El asistente Víctor Ramírez no debió ser sancionado
Gaetano Pandolfo [email protected] | Viernes 24 marzo, 2023
Suhander Zúñiga, defensa del Alajuelense, empuja a un atacante de San Carlos dentro del área manuda, en una clara falta de penal.
El asistente arbitral Víctor Ramírez levanta su bandera, señalando la infracción, pero el árbitro central David Gómez deja pasar la acción y el partido sigue su curso.
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Quizá Ramírez, al notar que Gómez ignoró su señalamiento, debió bajar la banderola para que el partido siguiera su curso normal. Pero don Víctor no lo hizo y permaneció con la bandera en alto, lo que provocó que el “cuarto árbitro”, Steven Madrigal, empezara a gritarle a Gómez que se fijara en el señalamiento de Ramírez y detuviera el juego.
Ya se había informado que el cuerpo arbitral pitaría sin las diademas de los intercomunicadores porque se dañaron en el vestuario.
Se presenta una situación incómoda de observar al mismo tiempo a Víctor Ramírez con la bandera en alto; a David Gómez, árbitro central dándole continuidad al juego y a Steven Madrigal, pegando alaridos desde su zona para que don David observara el señalamiento de Ramírez.
Evento inusual y poco común.
Suponemos que Gómez escuchó los gritos de Madrigal, paró las acciones y se fue corriendo tamaño trecho hasta la posición de Ramírez.
La televisión muestra que cuando el asistente intenta hablar con David, éste, desencajado, molesto y enojado, rechaza las palabras de Ramírez, lo deja hablando solo y pita la reanudación del juego, lógicamente ignorando la falta de Suhander a su rival.
Luego nos enteramos que la Comisión de Arbitraje, suspende indefinidamente tanto a Gómez como a Ramírez y aquí me salta la duda.
¿Qué hizo malo o incorrecto, el guarda líneas Víctor Ramírez para que lo castigaran?
El aplicó el reglamento y cumplió con su deber: vio falta y levantó la bandera.
Qué David Gómez ignorara ese señalamiento no es su responsabilidad.
Su error, pero eso no merece castigo fue no bajar rápido la bandera, al notar que el juez central ignoraba o no observó el señalamiento.
En los alaridos de Madrigal hacia Gómez para que observara el señalamiento de Ramírez, éste nada tuvo que ver y finalmente y lo más relevante, la televisión no muestra ninguna discusión entre Gómez y Ramírez, simple y llanamente porque don David, furioso, ni siquiera dejó hablar a su asistente. Lo ignoró, le dio la espalda y se marchó corriendo a seguir con el partido.
Entonces, consideramos improcedente la sanción al señor Ramírez.