Educación pública: luces y sombras
Arnoldo Mora [email protected] | Viernes 21 noviembre, 2014
Un 30% de los estudiantes que ingresan a Estudios Generales no han leído nunca un libro completo
Educación pública: luces y sombras
En este período del año se llevan a cabo los exámenes, tanto de admisión a las instituciones de educación superior públicas, como de bachillerato, con la cual se evalúa la formación recibida durante al menos 11 años de educación formal.
Más que las cifras y porcentajes de aprobación, me interesa señalar el nivel de conocimientos de quienes ingresan a las universidades, específicamente a la UCR. Se trata de un grupo minoritario pues la mayoría de quienes logran culminar la secundaria no tiene posibilidad de ingresar.
Sin embargo, su nivel de formación intelectual es en un amplio sector deplorable. Por haber sido profesor de filosofía en Estudios Generales, tuve esa deprimente experiencia. Daré como prueba tan solo algunos datos.
En un artículo anterior hablé de la importancia capital que, para el desarrollo intelectual tiene el dominio de la lengua materna. Para usar de una manera útil este inconmensurablemente rico acervo cultural que entraña la lengua de Cervantes se requieren al menos 5 mil palabras. Con ellas un hablante medio puede expresar sus sentimientos, pensamientos, deseos y voluntades de manera adecuada.
Pero quienes ingresan al año de humanidades dominan en promedio poco más de 700 palabras; después de siete años, en el mejor de los casos, logran una licenciatura en la carrera que escogieron, pero dominan tan solo poco mas 1.500 palabras.
Cabe, en consecuencia preguntarse ¿qué capacidad intelectual posee una población con esta pobreza, por no decir, indigencia a la hora de expresarse?
En cuanto a las matemáticas, la UCR acaba de exigir de nuevo un curso que no es más que un resumen de lo que se debe haber aprendido en secundaria.
A la raíz de esta deplorable situación están las distancias económicas y culturales que desgarran el tejido social de nuestra población.
La diferencia de clase social, que cada día se convierte en un abismo en nuestro país, es la causa mayor del malestar político y social que afecta a la Costa Rica de hoy (solamente durante el gobierno anterior hubo más de 650 protestas sociales a lo largo y ancho del territorio nacional). Esto explica en buena medida la paupérrima formación recibida por los jóvenes en cerca del 50% de los colegios de zonas rurales.
Un 30% de los estudiantes que ingresan a Estudios Generales no han leído nunca un libro completo. La muestra de lo dicho está en que prácticamente ningún egresado de esos colegios ha aprobado el examen de ingreso a la UCR; esos colegios tampoco imparten el curso de filosofía que se debe impartir en el último año.
No creo sea necesario abundar en datos sobre el lamentable estado de la segunda enseñanza en no pocos liceos. Pero existe la solución: consiste en mejorar el nivel humano y profesional de los profesores.
Para lograrlo se debe insistir, no solo en el aspecto laboral y profesional, sino también en el vocacional. Siempre he dicho que un profesor enseña, pero un maestro motiva.
Lo importante ahora en la educación es el aspecto cualitativo: bibliotecas, laboratorios e, insisto, calidad humana y profesional de los docentes.
Ministerio, Universidades y gremios deben encabezar mancomunadamente esta cruzada por el bien de todos. Solo así los jóvenes, las familias y la Patria tendrán un futuro esperanzador.
Arnoldo Mora
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