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Aunque dejó de ser un diagnóstico oficial en 2013 para agruparse al Trastorno del Espectro Autista, su reconocimiento es fundamental para un tratamiento adecuado

“El síndrome de Asperger es una referencia clave para comprender a los pacientes y reducir estigmas”, Luis Diego Herrera Amighetti, psiquiatra especializado en niños y adolescentes

Hoy se conmemora el Día Internacional del Síndrome de Asperger

Redacción La República [email protected] | Martes 18 febrero, 2025


Dr. Luis Diego Herrera Amighetti, psiquiatra especializado en niños y adolescentes
“El síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo, que se caracteriza por un lenguaje correcto pero atípico, debilidad en las destrezas sociales, intereses muy definidos y persistentes, baja tolerancia a la frustración y un estilo de personalidad rígido y dominante o autoritario”, afirmó el Dr. Luis Diego Herrera Amighetti, psiquiatra especializado en niños y adolescentes. Cortesía/La República.


Cada 18 de febrero, el mundo conmemora el Día Internacional del Síndrome de Asperger, una fecha clave para visibilizar una condición que, aunque eliminada oficialmente de los manuales psiquiátricos en 2013, sigue marcando la vida de miles de personas.

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El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) agrupó el Asperger dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA), un cambio que generó confusión y dejó a muchas personas sin un diagnóstico claro. Sin embargo, especialistas insisten en que sigue siendo una referencia clínica fundamental.

“El síndrome de Asperger tiene características particulares que lo diferencian de otros trastornos del espectro autista. Quienes lo presentan suelen tener un lenguaje fluido, pero con un estilo atípico, intereses intensos y dificultades en la interacción social. Su eliminación ha complicado el acceso a diagnósticos precisos y tratamientos adecuados”, afirmó el Dr. Luis Diego Herrera Amighetti, psiquiatra especializado en niños y adolescentes.

Un diagnóstico que marcó la diferencia

El término Asperger fue introducido en 1944 por Hans Asperger, quien identificó a niños con habilidades lingüísticas avanzadas y dificultades en la comunicación social. Paralelamente, en 1943, Leo Kanner describió el autismo como una condición más severa, con alteraciones en el lenguaje y una desconexión marcada con el entorno.

Aunque ambos trastornos comparten características, había diferencias clave. Los niños con autismo suelen evitar el contacto social, mientras que aquellos con Asperger buscan interactuar, aunque de manera rígida o poco convencional. Su lenguaje es estructurado y su tono de voz puede ser monótono o inusual.

“Asperger veía en sus pacientes un potencial intelectual significativo. Muchas personas con este perfil se destacan en áreas como matemáticas, ciencia y tecnología, gracias a su pensamiento analítico y enfoque detallado”, agregó el especialista.

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La inclusión del síndrome de Asperger en el TEA según el DSM-5 trajo nuevos criterios diagnósticos que excluyeron a un porcentaje significativo de personas previamente diagnosticadas.

En Estados Unidos, hasta un 75% de los pacientes con diagnóstico previo de Asperger ya no cumplen con los nuevos criterios del TEA, lo que preocupa a quienes necesitan apoyo específico para mejorar sus habilidades sociales y emocionales.

“El síndrome de Asperger es una entidad diagnóstica útil, porque nos orienta hacia tratamientos beneficiosos, nos permite anticipar la evolución de las personas que lo presentan, tiene menos estigma y es menos confuso que el término Trastorno del Espectro Autista. Por estas razones, les explico a los pacientes y a sus familias en términos sencillos la evolución del término y concepto de síndrome de Asperger", enfatizó Herrera.

Atención profesional:

El abordaje terapéutico para personas con Asperger debe ser personalizado. “El tratamiento varía según el paciente; algunos necesitan apoyo en comunicación, otros en manejar ansiedad o regulación emocional, y a veces, tratamiento farmacológico”, explicó el especialista, quien además resaltó la importancia de la información para las familias.

“Cuando los padres comprenden el perfil de sus hijos y aprenden estrategias adecuadas para apoyarlos, el impacto en su calidad de vida es significativo”, subrayó.

En la Clínica de Salud Mental Herrera Amighetti, perteneciente a la División de Salud de Grupo Montecristo, se aplican estrategias personalizadas que incluyen terapia cognitivo-conductual, entrenamiento en habilidades sociales y manejo de la ansiedad.

“Contamos con un equipo multidisciplinario de psiquiatras, psicólogos y terapeutas especializados en neurodesarrollo, brindando un acompañamiento integral para niños, adolescentes y adultos con Asperger y otras condiciones dentro del espectro autista”, finalizó Herrera.


Clínica de Salud Mental Herrera Amighetti


Más información sobre sus servicios aquí https://cha.metropolitanocr.com/


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