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De Berrocal a Janina

Arnoldo Mora [email protected] | Viernes 18 abril, 2008


De Berrocal a Janina

Arnoldo Mora Rodríguez

En el aldeano ambiente de nuestra inefable Tiquicia, la noticia que más repercusión ha tenido en los medios periodísticos y políticos ha sido la destitución de Fernando Berrocal y el nombramiento de Janina del Vecchio como su sustituta. Lo primero no fue sorpresa, pues para nadie era un misterio que la cabeza de Berrocal, como las de Juan el Bautista y Luis XVI y su mujer, tenía los días contados, días que ciertamente no pasarían del próximo 1° de Mayo. Por el contrario, el nombramiento de Janina sí fue sorpresivo. Más aún, en razón de su inexperiencia manifiesta en tan delicada materia, todavía hay no pocos que consideran su escogencia como inadecuada. Para colmo, el ambiente que encuentra la nueva titular de Seguridad no es el más favorable. Prueba de ello son las renuncias que presentaron un viceministro y un jefe de la policía. Por otro lado, las primeras declaraciones que da Janina, lejos de contribuir a mejorar su imagen, no han hecho sino acrecentar los temores en torno a su competencia; pues, al afirmar que el problema de la inseguridad ciudadana no es tan grave, provocó de inmediato la reacción del jefe del OIJ. ¡Mal hemos comenzado, doña Janina!
Un cambio tan dramático me recuerda la destitución de Casas, que fue realizado por las mismas personas, el tándem Rodrigo-Laura y debido a circunstancias similares. Por eso, lo que ahora cabe preguntarse es ¿por qué se hizo ese cambio tan drástico en el Ministerio precisamente más sensible del momento político que vive el país? La respuesta solo se puede encontrar en el mismo lugar de donde provino la decisión de defenestrar a Casas y luego a Berrocal: el Ministerio de la Presidencia en donde se ubica el poder real que actualmente (des)gobierna Costa Rica, Laura y Rodrigo quitaron a Casas, Laura y Rodrigo acaban de botar a Berrocal. Las razones son las mismas: a ambos —Casas y Berrocal— se les escaparon informaciones que no debieron traspasar las paredes de Zapote. Eso sucedió con el memorándum Casas-Sánchez. La fuga de información en el caso de Berrocal provino de labios del propio Fernando, cuyas declaraciones dieron pie a fundadas sospechas de que las influencias del narcopoder colombiano sobre sectores políticos y empresariales ticos trascendía y con mucho los supuestos vínculos con las FARC… Definitivamente, el hasta entonces considerado experimentado político Fernando Berrocal había pisado terreno minado.
En consecuencia, el nombramiento de Janina no es más que un intento por acallar un escándalo que amenaza con debilitar a un gobierno que se apresta a afrontar la grave crisis económica mundial y cuyas consecuencias políticas y sociales constituyen su desafío mayor en los próximos dos años. Es por eso que Rodrigo resolvió tomar en sus manos ese Ministerio y nombrar como Viceministro a José Torres, hombre que desde hace años se ocupa de la seguridad personal de los Arias y que actualmente se desempeña también como Viceministro de la Presidencia. Janina no será más que la jefa de relaciones públicas de tan conflictivo puesto. Por eso, en lo sucesivo de los resultados concretos que se den en materia de seguridad ciudadana, habrá que pedirle cuentas al jefe de gobierno del régimen actual y hermano menor del jefe de Estado. Porque será él personalmente quien, vía José Torres, maneje la seguridad ciudadana de este país.

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