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Lunes, 25 de noviembre de 2024



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Desbalances que han afectado negativamente el desempeño del sector energía y la transición energética del país (I)

Roberto Dobles [email protected] | Lunes 04 marzo, 2024


La energía es un elemento vital de la sociedad moderna que sustenta todo el quehacer humano (hogares, empresas, sistemas de transporte y de comunicaciones, hospitales, escuelas, colegios y universidades, etc.), la calidad de vida y el desarrollo económico y social.

Por esta razón en los países en el mundo se le da una importancia vital. Como lo veremos en esta columna y en la siguiente, en Costa Rica, el tema energético se trata con mucha confusión y dogmas, lo que crea grandes distorsiones que afectan a toda la sociedad.

Dada su importancia, los países buscan ir transformando el sector energía a través de una transición energética continua con el fin de adecuarlo a los nuevos retos y desafíos y a las nuevas necesidades que están emergiendo a nivel nacional y mundial.

En el mundo, la realidad muestra que la transición energética venía avanzando bien, pero en los últimos años se ha venido desacelerando progresivamente y está llegando a un estancamiento temporal, lo cual es muy preocupante. Lo anterior debido a un cambio que está favoreciendo las prioridades de corto y mediano plazo, especialmente las relacionadas con la seguridad energética y la competitividad (asequibilidad en precios).

En Costa Rica, la transición energética se encuentra en un estado más desventajoso y preocupante que en el mundo. Los datos sobre la realidad nacional muestran que la transición energética ha estado evolucionando desde hace años en sentido contrario al mundo y que más bien ha venido retrocediendo.

Lo anterior como resultado de una política energética nacional de escritorio y desarraigada de la realidad internacional y nacional que, por omisión y acción, no solamente no ha tenido ningún efecto relevante, sino que está provocando un retroceso.

Se nota también en la vida real que la política energética nacional ha venido creando un desbalance con relación al trilema energético (analizado en la columna pasada), el cual comprende un marco de referencia sólido que se utiliza en el mundo para entender y enfrentar los grandes desafíos de la transición energética (seguridad energética, equidad energética y asequibilidad en precios y sostenibilidad ambiental).

Los resultados más negativos que muestran los datos sobre la transición energética en Costa Rica, con respecto al mundo, se deben en gran medida a las grandes diferencias que existen entre el desbalance en el mundo y en el país con respecto al trilema energético.

1. Resumen de los aspectos básicos del trilema energético

Los tres ejes o dimensiones que conforman el trilema energético son los siguientes:

• Seguridad del suministro energético.

• Acceso equitativo y asequibilidad en precios (“price affordability”).

• Sostenibilidad ambiental del sistema energético.

Un suministro energético confiable y seguro es esencial para mantener el funcionamiento social y el crecimiento económico. Una descripción amplia y detallada de estos tres ejes fue dada en mi columna anterior.

La seguridad de suministro, la equidad y la asequibilidad en precios (competitividad) y la sostenibilidad ambiental son hoy en día los tres impulsores claves (“key drivers”) de la transición energética en el mundo.

Con respecto a la seguridad energética, que se ha venido convirtiendo cada vez más en un factor clave debido a la creciente incertidumbre energética en el mundo, la International Energy Agency (IEA) señala lo siguiente en su World Energy Outlook 2022 en la sección titulada “Energy security in energy transitions”:

• La seguridad energética no se trata sólo de tener acceso ininterrumpido a la energía, sino que también se trata de asegurar el suministro de energía a un precio asequible.

• La seguridad energética es la disponibilidad ininterrumpida de las fuentes de energía a un precio asequible.

En lo fundamental, los países exitosos buscan lograr resultados balanceados, simultánea y continuamente, en las tres dimensiones del trilema energético:

• La capacidad del sistema energético para satisfacer la demanda energética actual y futura a precios asequibles y con robustez para resistir y responder competitivamente a los múltiples choques que puede estar expuesto el sistema energético.

• La reducción de los costos de la energía para todos los consumidores suministrando acceso equitativo y asequibilidad en precios (“price affordability”).

• La sostenibilidad ambiental (mediante la realización continua de cambios hacia tecnologías y sistemas energéticos más limpios que conduzcan también al uso eficiente de la energía, la minimización de los impactos ambientales y el fomento de una economía circular).

2. Origen del trilema energético

El trilema energético, que se ha convertido en un marco de referencia en el mundo para la transición energética, fue originalmente propuesto hace 15 años por el World Energy Council (WEC).

Ha sido adoptado por la mayoría de los países como marco de referencia para potenciar la transición energética, y como guía en el diseño de políticas energéticas, donde los responsables de estas políticas buscan equilibrar sus componentes para lograr una transición energética exitosa.

El World Energy Council es una organización independiente e imparcial que conecta a líderes, empresas gobiernos e innovadores de todo el mundo. Su misión es promover el suministro y uso sostenible de la energía para el mayor beneficio de todas las personas.

Esta organización, con sede en Londres, está conformada por una red de más de 3.000 organizaciones miembros y una presencia en más de 100 países. Esta red global se nutre de gobiernos, empresas privadas y estatales, las universidades y la sociedad civil, así como líderes mundiales en el sector energía.

Tiene comités nacionales de miembros, socios, programas y líderes energéticos que están impulsando cambios en el sistema energético en el mundo y que están afrontando los desafíos de todo el sistema energético.

3. Resumen del desbalance entre los ejes del trilema energético en Costa Rica

El desbalance que se observa en la realidad del país entre los tres ejes del trilema energético es muy diferente al desbalance temporal que se ha estado creando en el mundo.

Como lo han señalado varios estudios de organizaciones internacionales, como los dos indicados en la columna pasada (World Economic Forum, titulado “Fostering Effective Energy Transition 2023” y DNV de Noruega, titulado “Energy Transition Outlook 2023”), el desbalance transitorio que se ha venido creando en los últimos años en la política energética de los países en el mundo ha sido el siguiente:

• Mayor prioridad a los ejes de seguridad energética y de equidad y asequibilidad a precios razonables (competitividad), para enfrentar las preocupaciones e incertidumbres coyunturales y de corto y mediano plazo.

• Menor prioridad transitoria, en el corto y mediano plazo, al eje de sostenibilidad ambiental, la cual es percibida como una preocupación estructural de mayor plazo en el tiempo.

Este desbalance transitorio ha sido provocado por una respuesta de los países para atender los grandes desafíos que han sido creados por las exigencias y preocupaciones de corto y mediano plazo ante la evolución del sistema energético internacional. Lo anterior, con el objetivo de evitar crisis energéticas por escasez relativa de energía y altos precios que causan a su vez crisis económicas y sociales.

Se espera que, una vez resueltas las prioridades más inmediatas de seguridad energética y de asequibilidad en precios, la transición energética retome el ritmo que venía teniendo anteriormente.

En Costa Rica, la situación es muy diferente a lo que ha venido ocurriendo en el mundo. El desbalance que se nota en la realidad nacional, que es estructural y progresivo, ha sido creado por la política energética, por omisión y por acción, y es muy diferente al desbalance transitorio en el mundo y se resume de la manera siguiente:

• Menor prioridad a los ejes de seguridad energética y de equidad y asequibilidad a precios razonables (competitividad), lo que ha provocado un deterioro en los resultados en estos dos ejes.

• Mayor prioridad (supuesta en la realidad) al eje de sostenibilidad ambiental que ha causado un importante detrimento en los ejes de seguridad y competitividad energética. El detrimento en estos dos últimos ejes se ha dado a través del bloqueo y la obstaculización de muchas iniciativas que se están implementando en las transiciones energéticas en el mundo.

Al no desarrollarse las capacidades necesarias para lograr cambios en la realidad, se ha creado también un importante deterioro en los resultados en el eje ambiental.

Entre los deterioros que se han venido dando en el eje ambiental, y que se analizarán más ampliamente en la siguiente columna, se encuentran los siguientes:

• Crecientes emisiones al ambiente (incluyendo gases de efecto invernadero) como consecuencia de un crecimiento más rápido del consumo de los caros derivados de petróleo importados con respecto al consumo de fuentes nacionales renovables de energía.

• Sustitución de las fuentes renovables nacionales de energía por los caros derivados de petróleo, lo que ha venido aumentando significativamente la ya elevada dependencia petrolera que tiene el país (la cual representa el 65% del consumo energético nacional).

Como los aumentos continuos de las importaciones de energía (derivados de petróleo) han venido desplazando a las fuentes nacionales renovables, la política energética del país, de escritorio y desarraigada de la realidad, ha venido creando también, por omisión y por acción, un creciente déficit energético nacional, el cual ha estado siendo cubierto mediante un aumento permanente de las importaciones petroleras.

Esto genera igualmente un aumento continuo y artificialmente creado de la pobreza energética, siendo Costa Rica un país energéticamente rico por los recursos naturales que tiene.

Mientras que en el mundo la energía producida localmente se está priorizando sobre las importaciones energéticas, los datos muestran que en Costa Rica está ocurriendo lo contrario.

A diferencia de lo que está sucediendo aquí, en el mundo se tiene claro que la energía de origen nacional es más difícil que sea alterada (en precios, en seguridad de suministro, etc.) por eventos externos, por lo que el abastecimiento local de energía está surgiendo como un objetivo nacional superior.

La pasividad de los consumidores (individuales, empresariales, etc.) ha contribuido a que esta situación continue agravándose.

4. Conclusiones

La información disponible muestra que en Costa Rica se ha venido creando un importante desbalance simultáneo en los tres ejes del trilema energético y un deterioro energético y ambiental, al no tener la política energética nacional de escritorio un impacto relevante en la realidad energética del país.

La evidencia muestra que una política sin arraigo en la realidad y sin capacidades de implementación (financieras, institucionales, etc.) conlleva al fracaso de la transición energética, lo cual es casualmente lo que ha venido pasando en el país.

La realidad muestra que se ha creado un retroceso continuo de la transición energética nacional, la que no solamente no avanza, sino que va en reversa, lo cual es contrario a las tendencias mundiales.

El sesgo dogmático que existe en el país ha generado un importante desbalance en el trilema energético a través de obstáculos y bloqueos a las iniciativas claves que están impulsando la transición energética en el mundo, lo cual ha deteriorado también, de manera simultánea, la situación ambiental del sector energético nacional.

Lo paradójico es que, al actuar de manera dogmática sin buscar un balance entre los tres ejes del trilema energético, que es lo que hacen los países exitosos, la política energética nacional ha perjudicado también el eje ambiental al generarse, entre otros efectos, una creciente dependencia petrolera importada, un aumento significativo y continuo de las emisiones al ambiente (incluyendo gases de efecto invernadero) y una falta de desarrollo nacional de muchas iniciativas energéticas ambientales importantes que se están desarrollando en el mundo.

Esta es una de las razones por las que el Plan Nacional de Descarbonización, lanzado con bombos y platillos, pero sin capacidades de ejecutoria, no solamente no ha tenido efectos relevantes, sino que, además, desde su lanzamiento hace varios años por el gobierno de turno, las emisiones de gases de efecto invernadero han venido creciendo aceleradamente, emisiones que ese plan desarraigado de la realidad buscaba reducir.

En el mundo, el desarrollo energético se ve y se dirige a nivel superior como un sector productivo clave estratégico (al igual que otros sectores productivos) y el ambiente se ve como elemento transversal clave de todos los sectores del desarrollo nacional.

En Costa Rica sucede lo contrario, ya que se ha dado una tendencia de considerar el sector energía como un subsector del sector ambiente y no como un sector productivo donde los temas ambientales son un eje transversal, como ocurre con todos los otros sectores productivos, como industria, agricultura, servicios, turismo, entre muchos otros sectores.

En la siguiente columna se analizarán, con base en datos oficiales, los serios retrocesos energéticos, económicos, sociales y ambientales que se han venido creando en el país causados por los desbalances y los deterioros en los tres ejes del trilema energético nacional, los cuales son el resultado de la política energética nacional de escritorio y desarraigada de la realidad nacional e internacional.

Para construir una base sólida para la prosperidad y la competitividad que potencie el desarrollo económico y social, los países en el mundo (a excepción de Costa Rica) han venido buscando equilibrar continuamente las tres dimensiones centrales del trilema energético (seguridad energética, acceso equitativo y asequibilidad en precio y sostenibilidad ambiental).

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