Es urgente atender las necesidades de las comunidades rurales de CA

América Latina ha sido de las regiones más afectadas por la pandemia de Covid-19. La emergencia sanitaria evidenció que en la región se requiere redoblar esfuerzos para reducir la pobreza, violencia y brindar servicios básicos a comunidades rurales, reconoce Glasswing International.

Celina de Sola, cofundadora y vicepresidenta de programas en Glasswing, señala que tras la pandemia en Centroamérica aumentó la pobreza extrema. La región además de enfrentar la contingencia de salud, fueron afectados por los huracanes Eta e Iota.

“Tenemos más de un año con la pandemia y en esta crisis. Hasta el momento no hay una recuperación que pueda nivelar un estado un estado de bienestar”, expresa la vicepresidenta.

Señala que la pandemia evidenció que en la región se deben mejorar los sistemas de salud, principalmente en las comunidades rurales. Del mismo modo, desarrollar estrategias para el monitoreo y tratamiento de enfermedades con el objetivo de enfrentar próximas enfermedades.

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“Tenemos tareas grandes que ahora se han visto más que nunca. Aunque los países centroamericanos son países relativamente pequeños, es necesario tener sistemas que puedan proteger y brindar servicios básicos a toda la población”, dice.

En otro tema, apunta, se deben fortalecer los sistemas de protección para la niñez y mujeres, debido a que las instituciones han atendido la emergencia de salud, pero han descuidado la atención a la violencia doméstica.

Por ello, considera indispensable reforzar los sistemas de detección temprana de riesgos relacionados con la violencia, en particular con la violencia intrafamiliar: “La crisis nos llevó a enfocarnos en la enfermedad, mientras que otras situaciones fueron empeorando, porque los recursos estaban enfocados en la pandemia, y hasta el momento así es”.

Países con comunidades más afectadas

Indica que, con base el trabajo de Glasswing International, Honduras y Guatemala son los países con la situación más delicada debido a su índice de pobreza, violencia y los efectos de los huracanes.

Explica que Guatemala tiene un índice de desnutrición elevado, comparable con otras regiones del mundo como África o el sur de Asia. Además, las comunidades indígenas enfrentan más retos que el resto del país. Principalmente, porque tienen menor acceso a los servicios básicos e información y se encuentran en mayor aislamiento.

En Honduras, el paso de los huracanes impactó fuertemente en los niveles de pobreza y afectó a la economía local.

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“Los efectos de la pandemia han sido graves en la región, pero específicamente en estos dos países la combinación de las condiciones de salud y las condiciones sociales que ya existían, han intensificado los impactos negativos”, sostiene.

Celina de Sola resalta que la reapertura de escuelas podría ser un factor primordial para atenuar los efectos negativos. Con ello, la población infantil podría acceder nuevamente al aprendizaje y tener oportunidades para su crecimiento.

Sin embargo, se debe evitar la deserción escolar y garantizar la regulación académica.

“A nivel mundial la pandemia ha empeorado la situación de desigualdad. Lo difícil en Centroamérica es que la emergencia sanitaria está sobrepuesta en situaciones de adversidad que ya existían. Las poblaciones más afectadas son las que enfrentan marginalización y pobreza”, concluye.