Del sueño a la realidad
Laura Centeno [email protected] | Jueves 30 noviembre, 2017
La vida a veces nos hace tomar caminos que no necesariamente son los que hubiéramos deseado seguir. Cuando nos toca decidir qué profesión elegir, por falta de autoconocimiento, madurez o por situaciones ajenas a nuestro control como presupuesto o necesidad, tomamos una carrera que puede ser bastante útil pero no es nuestra verdadera vocación.
Yo tuve suerte de estudiar una carrera que me gustó y he pasado por áreas desde comunicación, mercadeo, administración, ventas y talento humano que de alguna u otra forma convergen por casualidad, milagro, atracción del universo o suerte (le podemos poner el nombre que sea) en una pasión: el ejercicio.
Si hubiera estudiado educación física cuando salí del colegio (era mi primera opción), posiblemente no hubiera descubierto otras habilidades como el gusto por escribir, tener un networking de amistades que me ha enseñado un poco de liderazgo, negocios, talento humano y recientemente docencia y coaching (mis otras facetas).
En resumen, lo que quiero decir es que si existe algo que siempre ha querido hacer en la vida pero que por diversas circunstancias no lo ha hecho, pues empecemos de una vez, ¿cómo?, muy fácil:
1. Toma tu pasión en un pasatiempo: Es posible que al principio uno no se puede dedicar al 100% a ese deseo de hacer lo que siempre quiso, pero si lo empieza como hobby, a lo mejor pueda acercarse a la posibilidad de convertirlo con el tiempo en su profesión.
2. Busca formación: lleva cursos, consigue libros, asiste a talleres, seminarios, convenciones y demás formas de capacitación sobre ese tema que tanto te gusta. O inicia estudiando esa carrera de forma paralela con tu trabajo.
3. Encuentra amigos que compartan la misma pasión: así vas a tener mejores relaciones y ellos eventualmente te pueden acercar a dedicarte a ese sueño o emprendimiento. A tu verdadera pasión.
4. Sé paciente: Empezar de cero no es fácil pero tampoco es imposible. Trata de ir “cocinando tu proyecto” con esmero, invirtiendo un poco de tiempo, dinero e investigado si tu idea tiene un segmento de mercado latente e interesado en comprar eventualmente tus productos o servicios.
5. Busca socios que prediquen tus mismos valores e intereses: para trabajar en equipo con gente que aporte amor y se casen con el proyecto con la misma pasión y compromiso. También se pueden formar alianzas estratégicas en donde diferentes productos y servicios se apoyen, se puedan referenciar entre sus clientes y ayudarse mutuamente.
Si tenés una pasión, no la dejés guardada en el baúl de los recuerdos. Hay que hacer que sucedan las cosas, dándole cada vez más prioridad a tu propósito hasta materializar ese sueño en una realidad. ¡Muchos éxitos!.