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Miércoles, 27 de noviembre de 2024



INVERSIONISTA


Crisis e intervencionismo en el mercado financiero

| Lunes 27 octubre, 2008




Crisis e intervencionismo en el mercado financiero

Randall Castro
Economista
Grupo CFS

Debemos ser comedidos a la hora de repartir culpas; la crisis actual tiene orígenes y detonantes que van desde lo más absurdo hasta lo más complicado. En este escenario es importante sopesar una gran cantidad de variables antes de señalar a cualquier actor del mercado, aunque probablemente pocos estén libres de alguna culpa. Debemos ser cuidadosos sobre todo, si las declaraciones que hacemos tienen matices más de ideología política que de rigurosidad técnica. Tal es el caso, me parece a mí, de una buena parte de los comentarios que he leído y escuchado.
No critico sus propuestas ideológicas, no viene al caso, sino el análisis realizado y casi forzado que han utilizado para poder vincular las razones y resultados de la crisis con una necesidad de políticas intervencionistas y de nacionalización. Estas invitaciones a la intervención desmedida denotan una visión corta de lo que en realidad está pasando y hacia donde nos estamos moviendo. De seguir sus propuestas la cura podría ser peor que la enfermedad.
Hay que ser claros y reconocer que la mayoría de los agentes privados involucrados han tenido una actitud codiciosa y desmedida que rompió sus propios límites, y terminó por desencadenar una crisis en la que se vieron perjudicados todos. No supieron cuantificar o ignoraron los riesgos asociados a las acciones que estaban tomando. Sin embargo, la responsabilidad recae también en las políticas públicas adoptadas desde antes del año 2000 y que se ampliaron después de 2001. No solo la política de bajas tasas de interés sino la intervención en el mercado de créditos inmobiliarios por medio de la garantización de gigantes hipotecarios que llenaron el mercado de distorsiones y que sumados a una regulación permisiva generaron que no solo se inflara una burbuja en el mercado de los inmuebles sino que también se crearon los mecanismos de transmisión hacia otros mercados mediante instrumentos financieros poco regulados con subyacentes y características que dejan aún mucho en qué pensar y de donde van a salir probablemente muchos culpables que tendrán que pagar el precio de un mal accionar.
La solución, por lo tanto, no está en desarrollar políticas intervencionistas, sino más bien en eliminar las distorsiones generadas por las intervenciones excesivas pasadas, cuestionar y sancionar a los agentes privados que actuaron en contra de los principios de rigurosidad ética y técnica que deben regir al mercado financiero. Una vez ahí, con la lección aprendida, es importante reformular los esquemas de regulación en exceso flexibles para migrar hacia un modelo en donde la regulación exija tanto como sea necesario.






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