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¡Feliz Navidad para todos los costarricenses!

Emilio Bruce [email protected] | Viernes 24 diciembre, 2021

Ya está cerca la Navidad, período de armonía y de reflexión del hombre sobre la llegada del Mesías, sobre la vida terrena de todos, sobre nuestro futuro. Es un período de espiritualidad y de reunión familiar. Es la fiesta de la familia por excelencia, del nacimiento, del papel del padre y de la madre en la continuidad nuestra, de los valores fundamentales de la humanidad. No debe de ser solamente asunto de regalos ni licores, de fiestas ni de ruido, es momento de sincera reconciliación con nosotros mismos y con nuestra comunidad. Es momento de perdonar y de amar al prójimo como Dios nos ha amado, tanto como para habernos enviado a su hijo para salvarnos. Es un momento en el que se centra el ser humano en su familia y en los valores más trascedentes.

El nacimiento de Jesucristo en Belén, en pobreza, acunado en un pesebre, entre vacas y ovejas, entre pastores y personas de lo más sencillo y humilde nos da la tónica y el enfoque sobre la familia y la ausencia de pretensiones y oropeles materiales. Nacimiento, nueva vida, amor, padre y madre, un niño, una humanidad. Abramos nuestros corazones a la Navidad, al nacimiento, al pasado y al futuro, a lo espiritual. Este no es momento solamente de fiestas, comilonas y borracheras sino de solemnidad espiritual, de amor, de unidad de todos y de serena reflexión. La Natividad es una ocasión fundamentalmente religiosa nunca un desborde. No es ni será la época de gastar en lo que no se necesita plata que no se tiene. Esa no es la Navidad.

Vivimos por el período electoral momentos de crispación, de polarización, de temor del futuro y para algunos de furia. Se insulta al adversario, se descalifica a quien piensa diferente de nosotros, se arremete contra la razón y se desconoce el intercambio civilizado entre personas interesadas en mejorar la comunidad. Este mensaje de paz y de amor de la Navidad no puede en consecuencia ser más oportuno y más rico para todos nosotros. Es el mejor alto para reflexionar, aclarar ideas, retomar lo esencial, descartar lo accesorio.

El ser adversarios políticos o ideológicos no nos convierte en enemigos. El sostener convicciones diferentes no nos debe de hacer más ni menos agresivos unos contra otros que en cualquier otro momento de nuestra vida y son la paz y el amor, la razón y el argumento los que deben de prevalecer siempre entre nosotros. Que la Navidad nos ayude a tomar perspectiva de nuestra vida y de nuestra libertad, de lo bueno que hemos tenido y disfrutado en nuestra sociedad democrática para tomar las correctas decisiones.

El primer domingo de febrero elegiremos autoridades que nos gobernarán por un período de cuatro años. Recuperar el balance y mejorar nuestras perspectivas en la celebración de la Navidad nos puede hacer tomar una mejor decisión, más serena, más equilibrada, con más justicia, menos fanatismo y furia. El amor y la fraternidad en un momento religioso supremo son los mejores consejeros para las decisiones de nuestra vida.

Encontremos en nuestra personal Navidad, en nuestra familia, en nuestros hijos, en nuestros amores verdaderos y en su futuro nuestra mayor motivación para razonar, pensar, en serenidad, con fe y esperanza en el futuro la motivación para tomar nuestra decisión para esa elección nacional tan trascendental que ya está sobre nosotros.

Leyendo los versos de Noche de Paz, una antigua canción austríaca de principios del siglo XIX, compuesta después de las terribles guerras napoleónicas, después del “Año sin Verano” donde no hubo cosechas, después del Año de la Pobreza donde la poca comida y el hambre eran las normas, me convenzo más que la paz y el amor, el acuerdo y la comprensión, la tolerancia y la esperanza en el futuro deben de llenar nuestros corazones, para ayudarnos a deponer furias y agresividad y construir entre todos un mundo futuro mejor para Costa Rica.

Muy feliz Navidad para todos.

¡Feliz Navidad para todos los costarricenses!

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