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Endogamia profesional en Costa Rica

Arturo Jofré [email protected] | Viernes 18 noviembre, 2011



Endogamia profesional en Costa Rica


En la mayoría de las profesiones estamos sufriendo una endogamia profesional, “enfermedad” que erosiona el desarrollo de la investigación, que genera profesionales repetitivos como productos estandarizados. ¿Las causas? Son varias, pero la endogamia académica es una de las principales.
En la antigüedad las tribus y después los reyes utilizaron el cruce entre parientes y entre miembros de una misma tribu o familia para mantener la cultura, la sangre, la identidad de sus miembros. Este término, trasladado al campo académico es una enfermedad, ya que a diferencia de las tribus o los reyes, aquí no se visualizan beneficios, solo pérdidas.
Si se analiza el cuadro de profesores de una escuela universitaria, se puede encontrar que casi todos ellos provienen de una raíz común. En efecto, casi todos fueron formados de una misma fuente, ya sea en primera, segunda o tercera generación. Esto implica que todos están más o menos replicando en la misma onda. Esto se da en bachillerato, licenciatura y se prolonga en maestrías y doctorados, como consecuencia todos terminan con enfoques muy similares, no importa de la universidad de la cual provengan.
La universidad es por definición un río que fluye y crece permanentemente, no puede estancarse, no puede repetirse incansablemente, so pena de transformarse en un lago sin perspectivas. ¿Qué hacer? Los países que se han decidido a buscar el desarrollo están haciendo enormes esfuerzos para enviar a decenas de miles de jóvenes a formarse en universidades de Estados Unidos y de algunos países europeos, como una forma de crear plataformas para su desarrollo. Están repitiendo los pasos que hace casi medio siglo iniciaron Japón, Corea del Sur y Taiwán.
Por eso no es extraño que el Ministerio de Ciencia y Tecnología nos indique que cada vez tenemos menos investigadores con posgrado y que se esté incrementando el número de bachilleres y licenciados que están realizando la investigación en ciencia y tecnología (informe de 2009). Si a esto le agregamos el fenómeno endogámico, la situación se agrava.
En el pasado Costa Rica ha tenido la posibilidad de enviar a muchos profesionales a formarse en el exterior y eso ha contribuido en gran medida al desarrollo nacional en ciertas áreas como la medicina, la odontología, la ingeniería, la computación, el derecho, la educación. Pero eso no ha respondido a una política sostenida y estamos ahora en una fase difícil. Es hora de escuchar y apoyar los esfuerzos del Micit y del Conicit en esta materia.
Costa Rica no se ha decidido a dar el gran salto. Por eso mi columna anterior fue una denuncia por la disminución de los fondos para préstamos en educación, en vez de haber rediseñado el sistema para que muchos jóvenes pudieran obtener posgrados en el exterior en áreas clave para el país. Al revés, lo que se hizo fue dejar a miles de estudiantes de bajos recursos sin préstamo para obtener un título profesional… y nadie dijo nada.

Arturo Jofré
[email protected]

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