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Lunes, 25 de noviembre de 2024



FORO DE LECTORES


Cuidado con el “hype” tecnológico, considere algunos asuntos antes de implementar cualquier tecnología

Carlos Morales Navarro [email protected] | Martes 01 octubre, 2024


Carlos Morales Navarro


Hace unos días, como cada mañana de día de por medio recibí la llamada de mi padre mientras yo iba manejando para la oficina.

A diferencia del usual saludo, ¿cómo estás? ¿qué tal va la semana? ¿qué me cuenta Carlitos?, ese día al contestar escuché al unísono:

- “¡Vamos a comprar una propiedad en el metaverso!” dijeron mi papá y mamá casi que en coro.

- “Pero si eso pasó de moda hace dos años,” no pude evitar responder yo.

Como los conozco, sabía que estaban bromeando, pero muchísimas otras personas no.

Mis padres, dos adultos de 65 años, profesionales del área de salud, pensionados que ahora dedican sus días entre hacer algo de agricultura, cuidar jardines o chinear nietos son la típica persona que evita ir con la última moda… Así son con asuntos de tecnología como el metaverso – o la adopción de celulares en su momento, o con la nueva marca de supermercados por suscripción. A ellos siempre los he visto esperarse a que otros prueben, para luego adoptar el cambio.

En la famosa curva de la adopción de la innovación de Rogers, esa que es una campana de distribución normal que divide la población que adoptará una nueva tecnología entre innovadores o entusiastas (el 2.5% de la población que adoptará el cambio), los visionarios o adoptadores tempranos (13.5% de la población), los pragmáticos o mayoría temprana (34%), los conservadores o mayoría tardía (otro 34%) y los escépticos o rezagados (el último 16% de la población que adoptará la tecnología), mis padres se ubican con frecuencia en el grupo conservador.

Estaban bromeando.

Mientras manejaban escucharon una noticia sobre las propiedades en el metaverso y eso dio pie a soportar la presa vehicular con una investigación ejecutada por mi madre en su celular. Para cuando hablamos ya conocían que la gente compra propiedades, crea sus propios avatares y vive vidas paralelas a través del metaverso. Conocían también de las posibilidades para tener juntas de trabajo en ese espacio virtual, visitar tiendas y comprar productos – virtuales o físicos a través del mundo digital.

También tenían claro, porque la noticia de la radio lo mencionó, que el metaverso ya había tenido una primera ola de moda y que, ahora, con menos presión pública, las compañías estaban desarrollando nuevas y mejores funcionalidades.

Luego me dijeron: “Bueno, entonces vamos a comprar bitcoins.”

- “¡De nuevo! También pasó un poco la moda,” les dije… “pero igual, hay que tener mucho cuidado.”

- ¿Entonces, qué es lo que está de moda ahora? ¿La “ei-ai”?

preguntó mi papá, enfatizando en cómo la gente llama a la inteligencia artificial por sus siglas en inglés.

La conversación inusual saltó del metaverso a las criptomonedas, luego a la inteligencia artificial y de vuelta a la explicación sobre cómo se compra cripto y los riesgos que implica.

Hablamos de eso unas horas antes de que me topara en un noticiero de medio día, una nota sobre cómo la adopción de las monedas virtuales y descentralizadas (bitcoins u otras) ha crecido en el país y los riesgos que una mala inversión implica.

La conversación con mis padres me dejó tranquilo.

En temas de tecnología e inversiones lo mejor que puedo esperar es que pregunten, así tienen un marco referencial propio para cuando los bombardean publicitariamente a través de internet y redes sociales.

Pero a la vez, ese intercambio me recordó algunos hallazgos sobre tecnología que vale la pena destacar.

En HLB, la red global de firmas a las que pertenece Grupo Camacho Internacional, trabajamos cada año en una encuesta de líderes de negocios y sus resultados llevan el pulso a las tecnologías que consideran relevantes los empresarios.

Para el reporte del 2024, la tecnología ganadora fue, por supuesto, la inteligencia artificial.

Un 65% de las respuestas la colocaron como de gran relevancia. Cuatro años antes, en el 2020 – y en plena pandemia, el porcentaje era de 49%.

En segundo lugar, se ubicó la computación en la nube (50% en el 2024 y 48% en el 2020) y en el tercer puesto, las energías renovables con un 39% en el 2024 versus un 40% en la encuesta del 2023, que fue cuando se incluyó esa tecnología en la pregunta.

El cuarto puesto en relevancia lo ostenta la automatización robótica de procesos con un 32% en el 2024 (era un 29% en el 2020).

Mientras que, para el 2024 el quinto puesto está empatado por el internet de las cosas y el machine learning con un 30%. Esas tecnologías tuvieron un 23% en el 2020 y un 20% en el 2021 respectivamente.

La encuesta también nos permite analizar cómo el “hype” o moda tecnológica varía a lo largo del tiempo. Una combinación entre interés de los medios de comunicación por el tema, los movimientos del mercado y las velocidades de avance tiene que ver con ello.

Así, en el 2020 la cadena de bloques o blockchain – donde se incluyen, por ejemplo, las criptomonedas, tenía un 23% de relevancia. Para el 2024 esa relevancia había disminuido a un 15%.

Caso contrario con la ya comentada inteligencia artificial, que vivió un brinco de 16 puntos porcentuales entre el 2020 y el 2024.

Ese “hype” – o más bien, la falta de “hype” también se demuestra en otras tecnologías menos “sexys” para la mayoría de la población como los combustibles de hidrógeno, la genómica o la biométrica. Las tres áreas de estudio de altísima relevancia para el desarrollo humano.

Y es que el “hype” o boom tecnológico es algo ya bastante estudiado.

El trinomio compuesto por un arrastre de mercados o bolsa de valores, una alta atención mediática y un impulso o uso generalizado impacta el nivel de velocidad de la adopción tecnológica y, por ende, la velocidad del desarrollo. El “hype” incluso es, en parte, el motivo de que junto a avances tecnológicos aparezcan situaciones fraudulentas.

Este “hype” a su vez, podría hacerle a usted, como individuo o empresario tomar decisiones tecnológicas que son poco adecuadas para su compañía o para su patrimonio.

El boom ha sido estudiado por Gartner, mundialmente conocida por sus múltiples matrices y modelos para diferentes temas. El ciclo de “hype” tecnológico permite tomar decisiones educadas sobre tecnologías emergentes para su industria y según su nivel de riesgo.

El boom se representa gráficamente en algo semejante a un electrocardiograma.

Se trata de una curva casi vertical que lleva hasta el pico de expectativas infladas para la tecnología en estudio, seguida por un descenso profundísimo, conocido como el punto de desilusión y una recuperación más comedida que tiende a horizontalizarse luego del crecimiento, para finalmente mantener una leve tendencia de crecimiento a lo largo del tiempo.

Esa horizontalidad con leve tendencia a crecimiento es conocida como la meseta de productividad y es, quizás el momento en que surgen las más brillantes aplicaciones para la – ya no tan nueva – tecnología.

Volviendo a mis padres, conversábamos que el metaverso ya había pasado ese pico de expectativas infladas y también había sucumbido hacia el punto de desilusión, como muchas otras tecnologías como los NFTs, por ejemplo. Es ahora para el metaverso, sin la presión generada por el “hype” que probablemente empiecen a surgir aplicaciones adecuadas para los mundos virtuales, y de mucha mayor utilidad para una buena parte de la población.

Recuerdo aún cómo hace un par de años, un amigo de toda la vida tenía juntas de trabajo en el metaverso, pues el bufete en que trabaja era un arduo adoptador de la última tecnología. Tengo pendiente escribirle para ver si siguen utilizando su espacio virtual ahora que pasó la moda.

Ahora estamos en el momento de la inteligencia artificial, que se encuentra en un boom cercano a su pico de expectativas y habrá que ver cómo evoluciona en el tiempo.

En cuanto a la adopción de tecnología, todo está en su apetito por lo nuevo y cuán dispuesto está a tomar riesgos de adopción. Como le mencioné a mis queridos padres en nuestra conversación, lo importante es saber en qué se está metiendo uno, sus ventajas y cómo le sacará provecho.

Lo nuevo, por más que brille como el oro, se debe adoptar no por ser nuevo o por ser brillante, sino porque es conveniente para el negocio. Preste atención a la computación en la nube, la robótica y automatización y el aprendizaje de las máquinas. Tres tecnologías que, sin el “hype” que rodea a la inteligencia artificial son propulsoras de esta y de las aplicaciones que podría tener para su empresa.

En Grupo Camacho Internacional y HLB Digital estamos a sus órdenes para diagnosticar, evaluar e identificar implementaciones tecnológicas en su negocio.







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