EEUU: ¿Crisis Pasajera o Estructural?
Alberto Salom Echeverría [email protected] | Martes 26 enero, 2021
Dr. Alberto Salom Echeverría.
Enero, 2021
I parte
El director del diario La República y buen amigo Fred Blaser, me ha invitado a escribir de nuevo en este diario. Me encanta el oficio. Hace ya años mantuve una columna semanal por un buen tiempo, hasta que me llegó la hora de ejercer la diputación en el 2006 viéndome obligado a dejar la tarea que era de mi completo agrado. Retomo pues, ya no la pluma y el papel sino la computadora. Espero poder hacer tantas amistades como entonces.
Prometo a mis lectores transparencia, explicitando mis valores y fuentes de las que me nutriré, planteo un diálogo franco con mis colegas en este oficio y también mediante el correo electrónico con mis lectores. Ofrezco, además, respeto y espero lo mismo de mis interlocutores. Nadie es dueño supremo de la verdad, por eso el respeto y la tolerancia frente a los argumentos de las otras personas es clave. Anticipo que haré dos entregas de este artículo.
Hoy deseo comentar los acontecimientos recientes en Los Estados Unidos; se ha dicho mucho, pero no todo. He leído puntos de vista muy interesantes (si bien no todo lo comparto), como los expresados por el respetado economista Dr. Jeffrey Sachs (Universidad de Columbia); la profesora en Derecho Comparado Dra. Katharina Pistor (también de la Universidad de Columbia, pero nacida en Friburgo, Alemania). Me referiré igualmente a otros reportajes sobre esta materia. Veamos pues.
Empezaré comentando algunos puntos expresados por el Dr. Jeffrey Sachs sobre la crisis en Los EE. UU. Debo sin embargo advertir que no he encontrado aún nada explícitamente escrito por él sobre los recientes acontecimientos violentos, post electorales en el Capitolio. Admito que tengo frente al Dr. Sachs una posición ambivalente. Por una parte, comparto con él que la crisis de Los Estados Unidos tiene un trasfondo que va mucho más allá de lo aparente. En su libro “El Precio de la Civilización” (1972), dejó sentado el criterio de que, en Los Estados Unidos, hacía falta la creación de numerosos puestos de trabajo, la infraestructura iba en decadencia, existía un gran retroceso de los niveles educativos, todo ello magnificado por una creciente brecha de desigualdad social, el encarecimiento descomunal de la salud y una flagrante deshonestidad de las empresas. Hoy, casi cincuenta años después, aunque ha corrido mucha ‘agua bajo el puente’, Jeffrey Sachs expresa un criterio más recrudecido aún, al sostener que la crisis se expresa ahora mundialmente. “El año 2020 -sostiene en un artículo periodístico- fue terrible a causa de la pandemia de la COVID-19, golpes económicos mundiales, desastres climáticos generalizados, un omnipresente malestar social y hasta denuncias falsas del presidente estadounidense, Donald Trump, de un fraude electoral masivo y el llamamiento a sus partidarios para imponer la ley marcial (La Nación, 13.1.2021).
Por otro lado, discrepo de él en su optimismo contumaz, casi rotundo. No en vano escribe: “Hay razones para mantener el optimismo.” Enseguida, voy a decirles algo que puede parecer (¿0 acaso inducir a…?) una contradicción en mí. Espero me entiendan: yo soy un optimista empedernido…pero realista. Lo digo porque el profesor Jeffrey Sachs también expresó en el mismo artículo que “…el año entrante podremos sentar las bases para una nueva era de desarrollo sostenible, paz y cooperación.” ¿Será así de manera tan repentina, casi mágica? Este criterio, lo han expresado por lo general, personas que le atribuyen a Trump un poder omnímodo, en Los Estados Unidos y más allá. Aunque valoro que el economista Sachs es un hombre muy profundo, lo ubico en esa corriente que le confiere más poder a Trump, que a toda esa vorágine de problemas estructuralmente explosivos que occidente viene acumulando. Sachs aduce tres tipos de razones para sostener ese optimismo: el éxito que muchos países lograron para enfrentar la COVID-19, la vacuna y la tercera fuente de optimismo -dice Sachs- “…es que Trump fue derrotado contundentemente en las elecciones de noviembre.” A mí, la derrota de Trump me produjo una alegría enorme, pero me reservo el criterio de que, como lo arguye Sachs, a causa de que mucha gente percibió sus mentiras y calumnias, ello vaya a conducir a que Los Estados Unidos inicien ‘un nuevo camino después del desastroso reinado de ineptitud, odio y mentiras de Trump.’ (Ibidem) Me queda claro que el maestro Jeffrey Sachs es un inveterado optimista, insisto. Bien por él, lo respeto. De hecho, hace casi 30 años acuñó la siguiente frase: “Si Polonia pudo pasar del comunismo al capitalismo, seguramente podemos pasar de una forma de capitalismo a otra mejor.” El capitalismo mundial, está aún lejos de agotarse, pero sus bases crujen y trepidan al influjo de contradicciones que generan mucha desigualdad, tanto entre países, como al interior de cada sociedad. Esto es especialmente cierto en Estados Unidos. El capitalismo puede haber cambiado de rostro, pero no necesariamente para mejorar. Como ha dicho el filósofo británico John Gray, en un artículo escrito para la BBC (2011), “Hoy en día no existe un remanso de seguridad. Los giros del mercado son tales que nadie puede saber qué mantendrá su valor, ni siquiera dentro de unos pocos años.” Intentaré ahondar más sobre esta crisis estructural en Los Estados Unidos en la próxima entrega. Gracias por su paciencia.