Economía social de mercado, democracia liberal y friendshoring
Óscar Álvarez Araya [email protected] | Jueves 25 mayo, 2023
Promover la coexistencia pacífica entre el mercado, el estado y la democracia liberal es el gran desafío de nuestro tiempo.
Es preferible una economía de mercado limitada por un estado de derecho y dentro de una democracia liberal que una economía socialista de planificación centralizada al servicio de una autocracia.
La economía de mercado es el resultado de un milenario proceso de evolución. No la inventó nadie en particular sino que fue naciendo como producto de las múltiples interacciones económicas de los seres humanos. De manera semejante a como fueron surgiendo y evolucionando el lenguaje, la escritura, el derecho y otras manifestaciones de la sociedad humana. No hay un fundador, sino que se trata de fenómenos sociales que se van conformando a través de un orden espontáneo que no fue planificado por nadie.
La economía de mercado nace dentro de las primeras sociedades humanas y se expresa durante las primeras civilizaciones urbanas. Todas las civilizaciones hasta el presente se han basado en la división del trabajo, la propiedad privada de medios de producción y las economías de mercado.
En ningún caso dicha economía se ha aplicado de manera pura y perfecta. Pero si hay países que están muy cerca y otros que se apartan totalmente del modelo. Desde hace algunas décadas ciertos tanques de pensamiento elaboran anualmente informes del estado de la libertad económica en el mundo, evaluando los avances y retrocesos, las aproximaciones y los logros de los diferentes países en cuanto a una mayor cercanía o distanciamiento respecto de lo que se considera una economía de mercado.
Economías tales como las de Hong Kong, Singapur, Taiwán, Corea, Japón, Nueva Zelanda, Suiza, Estados Unidos, Canadá, Israel, Reino Unido, Irlanda, Australia, y los países escandinavos, quedan muy bien posicionados en tales índices de libertad económica.
La economía de mercado es un sistema social de cooperación y de división del trabajo basado en la propiedad privada de los medios de producción por medio del cual se producen y se intercambian voluntariamente bienes y servicios por medio de un libre juego de la oferta y la demanda. De manera que por definición toda economía de mercado es una “economía social de mercado”.
La economía de mercado es el mejor sistema para dinamizar la economía, favorecer el crecimiento económico, generar empleo, eliminar inflación, crear riqueza y reducir pobreza.
Toda economía de mercado incluye un sistema de cálculo mediante los precios monetarios que indican a sus integrantes qué producir?, cómo?, cuánto? Qué comprar? y demás información del proceso de producción y de intercambio.
Toda economía de mercado se desenvuelve dentro de un conjunto de leyes o códigos de leyes o más recientemente por un estado de derecho que define las reglas del juego en el mercado. Cada vez más el mercado se debe ajustar a un marco regulatorio tanto nacional como internacional.
Hoy día los países miembros del G-7 tienen economías de mercado limitadas por estados de derecho y en el marco de una democracia liberal sea parlamentaria, presidencialista o semi presidencialista.
En relación con la economía de mercado existen dos errores muy comunes:
1. Sacralizar el mercado olvidando que es solamente un medio de cooperación social y tampoco es el único. Atribuirle al mercado la solución de todos los problemas económicos y sociales. Pretender que todo en la vida sea economía y mercado, dejando de lado que el mismo mercado opera dentro de un estado de derecho en el que también cuentan los valores. Por ejemplo, recientemente la nueva tendencia del Friendshoring demuestra que al hacer negocios no todo es economía y mercado y que también puede ser que cuenten los valores y principios comunes y hasta los intereses geopolíticos.
2. Y desde luego otro error muy común es el de satanizar el mercado y atribuirle todo tipo de males y desterrarlo de la vida económica. Es el error de las élites de países como Corea del Norte, Cuba y la antigua Unión Soviética. Es el error propio también de las políticas anti-mercado de nuestro tiempo.
No todo lo resuelven las fuerzas del mercado. Es importante el papel del gobierno con sus políticas económicas, sociales y ambientales. Sin olvidar las políticas públicas de salud, seguridad social, infraestructura, educación y seguridad ciudadana, entre otras.
Y en el mundo actual no todo es economía, también juegan los estados de derecho, las instituciones democráticas, los valores y principios y hasta los intereses estratégicos y geopolíticos, tal y como lo demuestra la nueva tendencia del Friendshoring.
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