El manejo del poder en la empresa familiar
El manejo del poder en la empresa familiar
Hace algunos años Antonio F., un empresario fundador de un exitoso negocio y líder indiscutible de su clan familiar, me hacía la siguiente observación en una tertulia: “Yo no tengo estudios universitarios, ni ningún tipo de instrucción especializada, pero de algo sí estoy consciente: sé manejar muy bien el Poder”.
La tajante frase disparó enseguida mi curiosidad. ¿A qué se refiere exactamente?, le pregunté.
Bueno, dijo él, bastante satisfecho por haber llamado mi atención.
“Sé que muchos escritores han estudiado ese tema y tal parece que no hay un consenso sobre cómo definir el Poder. Pero yo sí sé cómo. Para mí, manejar el Poder es saber asumir mi propia responsabilidad, tanto en mi empresa como en mi familia”.
Desde un punto de vista conceptual, aquel empresario investido de la autoridad adquirida a lo largo de los años y por la gracia de la experiencia, estaba al mismo nivel que el mejor de los filósofos o catedráticos del mundo.
Efectivamente, ser un dirigente responsable (especialmente en una empresa familiar) solo se logra manejando tres factores claves: la autoridad (basada en los esquemas de jerarquía de la organización y en el conocimiento demostrado en las actividades que realiza la persona), la capacidad (referida a las competencias y experiencias del individuo) y el liderazgo (entendido como el manejo efectivo de la dirección y administración de las tareas relacionadas con su desempeño).
Y todo esto se puede resumir en una fórmula sencilla: responsabilidad (autoridad + capacidad + liderazgo) = Poder.
Existen algunos emprendedores que nunca han estudiado una carrera o que no tienen una alta instrucción, pero tienen la capacidad de manejar correctamente el Poder en sus empresas, porque son personas que se han educado en familias que les han enseñado valores que respetan al prójimo, enseñan la responsabilidad, muestran que los deberes que están por encima de los derechos, apoyan a su comunidad y animan a los demás a utilizar su propio talento.
Según lo veo, el criterio de Antonio F. es válido en la medida en que el manejo del Poder se haga extensivo a la familia que gobierna la empresa. En una familia donde exista una cultura de base, un sueño compartido y unas reglas de juego, resulta más fácil ayudar a entender el Poder de una forma provechosa, justa y correcta.
Guillermo Salazar
Asesor
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