Hamás es el enemigo de todos, incluso de los gazatíes
Daniel Suchar Zomer [email protected] | Martes 31 octubre, 2023
Daniel Suchar Zomer, PhD
Analista Financiero. Profesor Universitario
El pasado 07 de Octubre, militantes del grupo terrorista Hamás, se infiltraron en territorio israelí para cometer las fechorías y atrocidades que hasta la fecha, ya se conocen por doquier. Un festival para la Paz, donde disfrutaban centenares de jóvenes de distintas nacionalidades, termina con una gran cantidad de muertos y otra cantidad raptada para ser carne de cañón en las semanas siguientes como monedas de cambio.
Entraron en Kibutzim (granjas productivas) donde asesinaron a sangre fría a centenares de personas, incluyendo la decapitación de 40 niños menores a los 2 años. En fin, una tragedia que ha conllevado a una guerra que ha polarizado al planeta (nuevamente) entre el apoyo a la defensa legitima del Estado de Israel y la de confundir la Causa Palestina con la “integridad del Hamás”. Aquí un gran meollo para explicar.
La crisis en Gaza se debe en gran medida a una falta de liderazgo. Los palestinos eligieron a Hamas en 2006, después de que Israel se retirara y desalojara a 9.000 de sus propios ciudadanos de sus hogares. Se retiró de la Franja en busca de paz siendo una prueba a pequeña escala de una solución de dos Estados, cosa que, hasta aun, no se materializa.
En lugar de construir el Singapur de Medio Oriente durante los últimos 18 años, Hamás desvió fondos (recibe +US$1.000MM anuales) para construir túneles, cohetes y municiones para sembrar el terror y la guerra en un esfuerzo por eliminar a Israel y matar judíos, como lo reza su carta de constitución, muy lejano al reconocimiento del Estado judío.
Al igual que los israelíes, la gran e inmensa mayoría de los gazatíes quiere la paz. Quieren oportunidades de empleo para poder ganar un salario digno que les permita mantener y educar a sus familias para que la próxima generación pueda construir una vida mejor llena de belleza, felicidad, salud y prosperidad como toda sociedad.
Todo eso habría sido posible con un liderazgo de Gaza que se centrara en el desarrollo económico en lugar del terrorismo. Israel y (la mayor parte) del mundo querían que el experimento de Gaza tuviera éxito, pero con terroristas al mando, es casi imposible llegar a buen puerto.
Israel simplemente quería (y quiere) la paz. Israel construyó una valla con puestos de control para proteger a sus ciudadanos de los terroristas suicidas y otras formas de terrorismo. Los egipcios construyeron un muro de hormigón en su frontera con Gaza por las mismas razones. La necesidad de estos retenes policiales y militares se hace evidente por el impacto catastrófico en Israel cuando se rompe la barrera el pasado 07 de Octubre.
Hamás está en el negocio del terrorismo. Hamás gana dinero con el chantaje, la corrupción y la financiación de los enemigos de Israel (Qatar principalmente) que apoyan a Hamás para lograr sus propios objetivos antiisraelíes. A Hamas y quienes lo apoyan no les importan los palestinos. Los palestinos de Gaza, son simplemente una herramienta para implementar sus objetivos antiisraelíes y/o antijudíos, que salpican alrededor del mundo, emergiendo la Judeofobia y la Islamofobia mientras que el Hamas esta en el medio, “muertos de risa”.
Al igual que en las empresas, Hamás tiene una jerarquía corporativa en la que quienes están en la cima, ganan miles de veces más que los "trabajadores" de la base. Los líderes de Hamás han reservado cientos de millones de dólares e incluso miles de millones para sí mismos. Los patrimonios de los cabecillas son inmorales frente a una población que pasa penumbrias día tras días: Ismail Haniyeh (US$5.000MM), Khaled Mashal (US$4.000MM) y Mousa Marzook (US$3.000MM) respectivamente.
Hamás utiliza su “cultura” del terrorismo, el dinero en efectivo y otros incentivos para motivar a militantes jóvenes, con el cerebro lavado —a menudo desde jóvenes— y radicalizados a implementar la muerte, la tortura y la destrucción. Su "éxito" en el terrorismo atrae más financiación, amplifica la respuesta de Israel y el ciclo continúa.
A Hamás no le importa el pueblo palestino, ni los de Gaza ni los de Cisjordania (Gobierna el partido Al Fatah, acérrimo rival). Hamás sabía con certeza cómo respondería Israel a la tortura, violación, decapitación y matanza de mujeres, niños, ancianos y bebés del 07 de octubre, y ahora opta por posicionarse como la víctima del conflicto, a sabiendas que el alborota el avispero mundial en búsqueda de “ayuda humanitaria”.
El plan de Hamás es esconderse en sus túneles y cuarteles generales construidos debajo de los principales hospitales (Ej. Hospital de Al-Shifa), limitar las evacuaciones para que los ciudadanos queden expuestos a la inevitable respuesta militar israelí y luego unir al mundo contra Israel en una respuesta coordinada globalmente mientras mueren civiles inocentes.
Israel y el Mundo, no tienen más remedio que destruir a Hamás. No puede permitir su supervivencia, ya que la existencia de Hamás sigue siendo una amenaza existencial. Si ISIS, Al Qaeda, Yihad Islámica, Hezbollah, o cualquier otro grupo terrorista invadiera la frontera de un país, se haría lo mismo. Se advierte rápidamente a los civiles que evacuen y luego entrar y destruir a los terroristas. Nadie cesaría el fuego hasta que fueran destruidos.
Toda la situación es una tragedia increíble. Siempre se ha esperado una solución viable y pacífica de dos Estados, pero el experimento de Gaza ha sido un fracaso absoluto. Los esfuerzos futuros por lograr un Estado Palestino deben aprender de esta catástrofe. Deben erradicarse por completo los terroristas, desarmarlos y allí, habrá la paz que tanto se anhela.
Lamentablemente, el mundo desea buscar culpables en vez de responsables. Para ello, es solo de interiorizar el papel nefasto de la existencia del Hamás, que es el enemigo de todos, incluyendo de los propios gazatíes que desean vivir en paz.