¿Es el aula del futuro virtual?
Omar Quesada [email protected] | Miércoles 27 mayo, 2020
Durante años nos hemos preguntado si nuestras instituciones educativas en Latinoamérica estarían listas para emigrar a una educación completamente virtual. Con la llegada de la pandemia hemos visto cómo la educación, desde la inicial hasta la superior, se ha puesto a prueba con esta nueva normalidad. El el reto ha sido difícil por igual para estudiantes como para profesores. Estos últimos, obligados a emigrar toda su planificación al espacio no físico. Si ya existía resistencia al cambio en la educación y a cuál debería ser el nuevo diseño de espacios educativos, nos hemos visto en un abrir y cerrar de ojos en un aula virtual, aprendiendo desde las casas. Hoy en día, muchos de nuestros hogares se han tenido que transformar en espacios de aprendizaje y trabajo remoto.
Para comprender qué retos ha traído esta nueva realidad, como parte de una serie de conversatorios organizados por Gensler Latinoamérica con universidades públicas y privadas de México, Costa Rica, Colombia, y Ecuador, compartimos una encuesta que explora los desafíos que están enfrentando tanto profesores como alumnos al educar y aprender de manera virtual. Preguntamos a ambas poblaciones qué es lo que más les está gustando de la educación remota en estas primeras semanas de confinamiento. Las respuestas que más se repitieron fueron en relación con el tiempo para poder hacer más cosas, tales como:
• Ahorro de tiempo y dinero en transporte
• Más tiempo para realizar otras actividades como compartir con la familia, dormir o incluso hacer deporte en la casa
• Ciertas clases comienzan a ser mas claras en este nuevo formato
• Requerimiento de mayor disciplina y organización tanto de profesores como alumnos
• Uso de vestimentas más cómodas
A su vez, se les pregunto ¿qué está afectando su aprendizaje desde casa? Las respuestas que predominaron por parte de los estudiantes fueron:
• Estar más de 12 horas al día frente a la computadora se vuelve agotador y monótono
• Cursos prácticos se quedan atrás por falta de herramientas tecnológicas
• Falta de preparación de profesores en el uso de los programas virtuales
• Espacios como dormitorios que son para descansar se convierten en espacios para recibir lecciones cuando se viven en hogares de espacio reducido
• Distracciones de familiares que interrumpen la concentración
Entre los hallazgos más importantes a nivel espacial en el aprender y educar desde casa identificamos la necesidad en los estudiantes encuestados de contar con muchos espacios adaptables para aprender en sus hogares. Destacan la necesidad de que sean lugares silenciosos y con la presencia de mucha abundancia de luz natural o incluso al aire libre.
¿Volverá la educación a ser la misma de antes? Esperemos que no. Hemos salido de nuestras zonas de confort teniendo que repensar la manera en que educamos y aprendemos. Hemos tenido que enfrentar y derrotar el miedo al cambio y esta pandemia nos ha traído la oportunidad de usar nuevas herramientas tecnológicas para así poder aplicar nuevas metodologías pedagógicas. El espacio que usemos para aprender y educar tendrá también que evolucionar. La arquitectura y el rol profesional del arquitecto será ahora diseñar no solo el espacio físico sino el virtual para crear experiencias inmersivas de aprendizaje.
En los hogares los espacios son muy diversos. Existen en una casa grande con muchos espacios; en pequeños apartamentos en torre vertical de espacio optimizado, o incluso un hogar pequeño de familia de pocos recursos y en todos, existe la la necesidad de poder convertirse en un rincón de trabajo o aprendizaje adaptable a nuestras propias necesidades.
Pero ¿qué pasará el día que volvamos al campus educativo con o sin la cura del virus?. La convivencia física es parte importante de la experiencia educativa y cursos prácticos en espacios especializados como laboratorios son necesarios para muchos cursos. A lo mejor ya no iremos la misma cantidad de personas a las aulas como solíamos. O tal vez descubriremos que no necesitamos construir aulas mas grandes o pequeñas, sino mas bien pensar en espacios de aprendizaje al aire libre en interacción con la naturaleza pero con las condiciones tecnológicas para llevar a cabo una clase.
Un plan a corto, mediano y largo plazo podríamos pensar en las primeras líneas estratégicas para volver al campus educativo que podrían ser:
• Promover espacios de aprendizaje al aire libre más que construir aulas desde cero
• Mobiliario más amplio, adaptable, y de fácil limpieza
• Aulas con ocupaciones menores y rotaciones de grupos burbuja entre la virtualidad/presencia física
• Diseño de aulas virtuales de experiencia inmersiva como un videojuego y desde nuestros hogares con espacios con abundancia de iluminación natural y donde el espacio para dormir o comer se pueda transformar en un espacio de enseñanza-aprendizaje.
Lo cierto es que la humanidad tendrá que prepararse para un nuevo renacer en la manera que concebimos la educación y el espacio físico donde lo celebramos. Una invitación a que finalmente innovemos sin más excusas ya que llego la hora de pensar y diseñar fuera del “aula caja”.
Omar Quesada Arias