El 7 de octubre la vida humana se volvió un commodity
Eric Scharf [email protected] | Lunes 07 octubre, 2024
En la mañana del sábado 7 de octubre de 2023, durante la celebración de la fiesta judía de Simja Tora, 4.000 terroristas de Hamas -apoyados por Irán- invadieron y atacaron Israel desde Gaza. El resultado fueron 1.200 israelíes asesinados, 5.000 heridos y más de 250 secuestrados. ¡Este fue el mayor número de judíos asesinados en un solo día desde el Holocausto!
Entre los asesinados se encontraban el matrimonio de Itay y Etti Zak, con su hijo Sagi. Ellos se escondieron en el cuarto de refugio de su casa en el Kibbutz Kissufim. Como no salían, los terroristas quemaron la casa hasta matarlos. Los tres fueron encontrados abrazándose el uno al otro. Los sobrevivieron sus dos hijos Hadar y Tomer, quienes no estaban en la casa al momento del ataque.
Kinneret Gat, una mujer de 67 años, corrió una suerte similar en el Kibbutz Be´eri. Su hija Carmel Gat y su nuera Yarden Roman, fueron secuestradas y llevadas a Gaza. Su hijo Alon y su nieta Geffen de 3 años, también fueron secuestrados pero lograron escapar. Después de haber sido sacada a la fuerza de su casa, Kinneret fue vista en videos cuando caminaba junto con otras personas de la tercera edad, con las manos atadas, justo antes de ser fusilados.
Por su parte, Lidor Levy y Nitzan Rahoum, ambos de 28 años, eran una pareja que se había comprometido recientemente. Ambos asistieron al Festival de Música Supernova que fue atacado por los terroristas de Hamas. Lidor fue asesinado a balazos y Nitzan murió por una granada lanzada al refugio en el que se encontraba con otras víctimas. La noche antes del ataque, la pareja le había anunciado a los padres y hermanos de ambos que Nitzan tenía 4 meses de embarazo.
En ese inolvidable 7 de octubre los terroristas de Hamas atacaron a miles de civiles israelíes, los torturaron, los violaron, los mutilaron, los decapitaron y los aterrorizaron en formas inimaginables, incluyendo quemando bebés vivos. Es absolutamente inaceptable tratar la vida humana como un “commodity”.
No es fácil describir en palabras el nivel de crueldad y salvajismo exacerbados con que actuaron los terroristas. Un nivel de brutalidad extrema carente de toda sensibilidad. Los terroristas grabaron y publicaron sus actos, para enviar como protagonistas -más allá de las víctimas- un mensaje al mundo libre y civilizado.
Estos eventos no solo constituyeron atentados contra las víctimas, sino contra toda la humanidad. Son ataques de un mundo bárbaro contra la civilización misma. El escritor búlgaro Tzvetan Todorov dijo en su libro El Miedo a los Bárbaros (2008) que “los bárbaros son aquellos que niegan la plena humanidad de los demás … mientras que los civilizados son aquellos que introducen una dimensión moral al reconocer la humanidad del otro”.
En los países que se llaman a sí mismos civilizados, ese salvajismo y barbarie suelen manifestarse en las mafias, las maras, los narcotraficantes y los grupos radicales armados. Costa Rica no escapa a esa realidad. Por eso, la sociedad civil y el gobierno debemos unirnos en contra del odio, la discriminación y la violencia de esos grupos, y en contra del terrorismo, la tiranía y la destrucción que quieren imponer Irán y sus proxies terroristas como Hamas, Hezbollah y los Houthis.
En memoria de las víctimas del 7 de octubre, hago un llamado a la liberación de los demás rehenes secuestrados por Hamas y condeno firmemente a todos aquellos que glorifican el terrorismo, la violencia y utilizan la vida humana como un “commodity”.