Falta de especialistas en salud mental deja a usuarios de la Caja sin atención psicológica oportuna

Aunque la salud mental es considerada un factor del alto riesgo para la vida y debe ser atendido con prioridad, la falta de especialistas en hospitales y clínicas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) impide que la mayoría de ticos con trastornos psicológicos reciban tratamiento oportuno.

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Esto se extrae de la Encuesta de Actualidades 2023 de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR), la cual señala que los servicios de salud mental que brinda la CCSS están saturados y no representan una opción eficiente.

A pesar de ello, desde esta institución señalan que mediante el Protocolo de Atención Clínica se reforzó la atención psicológica que se le brinda a personas con trastornos por ansiedad que ingresan a los establecimientos de salud, abordando experiencias estresantes de la vida cotidiana en el ámbito personal, familiar, académico, laboral y económico.

“El protocolo nos permite fortalecer la atención psicológica por trastornos de estrés en la medida que establece algunos procedimientos psicoterapéuticos basados en evidencia y le permiten a la persona afrontar los conflictos y solucionarlos de forma funcional y adaptativa”, indica Alfonso Villalobos, de la Coordinación de Psicología de la Caja.

Asimismo, en el estudio se admite que pagar una consulta psicológica en el sector privado no representa una opción financieramente viable para la mayoría de costarricenses. Sin embargo, planes médicos, como Medismart, ofrecen beneficios de hasta un 60% en consultas con profesionales en esta área, lo que facilita el acceso a dicha especialidad.

“Debemos normalizar buscar ayuda, entendiendo que es importante conversar sobre estas cosas, no sacarlas con violencia o en espacios donde no se promueve una elaboración de lo que llevamos por dentro, de las cosas que nos agobian, sino en ambientes que nos ayuden a trabajar y a reconocer nuestras emociones”, dijo Andrés Ruiz, investigador de la UCR.

Y es que, aunque el estudio refleja además que los hombres son más reacios a buscar este tipo de ayuda por una cultura tabú y de masculinidad tradicional, las mujeres son las más afectadas por cuadros de estrés y depresión, según el más reciente reporte epidemiológico del Ministerio de Salud, siendo Limón la provincia con mayores índices de tales afecciones.

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“La presión laboral y responsabilidades pueden contribuir a un estilo de vida desequilibrado, lo que podría afectar la salud física y emocional a largo plazo que pueden influir en la velocidad a la que una persona muestre signos de envejecimiento”, apunta el dermatólogo Juan Carlos Quesada.

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Fuente: Dr. Alfonso Villalobos, Coordinación Nacional Psicología, CCSS