La efervescencia social
Siany Villalobos [email protected] | Martes 02 julio, 2019
Cuesta entender como el Gobierno de la República insiste en la autorización de $2.500 millones de eurobonos, y no acepta la oferta de aprobar la autorización de $ 1.500 millones como lo ha decidido la mayoría de los señores y señoras diputados en la Comisión de Asuntos Económicos.
No es comprensible que continúen con tal insistencia luego de que la ministra de hacienda, la señora Rocío Aguilar reconociera que se están disponiendo los ahorros del canje de deuda para hacer frente a gastos ordinarios y administrativos. Igualmente reconoció la señora ministra que esos recursos son deuda y que el Gobierno no debería disponer de ellos. Sin embargo, lo continúan haciendo mediante los presupuestos extraordinarios presentados a la Asamblea Legislativa para su respectiva aprobación, lo que se convierte en una mala señal hacia los costarricenses, a las puertas de iniciar el cobro del impuesto al valor a agregado y los aumentos en la renta.
Por otro lado, no se puede esquivar la efervescencia social que vive el país, y mucho menos dejar de repetir las frases que utilizaban nuestros abuelos con gran sabiduría, referentes a la prudencia, “no hay que jalarle mucho el rabo a la ternera…”, pues la realidad social no es cómoda, el descontento en la población no es sano. Un mal manejo de la situación y poses de prepotencia o agresión a la sociedad civil que se manifiesta en las calles, sumado al angustiante y frustrante escenario que viven muchos y muchas costarricenses con el desempleo y el difícil contexto económico, lo cual puede traer serias consecuencias para la estabilidad democrática y política del país.
El respeto y la tolerancia siempre deben prevalecer, no importa en la dirección que vaya, si es hacia las mayorías o hacia las minorías, pero la convivencia en sociedad nos lo exige.
Un gobierno eficiente debe estar leyendo constantemente su entorno y ajustar lo que hace y la manera en que lo hace, en razón de la voluntad del pueblo.
La búsqueda en la mejora continua de la calidad de vida de los ciudadanos(as) y gobernar para el bien común, debe ser el objetivo principal del gobierno, el respetar su idiosincrasia y su identidad, sin discriminar a sectores de la sociedad, ni mostrar preferencia por uno u otro.
En consecuencia, se encuentra el gobierno en la obligación de realizar una lectura sobre la coyuntura del país, de manera mesurada, que permita promover e impulsar acuerdos desde las agrupaciones políticas y sociales, que guarden relación directa con la realidad y acontecimientos recientes, y no permita promover el enojo de la ciudadanía, tal y como se ha manifestado recientemente en la Asamblea Legislativa, Casa Presidencial y en las calles.
El ambiente que vive el país en la actualidad llama a la prudencia, es un asunto complejo que contiene: tensiones, oposiciones, huelgas, paros y conflictos, asumidos con mayor o menor conciencia y con mayor o menor fuerza, pero que al final de cuentas, todos deben ser sujeto de análisis.
Es importante reconocer los intereses de los diversos actores, que muchas veces no son coincidentes y en ocasiones suelen ser antagónicos, razón por la que no se deben subestimar en ningún momento, ni muchos menos pensar que se debe manejar al antojo o por ocurrencias, la tarea debe ser muy bien pensada, con mucha madurez, para mantener la paz social y fortalecer nuestro sistema democrático.
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