El Coronavirus y la Educación Superior en Costa Rica: De las aulas presenciales a las aulas virtuales
Ana Isabel Solano Brenes [email protected] | Miércoles 16 septiembre, 2020
La educación superior en nuestro país y en el mundo como consecuencia de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 sufrió una metamorfosis inesperada y forzosa. En nuestro país a mediados del mes de marzo de este año 2020 lo que hasta entonces fueron aulas presenciales se vieron obligadas a convertirse abruptamente en aulas virtuales, así de la noche a la mañana los planes de la enseñanza virtual que las universidades, unas más que otras vislumbraban apenas en el horizonte lejano o de mediano plazo se convirtieron en el presente como única alternativa.
De repente profesores y estudiantes tuvieron que reaprender nuevas formas de enseñar y de acceder al conocimiento desarrollando y fortaleciendo una nueva actitud y cultura digital.
Ciertamente algunas universidades públicas y privadas venían realizando esfuerzos en la educación virtual, y hasta luchando con los procesos de aprobación de los cursos virtuales como es el caso de las universidades privadas con los órganos de supervisión y normativos que habían mostrado algún grado de resistencia a esa modalidad, la pandemia del COVID 19 a la fuerza adelantó el futuro y obligó a poner en práctica y a validar en tiempo real lo que hasta entonces se consideraba como una posibilidad casi remota.
Los profesores han asumido un gran reto para impartir sus cursos en una aula virtual, aprender en muy poco tiempo una modalidad para una gran mayoría desconocida y poder convertir su clase presencial en una clase virtual al tiempo que aprendían también el uso de nuevas herramientas tecnológicas para muchos también poco familiarizados, les ha demandado mucho tiempo, esfuerzo y dedicación.
Los profesores sin proponérselo descubrieron el potencial de las tecnologías digitales al servicio del aprendizaje y han vivido día a día la exigencia que la virtualidad les demanda, esta experiencia junto con la retroalimentación de los estudiantes potenciará la calidad en la educación superior en el nuevo modelo.
El desafío al que se enfrentarán las Universidades será un camino hacia una modalidad híbrida , considerando una mayor presencialidad en aquellas áreas que como la ciencia y la ingeniería requieren un alto componente práctico presencial en el proceso de enseñanza aprendizaje ,sin dejar de lado la importancia de la formación integral universitaria que implica brindar a los estudiantes la posibilidades de socializar con otros contextos socio culturales que los prepare y potencie a ser mejores profesionales , de igual forma y a la vez demostrando que la educación universitaria virtual es de la misma o más calidad que la presencial ya que ésta abre una ventana al mundo eliminando barreras y distancias aprovechando los recursos docentes y de expertos internacionales y las experiencias de otras Universidades lo cual derivará en menores costos y en una mayor inclusividad para estudiantes de zonas alejadas con acceso a internet.
La pandemia del Covid 19 ha puesto nuevamente en el tapete el debate sobre las diferentes posturas relacionadas con la educación virtual y la pregunta ahora es ¿La enseñanza virtual universitaria llegó para quedarse? La respuesta será una gran oportunidad para las Universidades, para repensar la forma que se realizaba el proceso de enseñanza aprendizaje y para reflexionar porque cuando retomemos la presencialidad ya no seremos ni debemos ser los mismos pues el conocimiento derivado de las experiencias aportadas por la puesta en práctica de la virtualidad, lo aprendido de la innovación y el convencimiento de la facilidad que nos aportan las tecnologías al servicio del aprendizaje sin duda alguna nos guiará hacia un mejor modelo de enseñanza donde éstas más que complementarias serán determinantes.