Hospital Max Peralta ofrece dietas especiales a pacientes epilépticos
Fiorella Carmona [email protected] | Martes 28 marzo, 2017 11:45 a. m.
El Hospital Max Peralta de Cartago, en conjunto con un equipo interdisciplinario, busca mejorar el plan nutricional de pacientes epilépticos que no respondan a ciertos tratamientos farmacológicos; por eso serán sometidos a una dieta especial como parte de las acciones terapéuticas que indica el centro de salud.
Los pacientes con este padecimiento tendrán a su disposición la Clínica de Dieta Cetogénica, que está conformada por el equipo interdisciplinario que cuenta con dos nutricionistas, una especialista en epilepsia y un médico especialista en soporte nutricional. Todos miembros de la International League Against Epilepsy.
El programa se inicia con una inducción en la cual reciben información general de cómo y por qué de la dieta, de los objetivos que se persiguen, de los compromisos que se adquieren y los resultados que se pueden lograr.
La dieta es alta en grasa, adecuada en proteínas y baja en carbohidratos, esto se logra reduciendo sustancialmente el consumo de carbohidratos como; cereales, leguminosas, frutas, vegetales y azúcares y se incrementa el consumo de grasas como aguacate, aceites, mayonesa, natilla, semillas y otros; esto con el fin de inducir la producción de compuestos químicos llamados cuerpos cetónicos.
El plan se apega estrechamente a la edad, sexo, gustos, actividad física y preferencias del paciente, para que sea más sencillo de asimilar.
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Los pacientes reciben educación nutricional sobre los grupos de alimentos para que sepan usar medidas de peso y volumen y tengan una total comprensión de las etiquetas nutricionales, estos reciben material por escrito y un diario para anotar los alimentos ingeridos en cada tiempo de comida y registrar el número de crisis convulsivas diarias.
Hasta la fecha se han incluido nueve pacientes y de estos han logrado mantenerse cinco con una mejoría superior al 50% en el control de sus crisis convulsivas.
Los profesionales encargados realizaron un entrenamiento en el Hospital Johns Hopkins en EE.UU. donde la terapia es aplicada a niños y adultos. Esto permitió ampliar el programa del centro hospitalario, que al inicio estaba limitado solo a niños, adolescentes y adultos.