¿Cuál debe ser el rol de la banca en la economía post Bicentenario?
Ronny Gudiño [email protected] | Viernes 17 septiembre, 2021 01:12 p. m.
Incentivar la producción a través del otorgamiento de préstamos, ojalá a condiciones favorables para los clientes, es una función ya estipulada por los bancos para el bienestar de cualquier país, pero en el caso de nuestro país, parece existir claridad de que con eso no basta.
En el foro de LA REPÚBLICA: Costa Rica del Bicentenario, un análisis de nuestra economía, el cual fue moderado por Shirley Saborío, Vicepresidente del Consejo de Promoción de la Competitividad, el rol de la banca en Costa Rica fue abordado por Francisco Gamboa, director de Relaciones Institucionales del Banco Nacional.
"Es una banca de los indicadores de rentabilidad de los más bajos en América Latina, debido a que la estructura del país es de las más competitivas del país, tiene al menos cinco grandes retos para maximizar el impacto positivo", contextualizó Gamboa.
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Entre esos retos se puede identificar la transformación digital, el prestar la mayor cantidad de servicios digitalmente para el bienestar de las personas en sus experiencias con su respectiva entidad; pero esto no debe verse truncado por una aplicación a medias, es decir, en que en algún momento de algún trámite, no pueda recurrirse a lo digital para culminar algún proceso.
La pandemia de la Covid-19 ha empujado esto último, como también debería empujar a que se tenga como norte la reactivación y el empleo.
¿De qué manera puede aportar la banca? A través de otorgamiento de crédito y servicios no financieros, cómo debe ser la asesoría al sector productivo.
Cita el ejemplo del banco que representa, donde alrededor de un 43% de su cartera está colocada en mipymes, y si se suman a las grandes empresas, dos terceras partes de su cartera está en el sector productivo, demostrando que el apoyo a estos empresarios nunca debe ser despreciado en cualquier estrategia.
“Cerca de un 30% de la cartera está en vivienda, un 12% en consumo, y el 58% restante en las distintas actividades productivas. Por eso, sin duda alguna, el papel no es otorgar el préstamo para luego desentenderse y verlo al cliente solo cuando me pague la mensualidad, sino que cada vez más se le debe prestar servicios no financieros”, comentó Gamboa.
Tiene que ser una banca comprometida con la sostenibilidad a nivel económico, ambiental y social, siendo esta otra de las prioridades para el sistema financiero a nivel global.
¿Cómo velar por esa sostenibilidad? Pues adoptando estándares para la medición de los impactos ambientales de los proyectos a los cuales se le otorga crédito, ofrecer cada vez más una gama de servicios y productos que se dirijan en ese camino, y reportar transparentemente sus acciones en esos ámbitos, consideró.
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En línea con la transparencia, esa debe ser la línea que los rija, sugirió.
Por último, las entidades deben ejecutar de forma consciente programas de educación financiera, para culturizar a sus clientes en un consumo responsable, mejores prácticas de endeudamiento, ahorro, manejo de seguros y pensiones, entre otros.