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Lunes, 25 de noviembre de 2024



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La diputada Sofía Guillén sataniza como privatizadora la ley que democratizaría el mercado eléctrico

Ricardo Trujillo [email protected] | Martes 18 junio, 2024


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Ricardo Trujillo Molina MScEE

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Democratizar un sector o abrir el mercado para toda la ciudadanía, de una actividad económica que ha estado bajo el monopolio del estado, no es ni será tarea fácil. No lo fue ni la apertura del sector financiero, ni la telefonía móvil, ni las telecomunicaciones, ni los seguros. Abrir el mercado de la generación eléctrica lleva ya un cuarto de siglo o más, desde que se aprobó la ley 7200 y desde que don Miguel Ángel Rodríguez, ex presidente de la república propuso su ley combo.

La vieja izquierda del país ( Frente amplio, PAC y sindicatos ) considera que el proyecto de ley 23.414 para armonizar a todas las inconexas leyes existentes regulando el sector eléctrico, es una nefasta e inaceptable privatización neoliberal del mercado.

Esa vetusta y estatizante izquierda no se ha percatado todavía que el sector eléctrico está privatizado en gran porcentaje desde hace muchos años. El ente estatal del ICE no es la única entidad que opera en dicho sector. Lo acompañan en ese mercado, las cooperativas privadas como COOPEGUANACASTE Y COOPESANTOS y empresas municipales regionales como la ESPH y JASEC. También integran ese sector los generadores privados y recientemente miles de abonados en generación distribuida con tecnología solar fotovoltaica. En generación eléctrica ese grupo de empresas e individuos privados representan el 30% y el ICE el restante 70% . A ese modelo de mercado se le llama monopsonio. No es del todo propiedad del estado ni del ICE, ni es totalmente privado.

¿Porque intentan satanizar como privatizador el propósito de ese proyecto de ley? Porque en el fondo se han lucrado del monopolio que ha representado el ICE por mas de medio siglo, y ahora temen perder esos jugosos beneficios económicos. Un ICE en competencia no tendrá los mismos recursos económicos que tuvo el ICE en monopolio, y por lo tanto no será fácilmente esquilmable por sus organizaciones sindicales. Y para evitar perder esos beneficios, los sindicatos pagan a diputados que con buena verborrea y elocuencia como es el caso de Sofia Guillen, recurren a mentiras extremas en sus argumentos de peso. El aseverar que la energía producida por los generados privados es innecesaria y de costo cero es una de esas inmensas mentiras. Nunca expresan que la tarifa la fija la Aresep y que es muy inferior a lo que le cuesta al ICE producir esa energía.

Aseverar que el gobierno esperó la crisis de agotamiento de los embalses para presentar el proyecto de ley es otra de esas excelsas mentiras. Sofia Guillen sabe perfectamente que el proyecto de ley se llevó casi dos años en discusión en la comisión de asamblea respectiva, adonde ella misma ya emitió su dictamen de minoría. Acaso esa trasnochada izquierda no se ha dado cuenta aún que, por errores de la dirigencia del ICE, la institución ahora enfrenta faltantes de generación eléctrica en especial los finales de los veranos o temporada seca. El ICE ha sido una excelente institución planificando a futuro la demanda de energía eléctrica del país. Pero en los últimos dos años, por razones de intromisión política y sindical, esa planificación dejó de existir. Lo demuestra la falta de un plan coherente y futurista para la expansión de la generación eléctrica sobre todo para hacerle frente al cambio climático, al proyecto de descarbonización de nuestra economía , a la transición del carro de gasolina al eléctrico, y para enfrentar los cálidos y prolongados veranos o temporadas secas.

El ICE al no haber planificado con suficiente tiempo la diversificación de su matriz de generación, ni haberles permitido a sus abonados invertir en ello, los llevó a una severa crisis de agotamiento del agua en sus embalses hidroeléctricos ante lo cual anunciaron racionamientos y por ende, cortes focalizados del suministro de energía eléctrica.

El poder casi monopólico que al ICE le otorgan un cumulo de leyes inconexas que rigen el sector eléctrico, ha impedido que el país cuente con un superávit permanente en generación de energía eléctrica. Incluso en el ICE y en la Aresep se manejó la tesis errónea que el país contaba con suficiente capacidad en potencia para generar energía eléctrica. Lo cual era cierto parcialmente, pero no aplicaba para los veranos y para un mercado regional con precios exorbitantes resultado de carestías regionales en todos los países interconectados. Incluso en el ICE se llegó a considerar la venta de sus plantas térmicas que habían dejado de ser utilizadas sin haber pensado en una tecnología sustituta para los meses del verano. Nunca se pensó ni mucho menos se planificó con suficiente antelación para que la tecnología solar fotovoltaica fuese la sustituta natural de las plantas térmicas. Todos los países de la región se anticiparon facilitando la construcción de plantas solar al punto que hay más de 1,300 megavatios de potencia instalados en los 5 países colindantes y solo un megavatio en operación por el ICE.

Ahora que el ICE acepto su irresponsabilidad al respecto, a pesar de que sigue esgrimiendo el argumento que el fenómeno del niño y el crecimiento inesperado de la demanda son los causantes de la pasada crisis, sus sectores sindicales salen a la palestra publica protestando contra la aprobación de una ley que impulsaría el crecimiento de la generación por entes privados, municipales y cooperativos, más allá de la simple atención de la demanda y para generar excedentes exportables en régimen de competencia, es decir del más bajo costo, a toda la región.

El proceder político de la izquierda es similar a solo permitirle a la cooperativa DOS PINOS, suplir al mercado nacional, sin posibilidades de exportación de sus lácteos. O a los caficultores a solo producir el café que nos tomamos sin cosechar excedentes para su exportación. O a obligar a las empresas pineras y bananeras a solo cultivar la fruta que nos comeríamos a diario, cerrando los puertos para su exportación. Un proceder político desde todo punto de vista ridículo y antipatriótico.

Los sindicatos estatales representados por su máximo vocero Albino Vargas, han expresado su plena satisfacción en permitirle al ICE que continue generando electricidad con combustible fósil importado de la EXXON por RECOPE. Se oponen a que los abonados privados de todo el país, y en un modelo totalmente democrático bajo las garantías que les proporciona la ley 10,086 y generen con la luz del sol de manera patriótica y nacionalista, la electricidad para su autoconsumo y algo de excedente para venderle energía de bajo costo a sus vecinos por medio de la red secundaria o de bajo voltaje de la distribuidora de energía regional.

En resumen, el proyecto de ley 23,414 es una iniciativa del actual gobierno de don Rodrigo Chávez para modernizar a todo el sector eléctrico y para incorporar nuevos inversionistas en la generación eléctrica para que en un régimen de libre competencia ofrezcan su producción energética al mas bajo precio tanto al ICE como a las distribuidoras Al ICE nunca le ha interesado, ni la ley lo obliga a generar al más bajo costo. En momentos de carestía de energía con recursos renovables, recurre de inmediato al uso del bunker o del diésel importados para generar la energía eléctrica que demanda sobre todo en verano todo el país. Es necesaria la competencia para que en el ICE se vean obligados a reducir costos e inversiones y a utilizar las más recientes tecnologías para ese fin. Ejemplo la tecnología solar fotovoltaica y el almacenamiento de esa energía en baterías de estado sólido.

No debería ser aceptable que el ICE siga recurriendo a las plantas térmicas con combustibles importados, cada vez que se ve en apuros de generación. Hay nuevas tecnologías que le permitirían al ICE generar electricidad en verano a mínimos costos, y eso lo saben muy bien los usuarios de plantas solares actualmente amparados a la protección de la ley 10,086, a pesar de los retrasos de la Aresep en una regulación apropiada al propósito de la ley.

El costo final de la energía eléctrica ha sido por décadas la suma de varios procesos y porcentajes de su costo, siendo la generación la dominante con 60%, la transmisión con un 10%, y la distribución con un 30%. La generación solar distribuida no requiere del pago del 10% del costo de la transmisión ni del 30% por el costo de la distribución. Es por ello por lo que es sumamente económica para el abonado y será la energía en competencia preferida y prioritaria ante la cara energía tradicional generada de manera centralizada por el ICE a cientos de kilómetros de sus abonados.

Oponerse a la modernización del sector y mercado que pretende el proyecto de ley es una ridiculez, una estupidez, un anacronismo, y sobre todo, una política antipatriótica vergonzantemente en favor de nuestra dependencia energética por más de 100 años del petróleo importado.

Los argumentos de la privatización del mercado ya no impactan al ciudadano que ha sido garroteado durante años por el ICE, y serán totalmente descartados como falsos y pro sindicatos o veladamente pro ICE, anti abonado, y serán desoídos por el costarricense bien informado.










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