El aumento en la recaudación en el 2020 es asumido en forma diferente por los distintos sectores de la economía
German Morales [email protected] | Martes 21 enero, 2020
La implementación de la reforma fiscal, conocida como Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, conlleva tres elementos importantes, reforma integral a la Ley del Impuesto General sobre las Ventas, creando el nuevo: Impuesto al Valor Agregado (IVA), la reforma al Impuesto sobre la Renta, con el nuevo régimen de las rentas de capital y el tercer elemento relacionado con el gasto público. Si bien no hay un aumento en las tarifas de los impuestos, en el caso del IVA se amplió la base de contribuyentes, al incorporar el sector de servicios que no estaba gravado, y el Impuesto de renta inició gravando todas las ganancias de capital, eliminando el tema de la habitualidad como único elemento para establecer si una ganancia era gravable o no.
Por todo lo anterior, es de esperar que para el 2020 se genere un aumento en la recaudación; no obstante, no es similar para los diferentes sectores de la economía, dependiendo de dos factores: en primer lugar, donde cayeron mayoritariamente los nuevos impuestos y por otro lado, el desempeño o crecimiento de esos sectores en general en la económica del país.
En la nueva ley de IVA, dado que mantiene la misma tasa del impuesto del 13%, el impacto más importante estará en el cobro a los nuevos sectores que consideran ahora gravados y que no estaban sujetos a la anterior Ley de Impuesto General sobre las Ventas. Las áreas más importantes son la de servicios en todas sus manifestaciones: profesionales en general: abogados, ingenieros, contadores, médicos, etc., también servicios corporativos y administrativos, asesorías en general, así como la importación de servicios o la compra de estos a proveedores en el exterior y, por último, los servicios comprados mediante el uso de las plataformas internacionales que se utilicen en el país. También, hay un IVA pequeño para los bienes de la canasta básica tributaria que se pretende cobrar un 1% a partir de julio del 2020.
En cuanto al impuesto sobre la renta, el impacto más importante se podría generar a cualquier sector de la economía, en tanto se vendan en forma ocasional bienes inmuebles principalmente, tangibles no depreciables, como los terrenos que estaban no sujetos, precisamente la nueva ley crea todo un capítulo de rentas de capital gravando la ganancia que se genere en su venta con una tarifa del 15%. Otro sector impactado es el de los rendimientos financieros, en el que en general todas las tasas impositivas fueron aumentadas.
En resumen, los más impactados con los nuevos impuestos son: servicios, los generadores de rendimientos financieros y, en general, todos los sectores, en cuenta la venta ocasional de bienes inmuebles (ya la venta frecuente de bienes inmuebles estaba sujeta a las tarifas del impuesto sobre la renta, en tanto era considerada el giro normal del negocio).
Por otro lado, los comerciales, de venta de bienes y la industria en general no tienen un impacto importante, por cuanto ya se estaban pagando los impuestos citados.
Ahora, cuando cualquier área de la economía logre crecimiento o la generación de mayores transacciones de compras y ventas, es de suponer que se van a generar más tributos de IVA y renta, y, por lo tanto, se aumenta la recaudación.
Ante esto, el mejoramiento de la recaudación de impuestos para el 2020 está directamente relacionado el cobro de los nuevos impuestos en el sector de servicios y la venta de bienes inmuebles y lo más importante en el mejoramiento de las decisiones de consumo de las familias y empresas del país, así como en general de las operaciones de compra venta de bienes y servicios que se realicen en todo el territorio nacional.
De esta forma, tiene que haber una mejora en el 2020 de los hábitos de consumo de todos los habitantes de este país y de las diferentes transacciones que se realizan, para que la reforma fiscal logre su objetivo de mejorar la recaudación de los impuestos.
German Morales,
Socio Director, Grant Thornton