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COLUMNISTAS


Huelga en las escuelas

Federico Malavassi | Jueves 01 septiembre, 2016


Con las reacciones de algunos gremios también se aprecia una especie de miedo a poner cuestionamientos que ataquen el mal estado de la educación pública

Huelga en las escuelas

¿Cómo va a mejorar la educación pública? Casi imposible, con las medidas administrativas inadecuadas y con actores que parecen no tomarse en serio su ocupación.
Ya ha sido dicho y sentenciado: con la asombrosa inyección de dinero no ha habido mejora sensible.
En la Asamblea Académica de la UACA (realizada con ocasión del cuadragésimo aniversario) se realizó una ponencia acerca de algunos problemas de la llamada educación secundaria. La ponencia fue presentada por el rector Guillermo Malavassi y comentada por el historiador Iván Molina y el profesor Víctor Buján. El tema resultó denso, intenso y revelador. A la Universidad le preocupa el asunto, pues las universidades reciben a los egresados de la secundaria.
Formalmente, parece haber gran responsabilidad de las universidades públicas y la denominada Ley de Carrera Docente, pues se ha privilegiado el pedagogismo, la forma sobre el fondo y todo ha resultado en un gran facilismo académico. Los comentaristas señalaron que es muy difícil para las universidades privadas, interesadas en la formación de docentes, revertir por sí mismas esta terrible inercia. La acreditación, per se, tampoco va a resolver una tendencia creada de esta manera.
También se comentó que cada vez hay menor preocupación por el destino de la escuela y el liceo públicos, en razón de que los padres de familia más preocupados hacen un gran esfuerzo por llevar a sus hijos a la educación privada (al menos en las etapas escolar y secundaria). Resuelven su problema inmediato y se apartan un tanto del problema público.
Claro que, además, con las reacciones de algunos gremios también se aprecia una especie de miedo a poner cuestionamientos que ataquen el mal estado de la educación pública.
Para colmo de males, se anuncia otra huelga en las escuelas y liceos públicos. Tal vez es peor que los bloqueos de los taxistas, pues se bloquea a aquellos que tienen menos bienes de fortuna, que padecen más injusticias, que están más necesitados y no parecen tener medios para buscar otros horizontes.
Por eso la huelga es cruel, injusta e inequitativa, inicua y maliciosa. Es como un secuestro de los más menesterosos.
Mal servicio hacen a la Patria, a la sociedad, al pueblo costarricense, quienes con la visión concentrada en sus intereses particulares, interrumpen un servicio público tan importante dejando en indefensión a los más pobres.
Invito a todos, incluso a quienes de la manera más responsable han resuelto sus problemas y los de sus hijos, a meditar acerca de este asunto y a formar opinión. El bloqueo de las escuelas y liceos públicos es de lo más alevoso, pues deja daños irreparables, aumenta la brecha entre los institutos públicos y los privados y cierra oportunidades de superación.
Los huelguistas se aprovechan de la indefensión de los educandos y es obvio que no les dan importancia a la educación pública ni a los discípulos.
Claro que son los hijos de otros, pero es el dinero nuestro y tenemos derecho a que sea bien invertido. Es importante que al servicio docente se ingrese por exámenes, es elemental que los educadores rindan pruebas que muestren que saben sus materias, es esencial que respeten la educación.

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