Incierto futuro del Banhvi por contradicción en discurso del gobierno

Cuál será el futuro del Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi), es una duda en el sector vivienda que desnuda una nueva contradicción a lo interno del gobierno de Carlos Alvarado.

Por una parte, en una reunión entre autoridades del gobierno y representantes del sector, tanto Irene Campos, ministra de Vivienda, como Agustín Castro, ministro de Comunicación, negaron que se discuta el cierre, en búsqueda de otorgarles tranquilidad.

"Nos encontramos analizando mejoras sustanciales que se deben hacer, estamos haciendo introspección para que tanto la institución como el sector vivienda sea más eficiente y eficaz, pero no está contemplado por ningún motivo el cierre del Banhvi”, aseguró Campos en octubre.

Sin embargo, es un discurso distinto a lo manifestado por Pilar Garrido, ministra de Planificación, el 30 de septiembre a la Comisión de Reforma del Estado.

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Si bien Garrido no fue rotunda sobre el cierre, sí comentó previamente que debía repensarse si vale la pena mantener al ente rector del Sistema Financiero Nacional para la Vivienda, pues podrían existir otras opciones para dedicarse a lo que el Banhvi se dedica, como lo es el financiamiento de vivienda para los sectores de menores ingresos del país y de la clase media.

"El rol del Banhvi, cuestionarnos si a estas alturas, teniendo una herramienta tan poderosa como el registro único de beneficiarios, condiciones de programas de vivienda atractivos que se ofrecen en la banca comercial del Estado, si tiene sentido todavía mantenerlo o no", dijo Garrido.

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Pero el tema de vivienda no acaba ahí, pues la intención del gobierno era hacerle un fuerte recorte de ¢28.833 millones al presupuesto del año entrante, lo que reducía el programa.

Esto no cayó bien en el sector, pues esperaban que la rebaja no sobrepasara los ₡20 mil millones.

Para enmendarlo, José María Villalta, diputado del Frente Amplio, le restituyó al plan de vivienda ¢25.196 millones en transferencias del Estado y ¢3.637 millones a través del impuesto a las casas de lujo; aspecto que se incluyó en el dictamen de mayoría.

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Así se podrán financiar cerca de 3 mil casas más de las que se podía de haber continuado con el presupuesto planteado por el gobierno originalmente.

Sin embargo, la fracción oficialista insiste en el recorte al no incluir la partida gestionada por Villalta en el informe de minoría. La decisión quedará en manos del plenario legislativo.