, ya que algunas personas tienen una predisposición genética a ganar peso más fácilmente que otras. Pero más allá de la genética, factores socioeconómicos como el acceso limitado a alimentos saludables y la falta de tiempo para el ejercicio debido a horarios laborales y horas extras también contribuyen a la obesidad.

La salud mental también juega un papel crucial en la obesidad. El estrés, la ansiedad y la depresión pueden llevar al consumo excesivo de alimentos como una forma de lidiar con emociones abrumadoras. Por lo tanto, en lugar de culpar y juzgar a quienes luchan con su peso, deberíamos adoptar una postura más comprensiva y buscar abordar las causas subyacentes de su situación.

La línea entre la preocupación y la discriminación es sumamente delgada y, con frecuencia, se cruza sin que lo percibamos. Si deseamos promover la salud y el bienestar de las personas, debemos hacerlo desde un lugar de empatía y comprensión, evitando el bullying y la discriminación.

Para aquellos que argumentan que la "gordofobia" no constituye discriminación y que simplemente refleja una "cruda realidad", es evidente que no están captando completamente el término. Estas actitudes hacia las personas con sobrepeso no suelen derivar del temor a la gordura o a las personas con sobrepeso, sino más bien del prejuicio y la etiqueta de "fobia" solo sirve para validar el sesgo y respaldar el rechazo, la burla y la discriminación, a menudo sin consecuencias para quien lo practica. Si verdaderamente queremos ayudar a quienes luchan contra el sobrepeso y promover su salud, es fundamental tratar a cada individuo con respeto. No es cierto que las personas reaccionen de manera positiva ante insultos y críticas severas, especialmente cuando se trata de su apariencia. La verdadera ayuda y el aprendizaje efectivo deben fundamentarse en la empatía, la comprensión y la adaptación del estilo de vida y aprendizaje de cada persona. En lugar de imponer una única estrategia, debemos considerar de manera primordial las necesidades emocionales y cognitivas de cada individuo para impulsar una mejora auténtica y duradera.

Finalmente, debemos tomar conciencia que, para promover mejores hábitos y mejor calidad de vida en las personas, la vía no es señalar con insultos o desprecio a quienes enfrentan la obesidad. El cambio de conductas y la promoción de un estilo de vida saludable deben basarse en la comprensión, el apoyo y la empatía, no en el rechazo. Es importante reconocer que el peso corporal es solo una parte de la ecuación, y que detrás de cada persona hay una historia única y circunstancias individuales que deben ser tenidas en cuenta. Abordar la "gordofobia" de manera efectiva implica no solo cambiar nuestras actitudes y creencias, sino también trabajar juntos como sociedad para crear un entorno que fomente el bienestar y la inclusión de todos, sin importar el tamaño o apariencia física.

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