¿Debería ser emprendedor?
Roberto Retana [email protected] | Miércoles 05 julio, 2017
Idealmente si uno hace esta pregunta en algún momento de la vida, debería responderse idealmente con ayuda de algún profesional en la materia. Obtener una respuesta no es fácil. Existen muchas variables que deben tomarse para dar una buena respuesta.
Ahora, antes de ir más lejos, deberíamos definir: ¿Qué es un emprendedor? Para ello, propongo un par de definiciones simples:
• Un emprendedor es una persona que organiza, pone en marcha y operar un negocio o varios, tomando grandes riesgos financieros con el fin de obtener un beneficio.
• Un emprendedor es aquella persona que es capaz de ver una oportunidad de negocio, tomando riesgos que otras personas no están dispuestos a tomar para así poder llevar a cabo dicha idea y obtener un beneficio.
Las anteriores son definiciones igual válidas para un ingeniero de software en Silicon Valley como para aquella persona que decide comenzar un negocio de venta de empanadas. Todo emprendimiento es válido y digno, siempre y cuando este permita, a quienes lo llevan a cabo, alcanzar metas y sueños, mejorar su calidad de vida y la de otras personas.
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Como ‘coach’ profesional en el área de emprendimiento es mi responsabilidad, ayudar a mis ‘coachees’ y clientes a que ellos respondan esta importante pregunta por sí mismos. No debe hacerse a la ligera. En este proceso ayudo a que las personas descubran si tienen tienen ideas equivocadas al respecto de lo que implica ser emprendedor y por qué quieren hacerlo.
En varios casos las personas deciden ser emprendedoras porque la organización para la que trabajan introduce cambios que no les favorecen y tales resultan ser imposibles de sobrellevar. Por ejemplo, la llegada de un nuevo jefe a su departamento o la decepción que viven cuando alguien más es promovido para ese puesto que tanto se anhelaba. Otro escenario, es el cambio en la forma de trabajo, la imposición de nuevas métricas o requerimientos de desempeño como consecuencia de la alta competitividad en el mercado.
Cuando tengo la oportunidad de ayudar a personas en su búsqueda de emprendimiento y les pregunto cuál es su trabajo ideal, repetidamente descubro que ya lo están haciendo y que no hay más que los motive para hacer algo diferente. Entonces ¿por qué razón deben emprender?
Frecuentemente me enfrento con la idea de que, si el trabajo ya no es agradable, entonces se debe comenzar un negocio propio.
Ciertamente si su trabajo ya no les motiva debe hacerse algo. Sin embargo, es un error pensar sistemáticamente que el paso a dar es el emprendimiento, porque así uno será el jefe, el amo y señor de todas las decisiones de un negocio propio y así todo será mejor.
Inclusive se tiende a creer que uno podrá trabajar bajo sus propios horarios y que se dispone de más tiempo libre y que se tiene mucha flexibilidad. Si bien todo lo anterior puede ser cierto en raras ocasiones, definitivamente no lo es en las primeras etapas del emprendimiento.
En cuanto a la flexibilidad de horarios, la realidad es que otros emprendedores muy probablemente están desarrollando ideas similares, sino es que ya existen las empresas en el mercado que tampoco descansan y están avanzando rápidamente sobre la idea escogida.
También, los proveedores u otros socios comerciales trabajan en horarios fijos y por lo tanto se debe trabajar o estar disponible para ellos. Por lo tanto, dormir hasta medio día no es algo que se pueda hacer sin consecuencias. Entonces, eso de manejar el tiempo a su manera para tener mucho más tiempo libre es muy relativo.
En la mayoría de los casos, los emprendedores terminan trabajando muchas más horas que en sus trabajos anteriores cuando eran asalariados, sin la certeza de lograr pagarse un salario como el que tenían antes, mientras se lucha por mantener el negocio a flote. Así es como el volumen real de trabajo y la responsabilidad puede abrumar a los nuevos emprendedores que tienen una idea errónea de lo que implica “ser su propio jefe”.
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Cada una de las decisiones que se toman en el día a día como emprendedor, tendrán una repercusión directa sobre el éxito o el fracaso del negocio. Indudablemente muchas personas buscan este poder y responsabilidad porque sienten que en su trabajo regular sus decisiones no tienen impacto o son tomadas en cuenta. En muchos casos los emprendedores confrontados a esta realidad se dan cuenta que no están dispuestos a asumir el riesgo que conllevan sus decisiones cuando se trata del futuro de su propia empresa. Tal perspectiva puede, si no se asume correctamente, paralizar a cualquiera.
Y estos solo son algunos ejemplos de lo que un emprendedor enfrenta dentro de las miles de variables que hay que sobrellevar cuando se toma la decisión de crear su propio negocio. Lo mejor es prepararse adecuadamente. De otro modo el nuevo emprendedor podría terminar abandonando su proyecto.
Finalmente, si decide emprender porque usted ya tiene la pasión por una idea la cual quiere llevar a cabo sin importar si falla, tenga o no tenga las habilidades para ello y está dispuesto a caminar con las consecuencias y superar el miedo al fracaso, entonces está probablemente listo para arriesgarse e intentarlo. Lo insto a intentarlo, sin ninguna duda. Le invito entonces a intentarlo, porque si algo he aprendido en esta vida, es que vale es mejor lamentar lo hecho que lo que nunca se hizo por miedo al fracaso es por ello que nuestros abuelos nos aconsejan sabiamente cuando dicen “no hay peor lucha que la que no se hace”.
Roberto Retana Guzmán
Consultor y Coach de Emprendedores
Coach Emprendedor Costa Rica
Correo electrónico: [email protected]
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