Garnier: Legado redime polémica
Daniel Chacón [email protected] | Martes 17 julio, 2012
ANALISIS
Casi la mitad de lectores apoya al Ministro de Educación
Garnier: Legado redime polémica
Renunciará solo si se lo pide la Presidenta
Casi la mitad de los lectores de LA REPUBLICA está a favor de que Leonardo Garnier se mantenga en su puesto, tras haber sido cuestionado por falta de ética semanas atrás, al recomendar a una empresa, con la cual había sido relacionado, para un contrato con Recope.
A pesar de ello, el 47% de más de 2 mil sondeados, lo mantendría como Ministro de Educación.
Es una votación estrecha en un entorno nacional hostil, y podría significar que el jerarca conserve un grado significativo de apoyo entre la clase ejecutiva y profesional, a pesar de la polémica en que se ha visto envuelto.
Entrevista
El legado de Leonardo Garnier pareciera redimir en gran parte la polémica que enfrenta, al menos hasta que Laura Chinchilla lo decida.
¿Aún cree en la reforma académica aplicada a las materias especiales, trabajo adjudicado a la empresa Procesos?
Como hemos dicho muchas veces, es una de las reformas más importantes que hemos impulsado.
No solo devolvió importancia a asignaturas vitales para la formación integral de los estudiantes, se refrescaron los contenidos de estos cursos y transformó radicalmente la forma de enseñar.
Hay un esfuerzo sistemático por hacer realidad una metodología constructivista donde se trabaja por proyectos, se combina la teoría y la práctica, donde la evaluación del docente se complementa con la autoevaluación y co-evaluación de los estudiantes.
Uno de los mejores ejemplos fue la aplicación de los exámenes de bachillerato de cívica el año pasado; es la primera vez que recuerdo escuchar a los estudiantes decir que les había gustado un examen.
Gran parte del éxito fue una decisión metodológica que consistió en combinar expertos fuera del Ministerio con nuestros asesores, combinar el trabajo de asesores nacionales y regionales, con docentes de aula.
Esa combinación nos permitió desarrollar programas que fueran al mismo tiempo novedosos, pero sentidos como propios por nuestros docentes y asesores.
¿Volvería a trabajar con Procesos o recomendarlo para otros trabajos, cree que esto fue un error o no?
En el caso del Ministerio de Educación, no creo que haya sido un error trabajar de esta forma. Todo se hizo con extremo cuidado, siguiendo la normativa del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
Se auditó el proyecto dos veces y se ejerció una supervisión minuciosa. Fue un trabajo colectivo de alto nivel y mucha responsabilidad, por parte del Ministerio y asesores externos.
En cuanto a Recope, creo que ha quedado abundantemente demostrado que se trata de una simple carta de referencia que, en el marco del artículo 56 de la Ley de Contratación Administrativa, se limita a certificar que recibimos a satisfacción los servicios de la Asociación Procesos.
Es una referencia a la que cualquier jerarca está obligado, en los términos definidos por la normativa y la propia Contraloría.
¿En que fundamenta su negativa a renunciar, cree que lo que se le achaca no da para tanto o que sus logros superan cualquier cuestionamiento?
Cuando uno es ministro, sabe que no es un cargo permanente: siempre está a disposición de la señora Presidenta. Ella me ha manifestado su satisfacción con el trabajo que hemos venido haciendo y su tranquilidad en términos de la carta que ha provocado la petición de algunos diputados —pocos, por cierto— en el sentido de que le presente mi renuncia.
Reitero lo dicho: mientras la Presidenta considere que debo seguir trabajando en su gabinete, lo haré con mucho gusto; es un trabajo que me gusta y al que me dedico —como saben quienes me conocen— con intensidad.
Johnny Castro
[email protected]
Casi la mitad de lectores apoya al Ministro de Educación
Garnier: Legado redime polémica
Renunciará solo si se lo pide la Presidenta
A pesar de ello, el 47% de más de 2 mil sondeados, lo mantendría como Ministro de Educación.
Es una votación estrecha en un entorno nacional hostil, y podría significar que el jerarca conserve un grado significativo de apoyo entre la clase ejecutiva y profesional, a pesar de la polémica en que se ha visto envuelto.
Entrevista
El legado de Leonardo Garnier pareciera redimir en gran parte la polémica que enfrenta, al menos hasta que Laura Chinchilla lo decida.
¿Aún cree en la reforma académica aplicada a las materias especiales, trabajo adjudicado a la empresa Procesos?
Como hemos dicho muchas veces, es una de las reformas más importantes que hemos impulsado.
No solo devolvió importancia a asignaturas vitales para la formación integral de los estudiantes, se refrescaron los contenidos de estos cursos y transformó radicalmente la forma de enseñar.
Hay un esfuerzo sistemático por hacer realidad una metodología constructivista donde se trabaja por proyectos, se combina la teoría y la práctica, donde la evaluación del docente se complementa con la autoevaluación y co-evaluación de los estudiantes.
Uno de los mejores ejemplos fue la aplicación de los exámenes de bachillerato de cívica el año pasado; es la primera vez que recuerdo escuchar a los estudiantes decir que les había gustado un examen.
Gran parte del éxito fue una decisión metodológica que consistió en combinar expertos fuera del Ministerio con nuestros asesores, combinar el trabajo de asesores nacionales y regionales, con docentes de aula.
Esa combinación nos permitió desarrollar programas que fueran al mismo tiempo novedosos, pero sentidos como propios por nuestros docentes y asesores.
¿Volvería a trabajar con Procesos o recomendarlo para otros trabajos, cree que esto fue un error o no?
En el caso del Ministerio de Educación, no creo que haya sido un error trabajar de esta forma. Todo se hizo con extremo cuidado, siguiendo la normativa del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
Se auditó el proyecto dos veces y se ejerció una supervisión minuciosa. Fue un trabajo colectivo de alto nivel y mucha responsabilidad, por parte del Ministerio y asesores externos.
En cuanto a Recope, creo que ha quedado abundantemente demostrado que se trata de una simple carta de referencia que, en el marco del artículo 56 de la Ley de Contratación Administrativa, se limita a certificar que recibimos a satisfacción los servicios de la Asociación Procesos.
Es una referencia a la que cualquier jerarca está obligado, en los términos definidos por la normativa y la propia Contraloría.
¿En que fundamenta su negativa a renunciar, cree que lo que se le achaca no da para tanto o que sus logros superan cualquier cuestionamiento?
Cuando uno es ministro, sabe que no es un cargo permanente: siempre está a disposición de la señora Presidenta. Ella me ha manifestado su satisfacción con el trabajo que hemos venido haciendo y su tranquilidad en términos de la carta que ha provocado la petición de algunos diputados —pocos, por cierto— en el sentido de que le presente mi renuncia.
Reitero lo dicho: mientras la Presidenta considere que debo seguir trabajando en su gabinete, lo haré con mucho gusto; es un trabajo que me gusta y al que me dedico —como saben quienes me conocen— con intensidad.
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