Es posible hacerlo
Candilejas [email protected] | Viernes 29 mayo, 2020
Opinión
Cooperativas sanas, integradas por agricultores de bajos recursos económicos y libres de burocracia estatal ineficiente, son necesarias.
Capacitadas y apoyadas para hacer agricultura de precisión y caminar hacia la orgánica y la regeneración de la tierra, es una opción viable para un país como Costa Rica.
Todo esto desarrollado mediante un plan integral que prevea los mecanismos de control para evitar la corrupción, a corto, mediano y largo plazo.
Un modelo de desarrollo del agro semejante, puede convivir en este país con las importaciones y exportaciones de productos, en un accionar que no genere conflictos.
Tenemos décadas de escuchar las quejas de que nuestro agro en muchos casos no es eficaz.
Sin embargo, los gobiernos no han sido capaces o no han querido solucionar el problema, por denominarlo de alguna manera.
Hoy un pequeño ejemplo es suficiente: un campesino a quien se le diera financiamiento y capacitación para adquirir y aprender a manejar un dron para sus fines, utilizaría mucha menos agua y plaguicidas. Contaminaría menos sus alrededores y el ambiente en general. Ahorraría dinero y energía.
El Estado costarricense cuenta con las instituciones idóneas (INA, Sistema de Banca para el Desarrollo, rehabilitar al Consejo Nacional de Producción, entre otros) para hacerlo.
Shutterstock / La República
Inversión, no desperdicio.
Un dron puede sobrevolar muy bajo, cerca de los cultivos y esparcir agua u otros productos en forma precisa sobre los sembradíos en tiempo y cantidad adecuada, sin desperdicios.
Al igual que esto, otros elementos de la tecnología de punta harían dar el salto, indispensable hoy en la agricultura.
Tiene que ver lo dicho no solo con seguridad alimentaria del país, sino con asegurar vida digna y empleos a miembros de pequeñas cooperativas agrarias o agroindustriales.
No impediría esto, desde luego, la continuidad de las importaciones para complementar la demanda en el país de productos agrícolas y para satisfacer a quienes gustan consumir productos provenientes del exterior.
Las mencionadas cooperativas agrarias deberían tener garantizada la compra de sus cosechas y los debidos seguros contra sequías, inundaciones u otros fenómenos imprevistos e imposibles de solucionar mediante la tecnología moderna.
La adquisición de estas cosechas por parte de entidades estatales que las necesitan por la naturaleza de sus operaciones, (hospitales, comedores escolares y un sinnúmero de organizaciones y habitantes), podría garantizar la compra a las cooperativas.
Aunado esto al servicio que debe dar el Consejo Nacional de Producción a fin de que no se encarezcan los productos por causa de la intermediación, almacenamiento y distribución, completa un círculo virtuoso que no se necesita más que voluntad para iniciar.
Las consecuencias económicas de la pandemia del COVID-19, no hizo más que visibilizar la urgente necesidad de saltar hacia un país moderno con un desarrollo armónico y efectivo.
El ejemplo del agro no es más que uno de los graves problemas que se deberán resolver en el país.
El retraso o las “soluciones” a las que venimos acostumbrados por décadas, ya no son de recibo.
Urge un cambio profundo en las formas de producir, en la cultura agrícola.
Una vuelta a los mejores valores, a la colaboración, a la decencia, al derecho al trabajo, a la salud y educación de alta calidad para todas las personas, es lo que Costa Rica necesita y puede lograr.
Eso la pondría en condiciones ventajosas para enfrentar con éxito cualquier avatar.
#EstoPasará
Carmen Juncos Biasutto y Ricardo Sossa Ortiz
Editores jefes y Directores de proyectos