Donald Trump toma la delantera en unas elecciones reñidas en Estados Unidos
Falta mucho para declarar un ganador
Esteban Arrieta [email protected] | Martes 05 noviembre, 2024 07:28 p. m.
Al ser las 7:40 p.m. de este martes, el candidato republicano Donald Trump, del partido Republicano, lidera la carrera electoral por ser designado como nuevo presidente de los Estados Unidos.
Proyecciones de la cadena Fox, que es republicana, le dan al expresidente 111 votos electorales de los 270 que se requieren para ganar la presidencia.
A esta hora, Trump ha ganado Alabama, Arkansas, Carolina del Sur, Florida e Indiana, entre otros estados.
Mientras tanto, la candidata demócrata Kamala Harris habría obtenido hasta este momento 72 votos electorales.
Debido a que el sistema de elección es por medio de delegados, y no por votación directa, las encuestas son solo buenas para dar una idea del panorama general.
En términos generales, cada estado del país cuenta con un número determinado de votos electorales, el cual es calculado en relación con el tamaño de su población.
Es por esto que algunos tienen mayor cantidad de votos que otros.
Por ejemplo, California, que figura como el estado más poblado, tiene un total de 54, mientras que otros tienen solo tres, como Dakota del Norte o Vermont.
De hecho, en 2016, la candidata demócrata Hillary Clinton obtuvo casi tres millones de votos más que Donald Trump, pero perdió los comicios.
Hay 538 votos electorales en total y, para que un candidato gane, requiere tener una mayoría de 270.
En este caso, la carrera por la Casa Blanca terminaría decidiéndose en siete estados, conocidos como péndulos porque suelen cambiar su apoyo de un partido al otro. En 2024 hay siete estados péndulos que en su conjunto representan 93 votos del colegio electoral: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin.
Los votantes acudieron en masa a las urnas hoy para unas elecciones presidenciales que ambos partidos consideraron un punto de inflexión para la democracia estadounidense.
Los votantes a favor de Harris, entre los que había tanto demócratas como republicanos, calificaron lo que estaba en juego como terrible: la elección entre preservar el pluralismo democrático y los derechos de las mujeres, los inmigrantes y la gente de color o rendirse ante un bravucón autoritario.