¿Dar a conocer las consecuencias de la no aprobación del proyecto tributario es una campaña del miedo?
Emilio Bruce [email protected] | Viernes 19 octubre, 2018
En estos pasados días hemos podido leer y escuchar las argumentaciones sobre la no aprobación del Proyecto de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas. Con frecuencia quienes combaten la aprobación del mismo, cuando se menciona la urgente necesidad de aprobación de dicho proyecto y cuando también se describen las consecuencias de su no aprobación, señalan y acusan que esa es una campaña del miedo. Nunca la ignorancia es fuente de buenas decisiones, el conocimiento sí lo es.
¿Es razonable pensar que se debe de rechazar este proyecto sin relatar las consecuencias del rechazo a la población que preferiría no pagar más impuestos? ¿Es lógico ocultar los efectos inflacionarios, monetarios y de aumento del desempleo si no hay corrección a los problemas fiscales del país?
Muchos opositores al proyecto señalan que los salarios públicos y los pluses no son los generadores del déficit fiscal. Otros señalan que sus pensiones no son las causantes del déficit fiscal. Los jerarcas de las instituciones señalan que no hay duplicidad de funciones entre algunas de ellas y que el proyecto CERRAR de don Ottón Solís es un disparate porque el país necesita de todas. Muchos adversarios señalan que el déficit fiscal lo ocasiona la deuda pública con su carga de intereses, pero omiten señalar que más de la mitad del presupuesto nacional se financia a punta de préstamos. Lo peor es que los diputados opositores bien deberían saber esta realidad, pero han preferido ignorarla. Pareciera que todos desean que las cosas sigan igual. Entre todos empujan el país a la tragedia, no solo al gobierno de turno.
Todos los opositores están claros del tamaño del déficit, de la gravedad del mismo, de la necesidad de acabar con él, de sus consecuencias, pero claro está esquivan reducir privilegios, empleo público, pensiones, fusionar instituciones autónomas y su recomendación es ponerle impuestos al vecino, al de a la par, al otro, al chivo expiatorio de los ricos. O sea ellos no desean asumir su cuota de responsabilidad fiscal para mantener el país de todos. Citan a don Alfredo González Flores con su frase “que los ricos paguen como ricos…” Claro no recuerdan que don Alfredo estableció las “Tercerillas” que eran un vale a pagar por la tercera parte de los salarios que liquidaría el Ministerio de Hacienda cuando hubiera plata, lo que equivalía a reducir el salario de los empleados públicos, obligándolos a negociar esas “Tercerillas” en la calle con descuento.
¡Que otros paguen no yo! ¡Yo no quiero pagar por las tortas de otros, por la mala administración de los mismos de siempre! ¡Yo no quiero pagar por los robos de los políticos! No mencionan que la oposición sindical es por las reglas fiscales que ordenarán a futuro los pagos, pluses, anualidades, dedicaciones exclusivas y otros extremos más.
Es mejor que todos estemos enterados de que si no enfrentamos este déficit fiscal con energía y con valor tendremos probablemente algunas consecuencias económicas dramáticas. ¡Que nadie se llame a engaño! ¡Que nadie diga cuando se inicie la borrasca económica: pero yo no sabía! ¡O yo buscaba otra cosa! Todos están enterados, los diputados opositores, los magistrados del poder judicial y los líderes sindicales.
Sin proyecto las tasas de interés aumentarán de manera seria, ya que el riesgo de prestar al Estado está aumentando. Con esas tasas más altas de interés subirán las de los préstamos al comercio, a la agricultura, a la industria y a las personas. Tasas más altas conllevan un crecimiento más lento o una reducción de la economía que resultará en más desempleo. En Argentina las tasas llegan ya al 60% anual.
El tipo de cambio subirá encareciendo todos los productos y los servicios. Al aumentar el tipo de cambio se reducirán los sueldos, salarios, dividendos, alquileres, tarifas y otros costos internos. Los salarios de los costarricenses calculados en dólares de quienes ganan en colones variarán disminuyendo.
Las altas tasas de interés y la devaluación del colón impactarán al ICE en sus deudas en dólares y por ende en la necesidad de tarifas eléctricas y de telecomunicaciones más altas, así como afectarán a la CCSS en el costo de sus insumos y en el valor de sus reservas del seguro de invalidez, vejez y muerte. Igual sucederá con los fondos de pensión complementaria.
Cuando el dinero en poder del Estado no alcance me imagino que el ejemplo de don Alfredo González Flores será seguido y no se pagarán quincenas o aguinaldos o emitirán “Tercerillas”. Cuando no se puedan pagar las deudas de gobierno no entrarán más préstamos y se acelerará la salida de los ahorros de los costarricenses. Los ejemplos de Argentina y Venezuela están allí. Ya se percibe en Costa Rica una caída de la inversión extranjera. Los países quiebran porque no hay suficiente dinero en el fisco para atender sus obligaciones de pago de salarios y deudas. Las crisis económicas deshacen a los países y a sus sistemas políticos.
Las clases medias con los aumentos de las tasas de interés y el tipo de cambio verán las deudas de sus apartamentos, sus carros, sus motos y sus tarjetas de crédito sufrir porque sus ingresos en colones no alcanzarán para pagar sus deudas en dólares. Con facilidad deberán devolver sus bienes a quienes los financiaron, ya que sus deudas no las pueden pagar así como cerrar sus tarjetas de crédito que no pueden atender. Los bancos llenos de garantías recibidas en dación de pago podrían colapsar. Para muestra México y el Tequilazo, Venezuela y Argentina y sus hiperinflaciones también.
No estoy dramatizando, solo describo lo que percibo serenamente que podría llegar a suceder. ¿La recaudación de un 1,4% del PIB resolverá todo? No, claro que no, pero las reglas fiscales contenidas en el proyecto harán su parte. ¿Con este proyecto se terminará la reforma del Estado? Claro que no. La reforma del Estado apenas comienza. ¿Y seguirá la defraudación de los ricos y la informalidad de algunos? No. Con el IVA se generará la trazabilidad debida para perseguir la evasión. ¿Por qué no se atacan los paraísos fiscales? Se atacan frontalmente en el artículo 5 del proyecto así como con la adición al artículo noveno. ¿Y por qué no se impone a los ricos la renta global e impuesto de renta sobre las ganancias de capital? ¿Por qué no se aumenta el monto del impuesto de renta a los ricos y a las empresas? Exactamente es lo que hace el proyecto, no otra cosa.
Las consecuencias funestas de no combatir el déficit fiscal son tales que hacen del rechazo del proyecto de fortalecimiento de las finanzas públicas en una acción contra el país y en perjuicio de los más débiles en educación y en economía personal.
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