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El símbolo del Teatro Nacional no puede cambiarse

Vladimir de la Cruz [email protected] | Miércoles 04 septiembre, 2024


Vladimir de la Cruz

Historiador

Fue el gobierno de Luis Guillermo Solís Rivera, 2014-2018 que por medio de una Ley, firmada por él, institucionalizó y declaró el Teatro Nacional como un Símbolo Nacional del Patrimonio Histórico Arquitectónico y Libertad Cultural.

Tuvo esta ley una aprobación de 40 diputados en su segundo debate. Dicho de otra manera, el Teatro Nacional se declaró Símbolo Nacional por una Ley de la República, no por un Decreto Ejecutivo ni por un acto administrativo del Ministerio de Cultura.

Cuando se declaró Símbolo Nacional se estableció que los días 12 y 13 de mayo del 2018 estuviera abierto de acceso al público para que, mediante visitas guiadas en días, el pueblo pudiera recorrerlo y conocerlo en sus detalles interiores.

La ley estableció que el Ministerio de Educación Pública tiene que incluir en el temario correspondiente en los estudios, en la escuela primaria como en la secundaria, los contenidos respectivos para que se estudie, valore y destaque el Teatro Nacional como Símbolo Nacional.

Desde el 5 de febrero del 2018, cuando se aprobó la declaratoria el Teatro Nacional pasó a ser un Símbolo Nacional más, el número 14 de la lista de símbolos declarados.

Ya había sido reconocido como monumento nacional, así establecido por Decreto No. 3632 del 24 de diciembre de 1965, bajo el gobierno de Francisco Orlich Bolmarcich, 1962-1966. En 1995, en el gobierno de José María Figueres Olsen, 1994-1998, se amparó, en 1995, el Teatro Nacional a la Ley de Patrimonio Histórico Arquitectónico, reconociendo su importancia arquitectónica, patrimonial, cultural e histórica. Así el edificio principal fue declarado Monumento Histórico Nacional; con lo que el Estado costarricense reconoció y estableció la importancia arquitectónica, patrimonial, cultural e histórica del inmueble.

Cuando se creó el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes se estableció que el Teatro Nacional estaría adscrito a este Ministerio, así dependiente desde 1974.

En 1998, en el gobierno de Miguel Angel Rodríguez Echeverría, 1998-2002, se le declaró Institución Benemérita de las Artes Patrias.

En el 2019 se aprobó, por la Asamblea Legislativa, un Contrato de Préstamo con el Banco Centroamericano de Integración Económica, para darle al Teatro Nacional un Programa Integral de Seguridad y Conservación, siguiendo una iniciativa del Poder Ejecutivo del 2018. Cuando se aseguró la preservación del edificio patrimonial, se excluyó del mismo cualquier actividad de tipo administrativa que representara un riesgo, que alterara la fusión del legado del siglo XIX con las necesidades del siglo XXI.

El Teatro Nacional de Costa Rica (TNCR) había nacido como ente jurídico estatal el 28 de mayo de 1890 cuando el Congreso Constitucional de la República emitió el Decreto XXXIII que en su artículo primero declara “Obra Nacional el Teatro de la Capital de la República", financiado en sus inicios con un impuesto a la exportación de café, para su construcción, fortalecido con Decretos de 1892 y 1893.

En nuestra Historia Nacional tenemos símbolos nacionales del período del Estado (1821-1848) y de la República (1848-2024, hasta hoy). Los símbolos nacionales son objetivos, verdaderos, tangibles y sagrados. Tenemos Símbolos Nacionales que podemos considerar Mayores y los que podemos considerar Menores, todos son SÍMBOLOS NACIONALES.

Los MAYORES son la Bandera, el Escudo, los Escudos de Armas, el Pabellón Nacional, las Letras y Música del Himno Nacional. El Pabellón Nacional es la integración del Escudo y la Bandera en un solo cuerpo, que se presenta solo en el acto correspondiente que preside el titular de cada uno de los Poderes de la República: el Presidente Ejecutivo, Legislativo, Judicial o Electoral.

Nos recuerdan los símbolos nacionales la afirmación del proceso de construcción y del desarrollo democrático nacional. Son síntesis de la historia nacional, la independencia, la libertad y la soberanía. Recogen el pacto social y político de los costarricenses, su unidad nacional y destino común.

Los Símbolos Nacionales MENORES son aquellos que destacan valores y particularidades de la sociedad costarricense, de la cultura nacional, de la tradición histórico cultural, de la biodiversidad geográfica y natural, que distinguen especialmente particularidades del pueblo y de la nación costarricense, así como del territorio nacional en toda su amplitud. Pueden tener características muy regionales o particulares, como son los símbolos asociados o que representan la fauna nacional; el animal y ave nacional, que exaltan la protección y conservación de las aves; la flor nacional y el árbol nacional, que representan la flora costarricense; la carreta costarricense con la cual se destaca el trabajo como valor generador del desarrollo económico, de la riqueza social y como expresión del arte popular.

Los Símbolos Nacionales, son comunes a los costarricenses, son cuerpos independientes entre sí, con su propia historia y desarrollo. Identifican valores de la sociedad, exhaltan hechos históricos, concretan idiosincracia; reflejan aspiración, afán de lucha y progreso de la nación; expresan ideales y la confianza de un hermoso porvenir. Algunos símbolos sobresales sobre los otros. Tienen un reconocimiento público y popular más destacado.

A los Símbolos Nacionales se les rinde respeto, honor y ritual de uso. Parte de ese respeto y ritual de uso es mantener lo particular que distingue a cada símbolo, ya como un emblema, como un logo, como un elemento de identificación, como su genuina cédula de identidad.

Así por ejemplo el logo que históricamente ha identificado al Teatro Nacional, que es parte consustancial de su propia estructura arquitectónica, que desde su construcción ha permanecido como su sello de reconocimiento público, y así ha sido empleado para todos los efectos, la combinación de la T y la N en el cuadrado que las entrelaza.

Los Símbolos Nacionales no pueden ser alterados por actos administrativos o ejecutivos. Lo que por Ley se crea solo por Ley se pude cambiar.

Los gobiernos a veces han tratado de distinguirse con un Logo de la Administración de turno. Es válido para los actos del Poder

Ejecutivo en el uso de su correspondencia y papelería oficial.

Nunca ningún logo de gobierno ha sustituido un símbolo propio, particular, de ninguno de los Símbolos Nacionales, con los cuales se reconocen, como ha hecho el actual Ministro de Cultura (¿?), que ha eliminado, entre otros el Símbolo o Logotipo que ha caracterizado al Símbolo Nacional del Teatro Nacional, sustituyéndolo por otro, un rectángulo horroroso, que incluye, destacando en amarillo ,una silueta del país, que más parece un homenaje a las políticas oficiales que amparan la tala de árboles en zonas protegidas, y que proyecta un país sin zonas ni áreas protegidas de bosques o reservas nacionales de conservación y de biodiversidad.

Lo que se trata de imponer es un símbolo vacío. Si así quiere expresar lo que es el actual gobierno, puede hacerlo para la papelería oficial, pero no para sustituir los emblemas con que se han distinguido históricamente los símbolos nacionales en su particularidad.

Comete un grave error el Ministro de Cultura cuando trata de imponer un logo de gobierno como un logo histórico de una Institución Benemérita, como lo es el Teatro Nacional. ¿Cuánto va a durar ese nuevo logo de gobierno? ¿Lo que queda de gobierno, 18 meses?

El Teatro Nacional es un Símbolo Nacional, emblemático, de nuestra cultura y de nuestra sociedad democrática en el momento en que se construyó, por la participación popular que contribuyó en su construcción. El Emblema, el Logo, que lo ha distinguido como reconocimiento institucional es parte de su propia estructura y arquitectura. Como tal no puede ser cambiado.

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