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FORO DE LECTORES


Forjar una aguja de una barra de hierro

José Pablo Rodríguez [email protected] | Lunes 07 febrero, 2022

JP

José Pablo Rodríguez

Director Regional en Asia de la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER)

Cuenta la historia que cuando el famoso poeta Li-Po de la dinastía Tang, era pequeño, odiaba estudiar. Cada vez que tenía oportunidad, se escapaba de clases para irse a caminar por las calles. Un día de tantos, cuando Li-Po se escapó de la escuela y mientras caminaba de un lado para el otro distraído por las mil y una cosas que veían sus ojos en la calle, llegó sin proponérselo a las afueras de la ciudad.

Y cómo no perder noción del espacio y el tiempo si era un día soleado, con aves juguetonas que revoloteaban en el firmamento. El viento soplaba levemente acariciando las flores y el césped, provocando que Li-Po suspirara sin parar. Él se preguntaba:

“¿En un día tan hermoso y con este tiempo, qué sería de mí encerrado en un cuarto estudiando? ¡Sería una lástima!”

Después de seguir caminando por un rato, Li-Po llegó a la puerta de una casa vieja y al acercarse a ésta, notó que adentro estaba sentada una anciana de pelo blanco que trabajaba tenazmente con su metate. En sus manos una vara de hierro bastante gruesa.

“Disculpe señora, ¿Qué hace?”, le preguntó el curioso Li-Po.

“Quiero darle forma de aguja para tejer a esta barra de hierro”, dijo la anciana. Luego la viejita levantó su mirada hacia Li-Po y le sonrió. Bajo su mirada y siguió trabajando.

“¿Una aguja de tejer?”, dijo Li-Po, con un tono de incredulidad.

“¿De esas que se usan para tejer ropa?”, Li-Po volvió a preguntar.

“¡Por supuesto!”, le contestó la anciana.

“Pero si la barra de hierro es muy gruesa. ¿Hasta cuándo vas a tener que trabajar para convertirla en una aguja de tejer?”, dijo Li-Po.

La anciana respondió:

“Gotas de agua atraviesan piedras… Yu Gong, pudo mover las montañas… ¿Por qué es que no puedo hacer una aguja de tejer de esta vara de hierro?”.

“Pero ya eres muy vieja”, dijo Li-Po

“Mientras yo me esfuerce más que los demás, no hay cosa que no pueda lograr”, dijo la anciana.

Ese día Li-Po se sintió muy avergonzado. Ya nunca más se escapó de la escuela y todos los días se esforzó un poco más que los demás en sus estudios, hasta que llegó a convertirse en el eternamente famoso Li-Po.

*Máster en Gerencia y Negociaciones Internacionales y tiene una especialización en Liderazgo de Talentos y Equipos.

Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor y no representan la visión u opinión de la organización para la que trabaja.






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