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La extendida red de vigilancia de los talibanes que monitorea a millones de personas

Mahjooba Nowrouzi - Servicio afgano de la BBC | Sábado 29 marzo, 2025


Dos hombres observan las imágenes en las pantallas de un centro de vigilancia.
BBC
Miles de cámaras vigilan los movimientos de los habitantes de Kabul.

En un abarrotado centro de control, rodeado por docenas de pantallas de televisión, la fuerza policial del Talibán muestra con orgullo su red de 90.000 cámaras recién adquiridas, utilizadas para vigilar la vida cotidiana de millones de personas.

"Desde aquí vigilamos toda la ciudad de Kabul", afirma Khalid Zadran, portavoz del jefe de policía, señalando una de las pantallas.

Las autoridades dicen que la vigilancia ayudará a combatir el crimen, pero los críticos temen que se utilice para reprimir la disidencia y vigilar el cumplimiento del estricto código de moralidad impuesto por los talibanes, islamistas de línea dura que tienen reputación de imponer duros castigos según su interpretación de la ley islámica.

La BBC es el primer medio de comunicación internacional al que se le permite ver en acción el sistema.

Dentro de la sala de control, los agentes de policía se sientan en filas observando las transmisiones en vivo desde miles de cámaras, controlando las vidas de los seis millones de personas que viven en Kabul.

Desde las matrículas de los coches hasta las expresiones faciales, todo está controlado desde esta sala.

"En determinados barrios, cuando detectamos grupos de personas y sospechamos que podrían estar implicados en el consumo de drogas, actividades delictivas o algo sospechoso, contactamos rápidamente a la policía local", afirma Zadran.

"Llegan rápidamente para investigar la naturaleza de la reunión".

Durante el gobierno anterior, Kabul vivía bajo la amenaza diaria de ataques de los talibanes y del llamado Estado Islámico, así como de secuestros y robos de vehículos de alto perfil.

Cuando los talibanes retomaron el poder en 2021, prometieron tomar medidas enérgicas contra el crimen.

Un hombre con barba y una gorra señala con su dedo las pantallas que muestran las imágenes captadas por cámaras.
BBC
El vocero Talibán Khalid Zadran dice que las cámaras de vigilancia se han usado para reducir la delincuencia.

El espectacular aumento del número de cámaras de vigilancia en la capital es una señal de una creciente sofisticación en la forma en que los talibanes hacen cumplir la ley y el orden. Antes de su regreso, en la capital sólo había 850 cámaras instaladas, según un portavoz de las fuerzas de seguridad expulsadas del poder.

Sin embargo, en los últimos tres años, los talibanes también han introducido una serie de medidas draconianas que limitan los derechos y libertades de las personas, especialmente los de las mujeres.

El gobierno Talibán no ha sido reconocido formalmente por ningún otro país.

Cambio "significativo"

El sistema de vigilancia que los talibanes le muestran a la BBC en Kabul incluye la opción de rastrear personas mediante reconocimiento facial. En la esquina de una pantalla aparecen imágenes con cada rostro categorizado por rango de edad, género y si tienen barba o la cara cubierta.

"En días claros, podemos hacer zoom en individuos a kilómetros de distancia", dice Zadran, señalando una cámara que enfoca un concurrido cruce de tráfico.

Los talibanes monitorean incluso a su propio personal. En un puesto de control, mientras los soldados abrían el maletero de un auto para inspeccionarlo, los operadores enfocaron sus lentes, haciendo zoom para examinar el contenido de su interior.

El Ministerio del Interior informó que las cámaras han "contribuido significativamente a mejorar la seguridad, reducir las tasas de criminalidad y detener rápidamente a los delincuentes".

Asegura que la introducción del circuito cerrado de televisión (CCTV) y los controles de motocicletas han llevado a una disminución del 30% en las tasas de criminalidad entre 2023 y 2024, pero no es posible verificar estas cifras de forma independiente.

Sin embargo, los grupos de derechos humanos están preocupados por quién está siendo vigilado y durante cuánto tiempo.

Una mujer con el rostro y el cabello cubiertos.
BBC
Fariba teme que las cámaras se usen para vigilar el cumplimiento de las estrictas reglas de moralidad de los talibanes.

Amnistía Internacional indica que la instalación de cámaras "bajo el pretexto de la 'seguridad nacional' establece un modelo para que los talibanes continúen con sus políticas draconianas que violan los derechos fundamentales en Afganistán, especialmente de las mujeres en los espacios públicos".

La ley prohíbe a las mujeres trabajar en un gran número de empleos y hablar fuera de sus casas, aunque esto no se cumple estrictamente. A las adolescentes se les impide acceder a la educación secundaria y superior. En diciembre, mujeres que se formaban como matronas y enfermeras dijeron a la BBC que se les había ordenado no volver a las clases.

Si bien aún se las ve recorriendo las calles de ciudades como Kabul, las mujeres ahora están obligadas a usar una cubierta facial.

Vidas "en secreto"

Fariba*, una joven graduada que vive con sus padres en Kabul, no ha podido encontrar trabajo desde que los talibanes llegaron al poder. Le dice a la BBC que existe "una notable preocupación por que las cámaras de vigilancia puedan usarse para monitorear los hijabs [velos] de las mujeres".

Los talibanes dicen que solo la policía de la ciudad tiene acceso al sistema de vigilancia y que el Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, la policía moral talibana, no lo utiliza.

Pero Fariba teme que las cámaras pongan aún más en peligro a quienes se oponen al régimen talibán.

"Muchas personas -especialmente ex miembros del ejército, defensores de los derechos humanos y mujeres que protestan- tienen dificultades para moverse libremente y a menudo viven en secreto", dice.

Human Rights Watch, por su parte, recuerda que Afganistán no tiene leyes de protección de datos vigentes para regular cómo se almacena y utiliza el material de CCTV recopilado.

La policía dice que los datos se conservan solo durante tres meses, mientras que, según el Ministerio del Interior, las cámaras no representan una amenaza para la privacidad ya que "son operadas desde una sala especial y completamente confidencial por una persona específica y profesional a cargo".

Las cámaras parecen ser de fabricación china.

La sala de control y la marca en las transmisiones que vio la BBC llevaban el nombre de Dahua, una empresa vinculada al gobierno chino. Varias informaciones han afirmado que los talibanes estaban en conversaciones con Huawei Technologies de China para comprar cámaras pero la empresa los ha negado.

Los talibanes se negaron a responder a las preguntas de la BBC sobre dónde obtuvieron el equipo.

Una mujer con la cara y el cabello cubiertos.
BBC
Sheila cuenta que le pidieron que pagara por la instalación de las cámaras.

Parte del costo de la instalación de la nueva red recae sobre los afganos a los que vigila el sistema.

La BBC habló con Shella* en su casa en el centro de Kabul. Contó que le pidieron que pagara por algunas de las cámaras instaladas en las calles cercanas a su casa.

"Exigieron miles de afganis a cada hogar", dice. Es una gran cantidad en un país donde las mujeres que tienen trabajo pueden ganar solo alrededor de 5.000 afganis, unos US$68 dólares, al mes.

"Donaciones"

La situación humanitaria en Kabul, y en Afganistán en general, sigue siendo precaria después de años de guerra. La economía del país está en crisis, pero la ayuda internacional se ha detenido en gran medida desde que los talibanes volvieron al poder.

Según las Naciones Unidas, 30 millones de personas necesitan ayuda.

"Si las familias se negaban a pagar, las amenazaban con cortes de agua y electricidad en tres días", añade Shella. "Tuvimos que pedir préstamos para cubrir los costos".

"La gente se muere de hambre, ¿de qué les sirven estas cámaras?", se pregunta.

Los talibanes dicen que quienes no quieran contribuir pueden presentar una queja oficial.

"La participación fue voluntaria, y las donaciones fueron de cientos, no de miles", insiste Khalid Zadran, portavoz de la policía talibana.

A pesar de las garantías, los activistas de derechos humanos tanto dentro como fuera de Afganistán siguen preocupados por cómo se utilizará un sistema de vigilancia tan poderoso.

Jaber, un vendedor de verduras en Kabul, dice que las cámaras representan otra forma en que se hace sentir impotentes a los afganos.

"Nos tratan como basura, nos niegan la oportunidad de ganarnos la vida y las autoridades nos consideran inútiles", dijo a la BBC.

"No podemos hacer nada".

*Los nombres de las mujeres entrevistadas para este artículo fueron cambiados por su seguridad.

Con información adicional de Peter Ball.

Raya.
BBC

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