Empresa convierte billetes de ¢1 mil en “plays” y letreros

¿Alguna vez se imaginó que los billetes de ¢1 mil pudieran tener un uso más allá del de medio de pago?

Estos pueden ser utilizados como material para producir madera plástica, y así, construir varios objetos.

Reciclar esta denominación, hecha a base de un sustrato del polímero, es la misión de la empresa local Producol.

Los billetes deteriorados se obtienen del Banco Central, los cuales se entregan pulverizados a la empresa recicladora, y en su planta los mezclan con otros tipos de plástico del mismo color.

La máquina derrite el material para darle la forma deseada; una vez que se enfría, se utiliza para fabricar rótulos, pisos y “plays”, entre otros.

Lea más: ICE recicla cobre en lingotes y los vende

Los billetes de ¢1 mil son los más ecológicos, pues duran hasta tres veces más que los de papel, y su producción emite menor cantidad de gases de efecto invernadero.

El resto de billetes están hechos de papel y es más difícil reciclarlos.

Lea más: Calle Blancos contará con centro de acopio de Ecolones

Producol ha procesado tres toneladas de billetes de polímero en el transcurso de tres años; además, ha procesado 16 toneladas de billetes de Nicaragua, país que decidió tener todas sus denominaciones a base de polímero.

La tendencia es que cada vez más países se inclinen por esta opción para producir los billetes.

Durante el 2018 en América Latina, diez nuevas denominaciones de billetes se fabricaron en polímero, según datos de CCL Secure, empresa que produce dicho material en nuestro país.

México y Chile tienen más de 15 años de tener denominaciones de billetes en

polímero, mientras que Canadá es un referente en el continente.

Costa Rica utiliza el polímero para producir los billetes de ¢1 mil desde 2011, y el plan es extender su uso en los próximos años, según Gustavo Ascenzo, director de Negocios para Latinoamérica de CCL Secure.