¡Con paciencia franciscana!
Gaetano Pandolfo [email protected] | Lunes 26 agosto, 2019
El campeonato de fútbol costarricense es una fábrica de desecho de talentos; las jóvenes promesas se pierden por decenas ante la falta de oportunidades.
Desmotivados, varios optan por el retiro temprano, a otros les cuesta muchísimo asimilar, pero sobre todo aceptar, ser cedidos en préstamos que negocian sus patronos de clubes grandes a otros pequeños, para que “tengan minutos de acción”.
Muchos se resignan a calentar bancas en los clubes económicamente fuertes para asegurar el buen salario.
Son muchos los talentos de nuestro campeonato que deambulan de club en club, con las esperanzas rotas.
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Pienso, por ejemplo, en Bryan Jiménez, el popular “Brayitan” de Liga Deportiva Alajuelense, calificado como el centro delantero del futuro manudo hace apenas tres temporadas, hoy escondido y casi sin jugar en el equipo de Guadalupe, con solo 23 años de edad.
Pocos sobreviven a este tsunami del desperdicio de talentos y el ejemplo más evidente de tolerancia, paciencia y superación lo carga sobre sus anotaciones el joven Francisco Rodríguez, hoy delantero centro titular del Herediano.
Saltos y brincos
2013 | Alajuelense-Carmelita |
2014 | Carmelita-Alajuelense |
2016 | Alajuelense-Universidad |
2017 | Libre |
2017 | Herediano |
2017 | Herediano-Diriangén |
2017 | Diriangén-Herediano |
2018 | Herediano-Universidad y regreso |
2018 | Herediano-Santos y regreso |
2018 | Herediano-Universidad |
2019 | Universidad-Herediano |
Cuando “Chico”, “Pancho”, “Macho” o Francisco Rodríguez tenía 20 años, se forma en las divisiones menores del Alajuelense y en la temporada 2013-14, recibió su primer pasaporte como “prestado”, algo que con el tiempo se hizo común en su carrera.
El joven Rodríguez es uno de los futbolistas “más prestados” en la historia de nuestros campeonatos, y solo una actitud férrea y una disciplina de hierro le permitió no sucumbir en combate.
La Liga lo prestó a la U-20 de Carmelita, que un año después lo regresó al León.
El joven goleador no tuvo los minutos necesarios para consolidarse, afianzarse, tomar ritmo y confianza, todo eso y mucho más que finalmente le concedió Jafet Soto hoy en el Herediano.
Jugando “ratitos”, entrando y saliendo de cambio, “Chico” estuvo un par de campañas en la Liga, que en el 2016 lo cedió en préstamo a la Universidad.
La grandeza y el equilibrio emocional de este joven artillero empieza a forjarse con este nuevo traspaso, porque la vida futbolera lo trata como un “ponchimbol” y lo tira de aquí para allá y de allá para acá, en una trayectoria quebrada que parece no tener ningún sentido y mucho menos futuro.
La UCR lo devuelve al Alajuelense y en el 2017 los “scouts” y “visores” manudos lo dejan libre.
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Lo firma el Herediano y don Francisco se alegra; alegrón de burro, porque el Team lo manda “prestado” al Diriangén de Nicaragua.
¡Vaya cambio, con todo respeto para el club pinolero!
De centro delantero del futuro del Alajuelense a ariete del Diriangén de Nicaragua, pero este joven no se doblegó.
Lo vuelve a llamar el Team, pero apenas pasó al Rosabal Cordero a saludar a sus “cuates”.
Se probaba el uniforme rojiamarillo cuando le avisaron que sería “prestado” de nuevo a la Universidad, que apenas termina la temporada “lo devuelve” al Team, pero éste, a su vez, lo cede en préstamo al Santos de Guápiles.
Los guapileños se lo regresan al Herediano y el Herediano lo presta a la Universidad, todo este trajín volvería loco a cualquier futbolista en menos de un año.
Finalmente, arranca la pretemporada para el Apertura 2019 y Francisco Rodríguez vuelve a casa, Jafet Soto lo firma, lo amarra, lo orienta, le da el número 9 en la camiseta del “Macho” y el resto es corta historia.
Titular en las primeras siete fechas del torneo, formó binomio con José Guillermo Ortiz, hoy luciéndose en el Millonarios de Colombia y ahora lidera el ataque del Team, en compañía de Alberth Villalobos y los mexicanos Aldo Magaña y Bryan Rubio.
Paciencia franciscana la del joven Francisco, ejemplo para muchos de su generación; confianza, perseverancia, actitud.
El 9 del Herediano es merecedor de todos los premios que se le avecinan.