Costa Rica nunca remontó un partido oficial bajo la dirección de Óscar Ramírez
Walter Herrera [email protected] | Miércoles 20 junio, 2018
La Selección Nacional de Costa Rica deberá puntuar ante Brasil si no desea ser eliminado prematuramente del Mundial Rusia 2018.
Ante esto, el técnico Óscar Ramírez deberá realizar un planteamiento inteligente para evitar que el primer gol que se registre en el partido sea de los brasileños.
Una anotación de Brasil en el duelo de este viernes por el Grupo E ante San Petersburgo sería fatídica.
La Tricolor nunca remontó un encuentro en partido oficial bajo la tutela de Óscar Ramírez en el banquillo patrio.
En 30 encuentros oficiales que suma el seleccionador, en todos los que comenzó perdiendo, lo más que consiguió fue salvar un punto al conseguir un empate, el resto los terminó sin gloria.
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La única vez que lo consiguió fue en un encuentro amistoso en San José en juego de preparación para la Copa América ante Venezuela.
En esa ocasión, en 2016, la Tricolor comenzó perdiendo 1-0 tras anotación de Salomón Rondón.
Después, Costa Rica sacaría la honra en el Estadio Nacional para darle vuelta a la pizarra con tantos de Cristian Gamboa y Ariel Rodríguez.
Después de esa ocasión, las remontadas fueron una utopía.
Fue así como jugar al filo de la navaja, buscando la victoria por la mínima con un planteamiento tímido, dictó sentencia en contra de la Tricolor que no se pudo reponer de un 1-0 para finalmente caer ante Serbia el domingo anterior.
La “joyita” que le anotó Aleksandar Kolarov a la Tricolor a los 56 minutos fue la condena en el debut de Costa Rica en el Mundial.
Y es que desde que Óscar Ramírez asumió la dirección técnica de la Selección en agosto de 2015, nunca fue capaz de mover sus fichas de la manera adecuada para revertir una situación anómala.
La reacción desde el banquillo ha sido pobre bajo el mandato del “Machillo”.
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Las dos primeras variantes en el encuentro ante Serbia fueron ejemplo de lo que refleja la mentalidad del seleccionador nacional, cambiando jugador por jugador, al sacar a Johan Venegas e ingresar a Christian Bolaños y posteriormente sustituir a Marco Ureña por Joel Campbell.
Luego apostó por un delantero como Daniel Colindres y varió su esquema al sacar a su único volante de contención (David Guzmán). Aunque lo hizo solamente durante los últimos 18 minutos de juego.
La timidez de Óscar Ramírez ayudó a sentenciar el partido más “ganable” de los tres que jugaría la Tricolor.
Sobre la mesa Costa Rica llegaba mejor posicionada en el ranking FIFA y terminó cayendo por la mínima, sin oportunidades claras de doblegar a su rival y tenderlo en la cancha en Samara.