El próximo Presidente, algunas razones para considerar el voto
Vladimir de la Cruz [email protected] | Miércoles 02 febrero, 2022
Estamos al día de hoy a cuatro días de la elección del Presidente de la República, sus vicepresidentes y los 57 diputados. Como todas la elecciones no es un día cualquiera. Es el día más importante del ejercicio de derechos políticos, de derechos ciudadanos, de ejercicio del sufragio, que en Costa Rica tiene una tradición histórica desde que se procedió a la elección del diputado Florencio del Castillo, para representarnos en las Cortes de Cádiz, desde que por cabildos abiertos se designaron los delegados a Cartago para declarar la Independencia de Costa Rica el 29 de octubre de 1821, y desde cuando se empezaron a nombrar las Primeras Juntas Gubernativas, iniciando la Independencia, al primer Jefe de Estado y a los representantes costarricenses ante los organismos de las Provincias Unidas de Centroamérica y de la República Federal de Centroamérica hacia 1824.
Ciertamente, desde ese momento, aún bajo la dominación española, y luego, desde los días de Independencia, el proceso electoral se fue perfeccionando hasta hoy, que lo hemos llevado a amplios sectores de la población, prácticamente a todos los mayores de 18 años, que se consideran ciudadanos, que para estas elecciones suman poco más de 3.540.000 electores, 219.000 más que en las elecciones del 2018. De ellos 1.781.439 mujeres, 1.760.469 hombres, 53% de todos mayores ce 40 años.
Lo hemos perfeccionado en el curso histórico para que todos los ciudadanos sin distinción alguna por razones de carácter económico, racial, religiosa, de sexo, o política, hoy puedan ejercer este sagrado Derecho de Elegir y de ser Electos. Hemos llevado a 50.833 electores, la posibilidad de elegir Presidente como residentes costarricenses en el extranjero.
El espectro electoral del próximo domingo tiene 25 partidos con candidatos presidenciales, que repiten todos ellos con candidatos a diputados en las siete provincias, llegando a tener en las provincias no menos de 26 partidos y un máximo de 29.
La definición del candidato que gane la presidencia se hará con el 40% de los votos válidos a su favor, que de no obtenerlo ninguno pasan a segunda vuelta los que tengan la mayor cantidad de votos o el mayor porcentaje electoral el próximo domingo.
Los diputados por su parte se eligen por el mayor número de votos que obtengan para alcanzar el cociente o el sub cociente electoral. Para estas elecciones el cociente en todas las provincia ha aumentado en 4.000 votos para cada provincia, de manera que para elegir un diputado, en general se necesitan 42.000 votos y para un sub cociente 21.000 en cada provincia.
El número de partidos ha aumentado provincialmente, respecto a la elección del 2018, de manera que en la provincia de San José había 21 partidos, ahora hay 29, en Alajuela habían 14, ahora hay 26, en Cartago hubo 14 ahora hay 28, en Heredia había 10 ahora hay 25, en Guanacaste hubo 14 ahora hay 26, en Puntarenas se inscribieron 14 ahora lo hicieron 25 y en Limón hubo 15 y ahora hay 26.
De todos los partidos que hubo en el 2018 solo lograron elegir diputados 7 partidos políticos. Ahora con casi el doble de partidos en las provincias, ¿cuántos tendrán la posibilidad de elegir diputado? Mi impresión es que es más difícil ahora elegir y se reduce la posibilidad a pocos partidos, especialmente a los que tradicionalmente han electo y unos cuantos más, pero muy pocos.
De los 14 partidos con candidatos presidenciales en el 2018 solo siete partidos lograron elegir diputados. Así Liberación Nacional eligió 17, Acción Ciudadana 10, la Unidad Social Cristiana 9, Restauración Nacional 14, Integración Nacional 3, el Republicano Social Cristiano 2, el Frente Amplio 1. Para la mayoría de estos partidos es difícil mantener en esta elección, este mismo número de diputados, con 25 partidos mínimo en cada provincia. A ello suma que el Partido Acción Ciudadana se debilitó en la Asamblea Legislativa, Restauración Nacional viene dividido en dos partidos a estas elecciones. Integración Nacional no tiene un candidato presidencial como Juan Diego Castro, que produjo los diputados del 2018 y la fracción legislativa de este partido también se dividió y no ha tenido ninguna lucidez parlamentaria, y se presenta con candidatos muy débiles. La Unidad Social Cristiana de hecho está dividida en tres fracciones, la del Partido Republicano Social Cristiano y la de la candidatura de Rodolfo Piza por aparte, que fue el baluarte más importante de ese partido en las elecciones del 2014 y 2018, que lo levantó y logró subir también el número de sus diputados. Además de todos estos partidos se separaron 12 diputados que se constituyeron en “mini partidos” o “fracciones partidarias unipersonales”. De manera que no hay por qué preocuparse de que también pudiera suceder que en esta elección se escogieran más de siete partidos con diputados, unos unipersonales y otros con fracciones más grandes que las del 2018.
Lo que suceda el próximo domingo 6 de febrero es un evento más de la afirmación democrática de nuestra sociedad, de la madurez cívica y ciudadana que hemos logrado desarrollar, en que con tranquilidad y confianza en el sistema electoral, en sus autoridades administrativas, organizativas y declarativas, en la noche de ese día domingo podemos acostarnos sabiendo que todo el proceso electoral ha transcurrido en paz, sin alteraciones, y con la certeza y seguridad de saber, provisionalmente, alrededor de las 10 de la noche, de si tenemos Presidente electo, o si iremos a una segunda vuelta.
En cualquiera de los dos escenarios, que salga Presidente ese mismo día o se vaya a una segunda vuelta, lo concreto es que el pueblo electoral costarricense se pronunció el 6 de febrero, y que aceptaremos su resultado, hayamos votado o no por el que resulte triunfador, o por los que resulten con pase a la segunda vuelta.
En todos los procesos electorales, desde 1953, y que yo recuerdo desde 1958, al día siguiente de las elecciones, ya conocido el resultado, la vida nacional transcurre tan normal como si el día anterior no hubiera ocurrido gran cosa, porque hay una aceptación total del resultado. Los que participaron con partidos y sus candidatos avalarán los resultados porque esas son las reglas de participación democrática, aceptar sus resultados, y los que se abstuvieren porque pasivamente delegaron en los que votaron su decisión, y también aceptan los resultados finales.
La situación de la pandemia no permitirá concentraciones de simpatizantes alrededor del ganador porque están prohibidas las aglomeraciones, y las reuniones de este tipo, pero no impedirá que en local cerrado el candidato ganador se dirija al país y reciba igualmente los saludos y felicitaciones de los otros candidatos que también participaron, como ha sido la costumbre nacional.
Inmediatamente se iniciarán en los días siguientes al resultado provisional de elecciones, las reuniones del Presidente ganador, para empezar a formar su gabinete y a establecer relaciones con los otros partidos políticos, especialmente aquellos que habían elegido diputados, para iniciar conversaciones y coordinar posibles proyectos de ley a ejecutar y discutir a partir de mayo. Del mismo nodo se tenderán de inmediato los puentes para asegurar la pacífica transición de gobierno y vincular a los ministros entrantes con los salientes.
Si hubiera una segunda ronda la sociedad costarricense se altera y polariza en esos dos posibles candidatos. No hay tradición de que los partidos que perdieron llamen a votar por alguna de las candidaturas que pasan a la segunda vuelta. Lo usual es que los partidos dejan en libertad de conciencia a sus seguidores de actuar en la segunda ronda, y dejan en libertad a sus dirigentes de aceptar cargos en el Gobierno entrante, como sucedió en el 2018, de abrirse esa posibilidad.
Por ahora la segunda vuelta es una posibilidad, pero podría no ocurrir.
En esta campaña electoral, ninguno de los candidatos ha indicado que integrarían un Gobierno de Unidad Nacional, para lo cual contemplarían llevar en su Gabinete miembros o personas destacadas de otros partidos, o de sectores económicos, políticos y sociales del país, que consideraran, para pedirles su colaboración en este esfuerzo de unidad nacional, que no fueran de sus partidos.
Si hay una segunda vuelta, más urgente se volvería para los partidos y candidatos que vayan a ella, sobre todo si se han comprometido en esto, en la integración posible de ese Gabinete antes de que se realice la votación el Domingo de Resurrección, o del primer domingo de abril, para lo cual estaría fechado el día de votación entre los dos candidatos que vaya a disputar la Presidencia de la República. Así se estaría presentando para la segunda vuelta un equipo de Gobierno. Esto sería lo ideal, pero no se ha practicado.
El domingo ya estarán electos los diputados, lo que permitirá valorar qué calidad de diputados habrá y cuantos partidos eligieron.
En este sentido esperaremos el resultado que tendremos el próximo domingo.
¿Cómo escoger el candidato presidencial? Sin lugar a dudas, cada persona tendrá sus propias valoraciones.
Me parece que se escogerá candidato para darle el voto en razón, entre otros aspectos, de los siguientes elementos, valores y situaciones:
1.- Su persona, sus cualidades profesionales, personales, familiares, laborales, que ha exhibido para conocimiento de sus electores.
2.- Su personalidad, la que ha demostrado durante toda la campaña y durante los últimos debates posiblemente, donde ha mostrado su carácter, su templanza, su voluntad, su firmeza, su seguridad, su carisma, sus cualidades de liderazgo. También la personalidad que se le conoce por su paso en la Administración Pública, si así ha sido, o los datos de vida que se han dado a conocer oficialmente.
3.- Su mayor conocimiento de los problemas del país y sus posibles soluciones a los mismos, el dominio informativo de estas temáticas, y la confianza que pueda generar en la ejecución de estas posibles soluciones.
4.- Su paso por la función pública, política e institucional y su experiencia en este sentido, si la ha tenido, lo que puede ser importante si se parte, con la experiencia de los últimos dos gobiernos, por la sensación que han dejado, de que se ha improvisado y ha llegado gente sin experiencia a los mandos de gobierno.
5.-Su buena fama de no haberse visto involucrado, de ninguna manera, en escándalos, denuncias o situaciones que pudieran manchar su expediente de vida pública, y también privada, así como su honradez pública conocida.
6.- Se puede escoger el candidato y votarle por la tradición familiar de sufragar por un partido político, aunque pareciera que cada vez pesa menos este elemento. Las familias hoy reflejan posiciones multipartidistas en el interior se sus miembros, aunque todavía pesan las tradiciones partidarias, ya no tanto de liderazgos, aunque pueden resaltar la de apellidos conocidos.
7.- Las encuestas han valorado la figura presidencial y a los partidos en su apoyo o intención de voto. En este sentido pocos partidos tienen candidatos presidenciales con más de un proceso electoral en su historia, pesando más fuertemente en ellos aquellos que han sido partidos gobernantes, o que responden a la imagen de ciertos líderes históricos de sus partidos, o de los fundadores de sus partidos, como los partidos Liberación Nacional, la Unidad Social Cristiana y el mismo Acción Ciudadana. De los actuales candidatos José María Figueres ya fue Presidente de la República, Lineth Saborío fue Vicepresidenta, Rolando Araya, Rodolfo Piza, Federico Malavassi, Sergio Mena, Oscar, John Vega, Walter Muñoz y José maría Villalta han sido candidatos a la Presidencia. El resto es primerizo en este camino. De los 25 candidatos presidenciales 14 están también aspirando a ser electos diputados, con una doble candidatura.
8.- En esta ocasión, por el desempeño mal percibido del gobierno de Acción Ciudadana, pesa mucho un celo entre los electores de considerar una improvisación nuevamente del mismo Acción Ciudadana o de otro nuevo partido, que no haya gobernado, que no hay ejercido el Poder Ejecutivo, aspecto que me parece está pesando en la determinación de a quién escoger.
9.- Se puede escoger candidato por afinidad teórico política, o ideológica, siguiendo corrientes de pensamiento político: socialcristianos, cristianos no católicos, socialdemócratas, socialistas, liberales y neoliberales. No hay otras expuestas en el escenario electoral, aunque estas corrientes no hayan sido temas sobresalientes de la campaña electoral, ni los candidatos, excepto el del Partido de los Trabajadores, John Vega, que enfatizado en este aspecto, en su posición socialista, y en que trasnochadamente Fabricio Alvarado ha hecho en estas últimas dos semanas un énfasis en una campaña con sesgo anticomunista, especialmente anti Frente Amplio, procurando hacer de este tema un punto sobresaliente de este final de campaña, si que ello le haya resultado ni el Frente Amplio le hay mordido el anzuelo, dejándose provocar. Pero tampoco hay nada en el entorno nacional o internacional que permita realzar una campaña de este tipo, cuando el péndulo en América Latica gira hacia el centro político y la centro izquierda.
10.- En esta campaña no se puede escoger candidato siguiendo criterios de progresismo o conservadurismo, por la discusión de ciertos temas que se hubieren introducido en la campaña electoral. La agenda principal ha sido loa económica y la hacendaria, la de los acuerdos con el FMI, sin mayor eco en las elecciones, la de disminuir impuestos y la de reactivación económica. La agenda social no ha sido relevante ni siquiera para los 4 partidos que se ubicación en la izquierda electoral. En este sentido los partidos “progresistas” se reducen, en el plano de la elección presidencial, al Frente Amplio, el Partido de los Trabajadores, el que tiene, a mi modo de ver, el planteamiento más radical de carácter socialista, a Pueblo Unidos y a un partido provincial de Limón, que tiene un planteamiento muy interesante. El Partido Acción Ciudadana, que en campañas anteriores tuvo un fuerte apoyo de sectores juveniles, en esta campaña no se le siente igual. Entre los partidos liberales y neoliberales disputan el mismo conglomerado con iguales o muy parecidas consignas y temas de fondo. Cuatro partidos postulan mujeres a la Presidencia y ninguno de esos partidos ha exaltado el ámbito de la mujer, de la mujer trabajadora y sus problemas fundamentales. Pareciera que no tienen una propuesta política para las mujeres, que son la mitad del padrón electoral. No se ha agitado en toda la campaña como temas electorales los graves e importantes problemas sociales que afectan a casi dos millones de costarricenses, desempleo, bajos salarios e ingresos, reducciones forzosas de estos ingresos, techos que se les ha puesto a los salario y pensiones. El resto disputa matices de conservadurismo político económico, que traerá más encarecimiento real del costo de la vida.
11.- No se ha planteado en la campaña electoral un escenario de izquierdas y derechas, ni de Socialismo vs. Capitalismo, ni de una arremetida contra el modelo neoliberal imperante desde el punto de vista económico. Lo más cercano a esto lo ha hecho sostenidamente el planteamiento del Partido de los Trabajadores y Fabricio Alvarado procurando hacer una campaña anticomunista de carácter nacional, en lo que no ha tenido éxito.
12.- No se ha hecho de la campaña electoral tampoco un escenario de jóvenes contra viejos, de juventud contra personas mayores, de millenians vs. el resto de la sociedad. Estas categorías, por ahora, desaparecieron con la pandemia y del escenario político electoral. Al fin y al cabo, la población mayor de 40 años significa el casi el 60% de la votación, y los nuevos votantes, los que votan primera vez apenas de 200.000. Todos los electores, a partir de los 22 años al menos han votado una vez y todos los menores de 40 han votado por lo menos 4 o 5 veces.
13.- Los grandes temas de discusión nacional apenas se han abordado muy tangencialmente. Los encuentros de candidatos programados no permiten debates, tan solo exposiciones muy sucintas de algunos de sus planteamientos y soluciones, o de manifestar algunas de las acciones que podrían impulsar. Han sido pobres, raquíticas, poco estimulantes, no provocan adhesiones. Inteligentemente algunos candidatos no se ha dejado provocar por los otros candidatos cuando se les van al cuerpo, con planteamientos de arenga pública sin éxito polémico.
14.-Al día de hoy, miércoles, a cuatro días del día de elección, pareciera que el número de abstencionistas se va a reducir. Hoy se publicarán las últimas encuestas que todavía no conozco. Aún no sabemos cuánto, pero eso es lo que parece. De ser así, probablemente afecte más positivamente a los partidos tradicionales que han gobernado, que a los nuevos que no han ejercido Gobierno. Y dentro de esos el más beneficiado con la reducción del abstencionismo podría ser Liberación Nacional, y los más perjudicados podrían ser los que se presentan como nuevas opciones, porque representarían en la realidad la posible improvisación.+ que nadie quiere en el Gobierno.
15.- Del mismo modo, si el abstencionismo llegare a subir los mayores beneficiados podrían ser Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana, por los “votantes duros” que han demostrado tener en sus convenciones internas.
16.- No han habido temas morales que se hayan puesto en la discusión como temas principales de la campaña. Lo que ya se aprobó desde el 2018 está consolidado en la conciencia nacional y de los electores. No hay ningún desgarre emocional nacional y hoy hay más costarricenses disfrutando plenamente de sus Derechos Humanos.
17.- La Iglesia Católica ha adquirido una postura más inteligente en esta campaña, llamando a votar en conciencia, a consolidar y fortalecer la democracia. No hay tampoco una amenaza real de que un cristiano fanático no católico llegue a la Presidencia de la República.
18.- Si se parte del proceso histórico que se ha construido hay que entender que hemos evolucionado y crecido de lo menor a lo mayor, de la discriminación, exclusión y marginación a espacios cada vez más amplios de participación y de democracia, de la restricción de libertades y derechos a la ampliación de las libertades y derechos, del no reconocimiento de Libertades y Derechos al reconocimiento de Libertades y Derechos, de la inexistencia de Libertades y Derechos a la promulgación de esas Libertades y Derechos.
En este sentido podemos valorar cuales partidos y cuales candidatos ofrecen continuar este desarrollo de Libertades y Derechos, cuales partidos y candidatos ofrecen y garantizan este desarrollo de la democracia costarricense donde se goce de mayor igualdad, de mayor democracia, de mayor plenitud de Libertades y Derechos y de mayor equidad social, y cuales partidos y candidatos se perciben como amenazas a esta evolución democrática y de ampliación de Derechos y Libertades.
19.- Probablemente influirá el día de las elecciones, el domingo próximo, la capacidad organizativa de los partidos para movilizar su gente, para participar en el propio proceso electoral hacia y desde los sitios de votación, sobre todo que no se permitirán aglomeraciones con toldos en los centros de votación. De los 25 partidos solo uno logró inscribir miembros de mesas en todas las que hay en el país, que probablemente sea el partido que tenga mayor capacidad para movilizar sus votantes.
20.- Los partidos de tradición cristiana evangélica no católica, posiblemente influyan ese día con los más de 3.000 templos religiosos que tienen y la Alianza Evangélica Nacional, alrededor de la cual se organizan, para llamar a sus miembros y contribuyentes económicos a ir a votar por sus dos tiendas electorales. El candidato del partido Acción Ciudadana también es militante de estas iglesias.
21.- Siguen pesando en el resultado electoral varios cantones que concentran la mayor cantidad de votantes, así como la Gran Area Metropolitana, por su concentración de población, pero la periferia y las zonas rurales no se pueden descuidar de la atención electoral, porque también suman a los votos presidenciales y eligen diputados. En este día todo suma.
22.- Las últimas encuestas de anoche martes, y hoy publicadas, ya marcan una tendencia pre monitoria de tener al menos uno de los posibles finalistas para una segunda ronda, si no gana en la primera, a Liberación Nacional y a su candidato José maría Figueres, siguiéndole los pasos Lineth Saborío y Fabricio Alvarado.
23.- Finalmente, la decisión que cada quien tome debe hacerse sobre la mejor valoración que cada quien haga, sobre estos elementos, o sobre otros, pensando en que el escogido es el mejor de todos los candidatos, de todas las opciones programáticas que se presentan o que representan. De esta manera nadie pierde en su decisión. Así por ejemplo, si yo escojo un candidato presidencial para darle el voto, y se lo doy, y al resultado no resultó ganador, no debo pensar que perdí. Puedo pensar que los otros votantes perdieron porque no votaron por el que yo consideraba mejor. De esta manera, si así pensáramos todos, todos ganamos, pero más gana con ello Costa Rica, su régimen democrático, su proceso electoral.
Tengo la sensación de que en esta ocasión el abstencionismo se va a reducir. Los electores van a terminar votando por alguien. No van a dejar que la elección se vaya como agua por las manos. El dedito va a funcionar…
En esta ocasión me parece, es lo que percibo, los ciudadanos escogerán entre los que tienen más posibilidades de ganar por lo que digan las encuestas y por lo que cada quien perciba, viendo hacia atrás, en el proceso histórico, entre aquellos que tienen mayores posibilidades, o que ya han sido gobierno, tomando en cuenta experiencia personal de los candidatos o de su partido. Pero las sorpresas siempre pueden darse al final.
Desde el inicio de la Campaña Electoral grupos económicos y medios de comunicación escogieron un pequeño grupo de 8 candidatos que los sarandeaban para tomarlos en cuenta, procurando definir con ellos los finalistas. Ya los redujeron a 6 en los últimos debates. El viernes los tendrán en tres o cuatro. En este final de semana dejarán a cuatro finalistas hasta el domingo. Las cartas pareciera que ya están echadas.
¿Con qué criterio escoger cuál es la mejor opción dentro de lo que hay?
Hay que valorar con serenidad, con responsabilidad, la experiencia, el conocimiento y condiciones de los partidos, pensando que en estas elecciones se está definiendo no el próximo gobierno, no los próximos cuatro años, sino que lo que está de por medio es el futuro de Costa Rica por los próximos 25 años.
Es importante valorar también la calidad y condiciones de los candidatos que aspiran a la Presidencia de la República, su preparación, su experiencia, su capacidad y sus posibilidades de integrar el equipo encargado de la Dirección Política Nacional de Costa Rica, desde su Consejo de Gobierno.
Los años que vienen son complejos y difíciles.
Veo los siguientes campos en que hay urgentemente que actuar, incluso si fuera necesario declarando una Emergencia Nacional para atenderlos.
Estos campos son:
La recuperación de los 450.000 empleos perdidos por la pandemia, la creación de nuevos empleos.
La recuperación de los 100.000 empleos de las mujeres cabezas de familia que también salieron afectadas por el desempleo causado por la pandemia.
La recuperación de los 100.000 estudiantes que la pandemia expulsó del proceso educativo.
La recuperación de los casi 1000 escuelas y colegios que sanitariamente los han cerrado.
La humanización de los tugurios y la construcción de nuevas viviendas.
La lucha a todo vapor contra la corrupción, el narcotráfico y la narcopolítica.
La recuperación de las instituciones culturales que casi las han cerrado.
La continuación de la construcción de obras de infraestructura.
La reconstrucción de la economía nacional y la reactivación de áreas económicas claves.
Nuestra inserción en las nuevas relaciones económicas internacionales.
¡A votar todos el próximo domingo!
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