El Canto del Cisne
Humberto Pacheco [email protected] | Martes 04 octubre, 2016
Lo que no queríamos hacer es no despedirnos de un público lector que ha sido más que generoso con sus apreciaciones y su apoyo
TROTANDO MUNDOS
El Canto del Cisne
Lic. Humberto Pacheco A., M.C.L.
Corría el año 2011 y bastanteábamos la invitación de don Fred Blaser a escribir una columna en que narraríamos algunas de las vivencias que habíamos experimentado a través de cuarenta y tantos años de trabajo internacional.
El arranque se dio con dos columnas denominadas Preámbulo I y II, pasando luego a llamarse Trotando Mundos. Esto nos ha exigido un intenso trabajo pues -perfeccionistas que somos- hemos procurado hacer algo interesante.
Queríamos brindar información a los lectores de como eran las cosas en ese otro mundo desarrollado en el que trabajábamos, para estimularle a pensar abiertamente. Poco a poco este propósito fue cambiando por el de una columna político-social de crítica ante la enormidad del desastre idiosincrático y gubernamental de Costa Rica desde finales del Siglo XX, por al menos veinticinco años.
Como resultado nos hemos visto inmersos en un mundo frustrante en el que no importa lo que se diga- aparte de ganarse enemigos- nada cambia. La misma naturaleza de la discusión, aparejada a las cada vez más radicales actitudes de un gobierno que corona su continua producción de desaciertos agarrándose de las manos de los comunistas gobiernos del Alba, es suficiente para envenenarnos el alma. Además, hemos debido sufrir continuos agobios de las agencias de gobierno contra nuestra Firma, lo cual ha resultado injusto para con nuestros socios y muy desgastante para nosotros mismos.
Ya veníamos pensando que se nos había vencido el ciclo como escritores de columna, por lo que continuar nos parecía que era patear un caballo muerto.
El oportuno cambio de sistema de La República, que sacó las columnas del periódico impreso para pasarlas al Internet, se convirtió en el momento propicio para la toma de la decisión final. Sí nuestra columna de algo sirvió, ya había cumplido su ciclo y era hora de dar espacio a otros escritores. No dejaremos de colaborar con este prestigioso periódico al que queremos mucho. De tiempo en tiempo, cuando el gusanillo nos atormente por algún tema que pensemos que podría contribuir algo constructivo, mandaremos algunas cuartillas para su consideración. Pero no será como parte de una columna reglada a la que estemos comprometidos.
Lo que no queríamos hacer es no despedirnos de un público lector que ha sido más que generoso con sus apreciaciones y su apoyo. Para nuestra satisfacción, únicamente una carta, de un sindicalista, trajo insultos. La ignoramos. En muchas ocasiones personas respetuosas aportaron opiniones contrarias que nos enseñaron mucho, y en otras nos dijeron que habían aprendido de nosotros. Esto causó un intercambio muy estimulante. No olvidaremos la vez que una distinguida dama nos envió un precioso ramo de flores.
Queremos que todas esas personas que nos escribieron sepan lo muy valioso que resultó su estimulo para darnos el empujón que siempre hacía falta al escribir una columna con regularidad. Para todos Uds, y en especial para aquellos que nos escribieron, nuestra imperecedera gratitud. Les tenemos guardado un espacio en nuestro corazón.
Escogimos como título la expresión del inglés Swan Song, por su connotación de despedida. Que Dios salve y bendiga a Costa Rica y a todos Uds.
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