Tasas de interés y tipo de cambio al alza serían lo primero en moverse
Escenarios sin reforma fiscal: ¿En dónde vendría el golpe?
Inflación subiría en el mediano plazo
Fabio Parreaguirre [email protected] | Lunes 22 octubre, 2018
El proyecto de reforma fiscal está en un mes decisivo, una vez aprobado en primer debate hace dos semanas, las preguntas de si sobrevivirá a las consultas públicas, o a la Sala Constitucional —si llega a esta— o incluso al segundo debate, son grandes.
No está claro su futuro, para muchos ya la Corte Suprema de Justicia adelantó criterio y si se llega a aprobar la reforma, es posible que le lloviesen acciones de inconstitucionalidad, lo que la dejaría cerca de la estocada final.
Ya en el pasado dos proyectos de reforma fiscal no sobrevivieron a esta parte de su trámite para transformarse en una realidad, sucedió durante el gobierno de Laura Chinchilla y en el de Abel Pacheco, cuando la Sala Constitucional se los trajo abajo.
Sin reforma, el ajuste de las variables económicas vendría “a la brava”, siendo el mismo mercado quien lo realice, como lo han dicho ya varios especialistas.
Entraríamos en una verdadera crisis con tipo de cambio al alza de forma constante por la incertidumbre, tasas de interés en colones al alza por las nuevas y abruptas colocaciones de Hacienda ante su necesidad de recursos, un país paralizado en el tema de inversión, crecimiento económico y con un clima de negocios oscuro.
Eso nos hace pensar en los escenarios que enfrentaría el país sin una reforma fiscal y sobre en dónde se verían los golpes en la economía.
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Tipo de cambio con clara tendencia al alza
Como ya los hemos vivido en este segundo semestre del año, la incertidumbre haría que los agentes económicos empiecen a migrar de forma más consistente sus ahorros a dólares.
Con esto el mercado sería de tendencia al alza, además que empezarían a escasear los dólares provocando mayores presiones.
Con esto el Banco Central tendría que intervenir vendiendo parte de sus reservas internacionales con una mayor proporción, lo cual es peligroso, ya que este año ya ha perdido más de $1.000 millones.
Uno de los mayores peligros aquí es que cerca del 80% de los costarricenses endeudados en dólares, no son generadores de esta moneda, viendo impactado de forma directa el pago de sus préstamos, mes a mes.
La morosidad a menos de 90 días en los bancos ha aumentado este año, pero todavía sin presentar números peligrosos, algo que podría incrementarse de vivir una crisis que lleve el tipo de cambio a números por encima de los ¢600 por dólar, según varios expertos.
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Tasas de interés al alza
Sin la aprobación de la reforma fiscal, el Ministerio de Hacienda tendría que salir a captar de forma abrupta en el mercado interno, con lo que deberán ofrecer tasas de interés bastante más atractivas que las actuales para poder colocar bonos.
La desesperación por recursos ya la hemos vivido, cuando a finales de diciembre pasado, Hacienda colocó un bono en el que aumentó la tasa en prácticamente dos puntos de lo ofrecido.
Los inversionistas al conocer la desesperación solicitarán cada vez más rendimientos por los títulos, además de que podría venirse de forma expedita una rebaja en la calificación de riesgo.
Esto afectaría la colocación de deuda de los bancos, que a su vez deberán competir por los recursos subiendo también sus tasas de captación, lo que se traduce en un aumento de la tasa básica pasiva y de las tasas activas en general.
El consumidor que se encuentre en un periodo de tasa variable sentirá el alza de forma inmediata.
Todo esto empuja la inflación al alza
Tasas de interés y tipo de cambio subiendo se traducen en inflación al alza.
Al ver las expectativas de inflación del Banco Central para los próximos 12 meses, este la mantuvo en un 3,6%, actualmente se encuentra en el 2,21%, hace un año era del 1,64%.
La subida de la inflación tiene un rezago, por lo que sucedería prácticamente de seis a diez meses después de las primeras alzas en los macroprecios.
Afectará todo aquello que está ligado al tipo de cambio, principalmente por materias primas o artículos importados de la canasta básica.
El Banco Central por su parte ha insistido en que seguirá con su objetivo número uno de mantener la inflación baja, dentro de la meta de entre el 4% y el 2%.
Números de crisis
Llegar a un déficit fiscal que sobrepase el 8% y una deuda del 70% de la producción nacional dejaría la economía al borde de un salvamento por parte de organismos internacionales (cifras expresadas en porcentaje del PIB)
Elaborado con datos del BCCR
Sería nefasto para la economía
No llegar a una solución fiscal sería un golpe de gracia para la economía costarricense y los ajustes serían muy severos, castigando a los más desprotegidos, así lo hacen ver varios expertos y autoridades económicas del país.
Ricardo Estrada
Analista Económico
Ecoanálisis
Vendría una serie de consecuencias en tasas e inversión
Hacienda tendrá que lidiar con tasas de interés cada vez más altas, debido al peligro percibido por los acreedores de que no se puedan pagar estos compromisos.
Además, esto puede comprometer el pago en el corto plazo de las letras del tesoro, lo cual atenta contra el plan establecido por el BCCR en cuanto al control inflacionario que podría implicar esta operación.
Se suma a lo anterior la posibilidad de que el pago de las futuras planillas estatales se dificulte, ante la falta de liquidez que se pueda presentar.
La situación repercute también en la confianza de los agentes económicos privados.
El mayor riesgo recae en el hecho de que sea el propio mercado local el que realice el ajuste vía inflación, lo que afecta, tal y como sucedió en los años 80, los salarios reales y la inversión, principalmente en salud y educación.
Danny Suchar
Economista
Universidad Latina
Tipo de cambio es el primero en verse afectado
Si la reforma sufre un revés, lo sufre la economía del país a través de sus macroprecios más vulnerables.
El tipo de cambio será el primero en verse afectado por la movilización de coberturas en dicha moneda extranjera como también lo harán las cotizaciones de nuestros bonos de deuda en los mercados internacionales.
Pasando lo anterior, las calificadoras de riesgo (que esperan atentamente la aprobación del plan fiscal), estarían anunciando la degradación de la categoría del país; aumentando aún más la incertidumbre.
Acto seguido, el mensaje que podría darse, es la cautela de parte del sector empresarial para realizar inversiones, con lo cual estaríamos en presencia de una desaceleración del crecimiento económico.
El peligro de una mala imagen del país al no ponerse de acuerdo para detener el inminente crecimiento de la brecha fiscal lo pondría en un segundo plano para aquellos inversionistas que deseen colocar sus dineros en Costa Rica.
Miriam Manrique
Directora País
Moody’s Analytics
Tendremos complicaciones económicas importantes
En caso de no aprobarse la reforma fiscal podríamos ir encaminándonos a una situación económica bastante negativa y compleja que afectaría a todos los estratos de la población de manera significativa.
El tipo de cambio tendería a depreciarse debido a la falta de confianza de los agentes económicos, esto aunado a las mayores tasas de interés en Estados Unidos que han mejorado el premio por invertir en esta moneda.
Las tasas de interés se incrementarán por varias razones, el gobierno seguiría presionando al mercado local, ya que lo más probable es que no se consiga aprobación para eurobonos ni financiamiento externo y los inversionistas demandarán más rendimiento por el mayor riesgo que están asumiendo al prestarle al gobierno.
Debido a la depreciación, mayores tasas de interés, mayor riesgo e incertidumbre, la economía tenderá a desacelerarse por una menor inversión, menor consumo y acceso al crédito.
Gloriana Ivankovich
Economista
Independiente
Aun con la aprobación el panorama es complicado
Aun con la aprobación de la reforma fiscal dada la incertidumbre actual y el hecho de que pese a ser un paso en la dirección correcta, su aprobación no resuelve el problema de la insostenibilidad de la situación fiscal.
Otro factor es la dificultad de financiamiento del Gobierno, debido al aumento en la porción de la deuda en el corto plazo y el alto grado de incertidumbre sobre la capacidad de iniciar el ajuste y obtener los recursos necesarios en el mercado externo e interno.
Si no se da el ajuste de manera ordenada y coordinada, como se intenta iniciar con el proyecto de fortalecimiento de las finanzas públicas, eventualmente el mercado se encargará de hacer el ajuste; las tasas de interés tendrán que subir más (encareciendo no solo el financiamiento del Ministerio de Hacienda, sino también traduciéndose en mayores cuotas para todas las empresas y familias que tienen deudas tanto en dólares como en colones y restringiendo así, su dinero disponible para su consumo o ahorro).
Gerardo Corrales
Economista
Independiente
Riesgo de default y shock económico es grande
Si no se aprueba la reforma fiscal se pone en riesgo la liquidez del Ministerio de Hacienda para hacer frente a sus obligaciones de pago de salarios, aguinaldos, pensiones y lo más serio: el repago de las letras del tesoro.
Aumenta el riesgo de default y con ello un shock económico en tipo de cambio, inflación, tasas de interés, caída de la producción, aumento del desempleo, downgrade de la calificación de la deuda.
A esto se le debe añadir una “muy posiblemente” llamada al Fondo Monetario Internacional para que nos vengan a rescatar.
Visión de las autoridades
Desde las dos máximas autoridades económicas del país, las preocupaciones de no aprobarse la reforma fiscal son claras, así como las repercusiones que seguirían una vez desechada la propuesta de ajuste.
Rocío Aguilar
Ministra
Ministerio de Hacienda
Sin reforma habrá que hacer cortes drásticos al presupuesto
Con la aprobación de la reforma es claro que no vamos a tener el arreglo fiscal al día siguiente, pero sí un tema de equilibrio en los mercados, de que Costa Rica ya está superando esto.
El déficit que traemos ya desde hace muchos años es creciente, el nivel de deuda sin reforma para el cierre de 2019 llegará a ser del 60% según el presupuesto que presentamos, estas cifras no nos dejarán atender los servicios de la forma en como lo hemos venido haciendo.
Aquellos que creen que con la no aprobación de la reforma hay ganadores, están equivocados, todos perdemos, ya que podría existir un problema de alta inflación, un problema dentro de las transferencias del Estado que se verían afectadas, por ejemplo, hay grupos dentro del sector público de cuyos ingresos un 25% viene por esas transferencias.
Los grupos que creen que sin la reforma les va a permitir continuar con los incentivos, pluses, por usar una palabra, sería bueno que vayan revisando eso, porque lo primero que habría que realizar es un ajuste en el presupuesto de manera drástica.
Estamos todavía a tiempo de rescatar al país de una crisis, no es una reforma que venga a corregir todo, pero es lo que logra el mejor equilibrio en este momento.
Rodrigo Cubero
Presidente
Banco Central
Con la reforma en el corto plazo mejorarían las expectativas económicas
El proyecto de reforma fiscal restablece gradualmente la sostenibilidad a las finanzas públicas en el largo plazo, y con ello se conseguirá mejorar las condiciones de tasas de interés, crecimiento económico y generación de empleo en el país.
El Banco Central estima que el rendimiento de ese proyecto de ley, de cumplirse fielmente sus disposiciones, sería de un 3,7% del producto interno bruto (PIB) a 2022, y el impacto de la medida sería mayor aún en años subsiguientes.
Con base en esos cálculos, la razón de deuda de Gobierno a PIB alcanzaría su punto máximo hacia 2023 (en alrededor del 65% del PIB) y empezaría a decrecer a partir de 2024.
Ya desde el corto plazo esta reforma fiscal puede contribuir a reducir las tasas de interés y mejorar las expectativas económicas, y de esa forma contribuirá también a impulsar el consumo, la inversión, el crecimiento económico y la generación de empleo, afianzando la estabilidad macroeconómica y financiera del país.
La materialización de esos resultados, es preciso recalcar, depende del cumplimiento estricto de las disposiciones del proyecto de ley (y en particular de las normas atinentes a las remuneraciones en el sector público y a la regla fiscal), y requeriría reformas en la administración tributaria para gestionar los nuevos tributos.