La anti política

Emilio Bruce [email protected] | Viernes 09 septiembre, 2022

Sinceramente

Un sector mayoritario de la población afectado por todas las fragilidades que enfrentan y viven se ha venido decantando por la anti política de manera clara y rotunda, lo que es totalmente lógico y esperable.

Hemos visto cómo en las últimas elecciones un candidato representó al “stato quo” o al “establishment” y otro a los valores del anti “stato quo”. Por supuesto que el triunfador fue quien adversaba los valores y la simbología del “establishment”. Mientras uno defendía las instituciones del ayer, y apoyaba los valores y tendencias de los gobiernos que lo precedieron, otro hacía de oposición. Mientras uno defendía la permanencia de ideas y de instituciones que ayer sirvieron y recordaba las labores hechas hace 50 años por presidentes y diputados valiosos para aquella época, otro adversaba todo aquello y criticaba abiertamente todo lo que parecía sacrosanto hasta ese momento. Ganó el anti establishment. La gente más sencilla, más pobre, más sacrificada no desea la situación de cosas que los ha llevado donde se encuentran. La estrategia contra lo establecido, contra las prácticas y contra la simbología de la política tradicional, contra las personas que personifican y hablan como los políticos de siempre es descartada ad portas, sin más, sin especiales consideraciones sobre el fondo, la veracidad o validez de sus posiciones. Si es tradicional, representa y defiende el “establishment” llevará las de perder. Los nostálgicos están siendo derrotados de manera clara y rotunda.

Los medios tradicionales al atacar y hacer girones de las figuras políticas actuales no hacen más que fortalecerlas ya que esos medios representan lo establecido, lo tradicional, lo que se adversa. No es cuestión de si llevan o no razón. No es cuestión de argumentos. No es cuestión de aciertos, es asunto de ser los continuadores de lo tradicional y de la política que ha colocado a todas estas personas en situación de necesidad y de dolor. El sector que ha elegido gobierno desea cosas y personas nuevas y prefiere figuras que discrepen en su forma y presentación, su atuendo, su dicho, su propuesta con lo establecido y tradicional. El revanchismo tradicional y las escaramuzas legislativas y periodísticas no llegan a debilitar a los atacados sino a fortalecerlos.

Miles de desempleados, miles de personas en miseria, miles de personas en pobreza, educación inadecuada, ausencia de vivienda, falta de sustento, hambre, necesidad, enfermedad sin cobertura de la CCSS forman el núcleo de quienes desean cambiar el stato quo, en fin, que las personas quieren líderes que vayan a combatir estas situaciones dolorosas y reprochables. No les importa si estos representantes no articulan bien, no les importa su superficialidad, no les molesta su falta de conocimiento, más bien todo ello, por apartarse de lo correcto en otro momento, fortalece a esas personalidades frente a quienes los eligieron y los observan como a uno de los suyos que va a ir a defenderlos a ellos. Lo cierto es que las figuras acertadas, articuladas y con conocimiento son rechazadas por que se rechaza lo tradicional y se apoya la anti política en el país.

Hábil ha sido la estrategia de quienes han atacado la prensa de oposición ya que esta es el símbolo viviente de la continuidad en el ejercicio del poder de los grupos de siempre. Hábil la estrategia de quienes atacaron y atacan los casos en los que la continuidad perpetuaba cultivos y emprendimientos tradicionales en los que los protegidos hacían negocio y el pueblo aparentemente pagaba altos precios. Esa continuidad es la política del pasado y la nueva ola es la de la anti política, la de superar para siempre el pasado y sus figuras dominantes. A ese fenómeno se enfrentan los políticos del país para bien o para mal.

Los directores políticos de los partidos de oposición deberían comprender justamente esto, pero aún no lo terminan de asimilar. Los partidos tradicionales reviven y recrean instrumentos, ideologías y herramientas caídas en la obsolescencia para enfrentar la ola de la anti política que elige personas, no partidos, que escoge figuras no ideologías ni ejecutoria pasada. Ellos proponen candidatos, temas y tácticas que representan la política de ayer y de antier en momentos en que la anti política está al alza y muy apreciada por los costarricenses.

Así las cosas, quienes dirigen la “oposición” al gobierno presente deberían de repensar las cosas y enfilarse hacia estrategias y tácticas que les permitan hacer llegar su mensaje y no lo están haciendo. No es cuestión de abandonar seriedad ni estudio, capacidad ni educación. Esto es cuestión de estrategia integral de comunicación y de dejar el pasado donde corresponde.

Oposición siempre es ser complementarios en planteamientos y propuestas, es siempre proponer algo mejorado, oposición no es ni será acabar con personas adversarias ni oponerse a todo por igual para causar daño. Vivimos otro escenario, vivimos tiempos diferentes y deberían así entenderlo los políticos de oposición.

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