El espacio público es la casa de todos: Salvador Rueda
El rediseño del transporte público es clave, abandonar el modelo carro centrista, así como fomentar alternativas dignas y adecuadas para una ciudad en equilibrio
Mariana Sáenz Mora [email protected] | Lunes 05 junio, 2023
Salvador Rueda Palenzuela
Ecólogo urbano
Presidente de la Fundación de Ecología Urbana Territorial
Director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona (2000-2020)
Este es un extracto de una entrevista exclusiva que se le realizó a Salvador Rueda, para conocer los alcances y las posibilidades de implementar modelos de supermanzanas en ciudades como San José y como esto regenera la calidad de vida
Un espacio público habitable controla las variables del entorno, eso quiere decir que es un lugar apto en la calidad del aire, el ruido tiene un nivel moderado donde no es necesario estar gritando para ser escuchado, donde el diseño vial minimiza la tasa de accidentes de tránsito, que tenga un paisaje visual armonioso y el provoque la cohesión social.
Además, el espacio público tiene que permitirnos, por las condiciones que tenemos ahora del cambio climático, contar con un refugio para que sea confortable andar por la calle.
Entonces, tenemos que crear los escenarios adecuados con variables controladas que nos permita adaptarnos de alguna manera a este cambio que ya está sucediendo. También, la ciudad debe ser un lugar donde se pueda conectar con todo aquello que se desea. Por ejemplo, los frentes de fachada a nivel de la calle deben tener las actividades, los servicios y los comercios lo más cercano a donde se transita.
El ideal es que estén disponibles de diez a cinco minutos como máximo a pie. Para esto hay que organizar, para el lenguaje del ambiente interno de un comercio sea igual de atractivo que el exterior.
Podemos ver la ciudad como un corazón, y las personas somos ese flujo que lo alimenta, entra y sale con cada pulso. Entonces, hay que crear las condiciones para que sea maravilloso.
Si estos factores no existen entonces se crea un hábitat de inseguridad precisamente porque no hay equilibrio. Yo lo que veo en San José es una gran calidad del espacio interior de los locales, con buen diseño, pero eso no se traslada a la calle. Esa carga hay que igualarla al espacio común para un cambio de la economía. Un espacio público de calidad incide positivamente también en el precio de la publicidad por el incremento de las personas que circulan caminando.
Hay que conservar el histórico arquitectónico pues es un atrayente del turismo e impulsar un modelo de movilidad eficiente para liberar espacio para los ciudadanos.
Para lograr que todos los elementos se unan: instituciones, municipalidades, comercio; todos, y lograr una ciudad balanceada, hay que tener presente que es una inversión que va a tener buenas repercusiones en la factura sanitaria, en el ahorro de las horas o días laborales que se pierden por falta de calidad en la salud provocada por contaminación y el crecimiento de las actividades económicas del sitio.
Eso se ha comprobado con las supermanzanas de Barcelona un incremento inicial del 15 % alcanzado en las actividades económicas. Ahora ya tenemos más de un 60%, la inversión se recupera y se gana. Se han evitado 700 muertes prematuras anuales por contaminación o calor. Más el impacto positivo en la salud mental, un espacio deteriorado se queda en subconsciente y produce infelicidad
El modelo urbano es el ideal para todas las ciudades, por ser esquema matemático que, gracias a su forma octogonal, crea redes en cruz que permiten buena circulación, menor contaminación por transporte de motor, eficiencia de recursos y movilidad, accesibilidad e inclusión.
Cambiar todo sin cambiar nada es un tema de voluntad, de buscar los mecanismos para que funcione y usar referencias de ejemplos que han demostrado ser sostenibles.