La copa ideal
Las copas más tradicionales están en desuso
Marina Beltrame [email protected] | Viernes 24 agosto, 2018
Cualquier bebida puede ganar atributos en función de la copa en que se sirve y puede sorprender hasta a los más expertos catadores.
Esto ha inspirado a reconocidas cristalerías en el mundo a diseñar la copa óptima para cada producto.
Hace tiempo se instaló una más pequeña para vino blanco comparada con la utilizada para los tintos, dejando a un lado la del agua que admite distintos tamaños o bien que puedan ser reemplazadas por un vaso.
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Las primeras permiten conservar la temperatura de servicio que ronda los 9º y favorecer los sutiles aromas que muchos blancos entregan.
La de tintos se la conoce como la estilo Burdeos, creada para beber los elaborados en dicha región francesa, pero que se adapta muy bien otros cabernets del mundo, ya que la misma suaviza los taninos (sensación de aspereza en la boca) en vinos jóvenes, acentúa el carácter frutal y permite un mayor equilibrio.
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Un dato novedoso para muchos consumidores es que las copas más tradicionales están en desuso; el clásico balón para beber Cognac u otro brandy se reemplazó totalmente por una copa con tallo y pie, que es mucho más pequeña y angosta en la parte superior. Uno de los principales objetivos es desterrar el concepto de beber a “temperatura ambiente” para respetar los 40º de alcohol de este destilado y por sobre todo, apreciar sus aromas y carácter propio de su materia prima: un vino blanco.
Otro ejemplo es la copa diseñada para whiskies, tanto las maltas como los blend han demandado distintos modelos, que rescatan lo mejor de estos excelentes productos, alejándose del tradicional vaso servido únicamente con hielo.
Podríamos enumerar tantos otros ejemplos de reconocidos destilados y licores, para justificar un mercado que ofrece gran variedad de copas que dignifican el trabajo de los productores y alientan al consumidor a beber mejor.