¡Cuidado! En Costa Rica no pasa nada…
Carlos Morales Navarro [email protected] | Martes 25 abril, 2023
Toda la semana anterior pasamos discerniendo sobre qué tema escribir para la columna de hoy en La República. Una práctica entre los socios de Grupo Camacho Internacional, aunque uno es el que escribe a la semana, suele haber una puesta en común sobre el tema a tratar.
Sin embargo, esta última semana fue distinto… Lo que repetíamos una y otra vez fue: “es que no hay tema,” “es que no está pasando nada,” “es que debería ser algo de negocios, estrategia o consultoría, porque en el país nada pasa.”
Nos recordamos que, literalmente nada está pasando en el país… y ¡Cuidado! Porque cuando esto sucede puede ser por dos motivos… Porque todo está bien, o no. ¿Adivinan de cuál se trata esta vez?
No está pasando nada ni en economía, ni en impuestos, ni en seguridad física o digital. O bueno, está pasando mucho, pero para mal de todos.
El mejor ejemplo de lo poco que pasa se da justo con la crisis de seguridad, con niveles altísimos de violencia en las calles y tasas de homicidios por los cielos. Vivimos en los últimos meses el realismo mágico latinoamericano, donde el presidente y su cuerpo ejecutivo niegan el problema. Una serie de actos dignos de una novela con final triste, que podría fácilmente empezar con esa frase icónica de García Marquez, “El día en que lo iban a matar…”
Hemos visto por titulares mediáticos la posición del ejecutivo: La inseguridad no es un problema, el asunto es que los medios pintan como una crisis un tema que es de carácter sistémico. Tendremos un plan de seguridad listo para noviembre. ¡Noviembre! Como si la violencia diera tregua.
Hemos visto por titulares mediáticos la reacción de los demás poderes del gobierno: Los presidentes de los otros poderes se reúnen para tratar la crisis de seguridad. Diputados preocupados por los altos índices de homicidios y la inacción del ejecutivo. Titulares en noticias francesas, españolas, inglesas, norteamericanas sobre cómo el paraíso natural se ha convertido en una batalla campal.
Nos tocó ver la reacción del gobierno: Un video lo resuelve todo, una comunicación perspicaz que confunde y juega con las cifras y situaciones a su favor. Una caminata bajo el sol para presentar un magnífico plan de acción ante la Asamblea legislativa, y… Un plan de seguridad que duró cuando mucho 48 horas.
Aunque en realidad ni siquiera llegó a aplicarse.
Una insólita huelga de oficiales de la Fuerza Pública acabó con el magnífico plan presentado por el presidente Chaves. Oficiales cerraron el paso en puntos clave del país, frente a rutas nacionales, al lado del aeropuerto, en la tradicional Fuente de la Hispanidad y en frente del condominio de lujo del presidente.
Una visita del presidente, con un buen video por supuesto, a una de las delegaciones de la fuerza pública, la deposición de la huelga y el olvido del magnífico plan. Pero por supuesto, hay que aprovechar la coyuntura: Ya el ejecutivo anunció a modo de héroe la construcción de nuevas delegaciones y mejoras en las condiciones de la policía para lo que resta del año (plot twist: Esto es el resultado de un empréstito que llevaba años de estar cocinándose).
No pasa nada.
En seguridad cibernética tampoco pasa mucho… Dejamos de escuchar y leer sobre los ataques cibernéticos a entidades públicas y privadas. Luego de una noche oscurísima en el 2022 parece que los ciberdelincuentes nos han dado una tregua. Mágicamente.
No seamos ingenuos, hay otros temas más relevantes tomando la agenda mediática. La pregunta aquí es… ¿Qué estamos haciendo para proteger nuestras instituciones públicas y empresas en esta supuesta calma? ¿Qué acciones hemos tomado al respecto? ¿Cómo se están utilizando los fondos donados por el Gobierno de los Estados Unidos para el tema?
En economía tampoco pasa nada. El tipo de cambio sigue errático y los precios por las nubes.
Ya lo ha dicho hasta el cansancio mi socio Carlos Camacho sobre el tipo de cambio y la inflación, donde para variar, no pasa nada. En su última columna lo volvió a abordar: “Una vez más, soluciones diferidas mientras el país se cae a pedazos.”
Nos explicó las dolencias que trae el tipo de cambio para exportadores, importadores y el sector servicios. Para todos. Nos recordó que la gasolina bajó pero que esa baja no se refleja en los precios al consumidor.
Una situación en varios actos. Un tipo de cambio al alza, con cifras récord de 700 colones por dólar desató una carrera para subir todos los precios. Una inflación como la que hace mucho no veíamos… Un fenómeno mundial. Cierto.
El costo de vida resultó una bronca difícil de comer y seguimos con precios caros, con tasas de interés fuertísimas para los deudores, pero con titulares de buenas noticias… La inflación está dando una tregua, despacio, pero mejorando. ¡Cuidado! Una rápida búsqueda en internet nos muestra resultados espeluznantes.
Periodistas de verificación identificando variaciones en precios exorbitantes.
Quizás por diferencias metodológicas entre el comunicador y el ente encargado de medir la variabilidad de precios, el Instituto Nacional de Estadística y Censos. Por supuesto, es distinto el resultado si voy a comparar la galleta de mi preferencia, a cuando comparo la canasta de muestra del INEC. Pero lo preocupante aquí es que lleguemos a cuestionar el abordaje técnico de una institución que está llamada a ser apolítica y que, hasta entonces, no se había cuestionado.
¿Y en impuestos? ¡Nada! ¡No pasa nada! Como diría el cantante Manu Chao.
Mi última columna corría el riesgo de quedar inválida por la proactividad del Ministro de Hacienda, Nogui Acosta. Nogui prometió entregar el nuevo proyecto de Ley de impuesto sobre la renta para personas físicas en marzo y en mi columna “La oportunidad de su empresa cuando en el país no pasa nada” me aventuré a asegurar que no lo presentaría en los últimos días de marzo.
Me habría encantado estar equivocado, pero como no pasa nada, aquí estamos, en la última semana de abril sin proyecto de Ley, sin noticias al respecto y sin un panorama claro de la política fiscal de este gobierno, ya con un año en el poder.
Todo han sido especulaciones, titulares y citas en periódicos y televisoras en los que un día dicen A y en el siguiente dicen Z.
Esperábamos el proyecto de Ley para el mes de enero. No llegó. Lo prometieron para marzo. Acá seguimos esperando… ¿Una nueva fecha? Al menos ya ni siquiera nos la dicen.
No se equivoquen, no es que quiera más o nuevos impuestos. ¡Jamás! Lo que quiero es que usted y yo, que mis socios y los suyos, tengamos las reglas claras. Conozcamos a qué atenernos y podamos prepararnos para ello.
Pero en el Ministerio de Hacienda no pasa nada… Y lo poco que pasa, pasa a la velocidad de la tortuga.
¿El registro de beneficiarios últimos? Con prórroga para presentarse ante el Banco Central. ¿La declaración de sociedades inactivas? Un chiste que describe a Costa Rica. Nueva prórroga, nuevo formulario y seguimos en la fiesta. Mi socia, Lucía Vargas lo abordó la semana anterior en: “Una vez más, es hora de declarar su sociedad inactiva… ¿Será que ahora sí?”
Nos han movido una y otra vez la fecha. Nos han cambiado el formulario de declaración tres veces… Y aquí seguimos, con un 70% de las entidades sin declarar. Parece que en Costa Rica nada urge.
¿Los auditores? ¿Estarán preparados? ¿Tendrán un amplio manejo de la normativa que les toca aplicar o simplemente improvisarán? Ya estamos en años en que las fiscalizaciones de los primeros períodos post Ley de fortalecimiento de las finanzas públicas deberían pulular.
Tenemos un país con urgencia de dineros frescos y las fiscalizaciones, sería lo lógico, pueden ser buena fuente para ello, pero… ¿Será que lo logran? Sería interesante que un periodista, de esos que disfrutan los retos y los datos, empiece a analizar. Sin demeritar el trabajo de mis socios, de nuestro equipo de impuestos y el de los colegas en el mercado, ¿cuánto pierde el estado por errores de los auditores en procesos de fiscalización? ¿Con qué frecuencia la administración tributaria debe desistir de cobrar dineros debidos por errores procedimentales?
Pero no pasa nada, tranquilos… En Costa Rica no pasa nada.
Estamos por llegar al 8 de mayo. Al primer año de un gobierno que resultó un experimento en medio de una crisis de seguridad, con problemas de tipo de cambio y de inflación. Con un Ministerio de Hacienda inerte, irreflexivo… Con un país que aguanta por unos pocos – muchos – que nos levantamos a diario a trabajar y buscar que, por fin, pase algo. ¿Cuánto más estaremos así? Mientras tanto, aunque no pase nada, no descuide su empresa. Procure gestionar en medio de la incertidumbre y busque cómo generar inversión, generar riqueza y aportar, desde su trinchera para combatir el desempleo y la desigualdad social que nos lleva a la inseguridad. Cuente con nosotros para que pasen cosas, en Grupo Camacho Internacional podemos apoyarle.