Hazmerreír internacional
Jonathan Prendas [email protected] | Lunes 05 abril, 2021
Jonathan Prendas
Diputado
Nueva República
El prestigio de Costa Rica se está yendo por la borda; el Ejecutivo ha convertido el país en un hazmerreír internacional, sus hechos ensucian nuestra imagen e incluso atentan contra nuestra democracia.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos en su reporte mundial de Derechos Humanos, mencionó el escándalo de la Unidad Presidencial de Análisis de Datos (UPAD) como un caso peligroso de acceso a información confidencial de los ciudadanos.
Esta agencia de espionaje criolla no solo constituyó una afrenta para los costarricenses y un grave riesgo para que los datos privados de todos cayeran en manos de terceros o fuesen manipulados con fines políticos, sino que nos colocó ante el mundo como aprendices de los regímenes totalitarios que tanto ha criticado Costa Rica a lo largo de su historia democrática.
El informe señala con preocupación las detenciones por los “martillazos” decretados por el gobierno durante la pandemia, la alta incidencia de femicidios y cómo la prensa tuvo que recurrir a la vía legal para tratar de acceder a la información pública relacionada con el covid-19.
Por esa razón, y porque otras naciones valoran más los hechos que las palabras, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, excluyó a Carlos Alvarado de la lista de 40 presidentes y líderes de todo el mundo invitados a una cumbre sobre el clima. A la cita irán representantes de los países más industrializados y mandatarios que han demostrado un trabajo sobresaliente en materia ambiental. El otro trapito de dominguear de Costa Rica también fue manchado.
Como si esto fuera poco, el Informe sobre Desigualdad y Descontento Social que elabora el Banco Interamericano de Desarrollo da cuenta de que en Costa Rica la corrupción pasó a ser el principal problema de los ciudadanos, tal como ocurre en Honduras y otras naciones con un enorme y triste historial en ese tema.
Los escándalos con las compras de la CCSS, el compadrazgo del PAC para otorgar puestos a personas cuestionadas o que no cumplen con los requisitos de ley y el engavetamiento en secreto de miles de dosis de la vacuna contra el Covid-19,son solo algunas de las preocupaciones de los costarricenses en torno a la enorme red de corruptela que el partido en el gobierno instauró.
Estos hechos empujan a los costarricenses a ser los centroamericanos que ven con mayor pesimismo el futuro del país. Sin percibir de parte del Ejecutivo acciones reales para reactivar la economía, acabar con el enorme desempleo y la creciente pobreza, la gente perdió su confianza. Los mercados también.
Recuperar el prestigio de Costa Rica es esencial; potenciar el liderazgo en la región y fortalecer nuestra democracia son claves para recobrar protagonismo internacional. También es necesario diseñar y llevar a la práctica políticas internas que pongan a caminar la economía a fin de traer progreso y bienestar a nuestro país.