Grave enfermedad amenaza a la mitad de las especies de coral del mar Caribe
Jeffry Garza [email protected] | Lunes 05 julio, 2021 03:28 p. m.
Alrededor del 50% de las especies de coral del Caribe están amenazadas por la enfermedad de pérdida de tejido de corales duros, la cual daña significativamente a múltiples arrecifes de coral que, en su gran mayoría, terminan muriendo a raíz de las serias lesiones que provoca.
Detectada en 2014, a la fecha ha afectado a 22 de las 45 especies de coral registradas en la región.
Países como México, Belice, Puerto Rico, República Dominicana, y más recientemente Honduras, han detectado esta enfermedad en sus territorios, que se sospecha que es provocada por algunas bacterias perjudiciales que infectan al arrecife a través del contacto directo entre los corales.
Precisamente Honduras, junto a República Dominicana y Costa Rica, con el apoyo de la Cooperación alemana para el desarrollo, GIZ, desarrolla un proyecto para promover la conservación y restauración de sus arrecifes.
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“Esta enfermedad que estamos viendo que afecta los arrecifes coralinos, se debe en parte al mal manejo de la tierra. Todo lo que hacemos en tierra tiene un efecto positivo o negativo en la salud del arrecife coralino, debemos cambiar nuestros hábitos de consumo para asegurar que nuestros hijos y nuestros nietos sigan gozando de estos importantes ecosistemas”, explicó Ian Drysdale, coordinador para Honduras de la iniciativa Arrecifes Saludables.
Por otra parte, la acelerada propagación de la enfermedad pone en riesgo los beneficios que los arrecifes brindan a los países como la protección de las costas contra el fuerte oleaje, la producción de arena en las playas y el desarrollo de pesca arrecifal.
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“Esta enfermedad ha puesto en alerta a los países de la región del Caribe, especialmente por su rápida propagación. Un ecosistema tan valioso para las economías y sociedades como los arrecifes de coral, pone en urgencia a gobiernos, sector privado y cooperación en la búsqueda de esfuerzos y herramientas que disminuyan los posibles impactos”, señaló Svenja Paulino, directora del Programa Biodiversidad y Negocios de la GIZ.