¿Cómo funcionan los organismos vivos?
Alberto Salom Echeverría [email protected] | Martes 11 mayo, 2021
Advierto que no soy biólogo, eso lo sabe todo el que me conoce, y no quiero pasar por “sabelotodo”. Sin embargo, no resisto la tentación de conversar sobre el tema que he propuesto, por un par de razones: la primera consiste en que el tema es inquietante y espero poder demostrarlo; la segunda es porque acaba de morir un biólogo de renombre llamado Humberto Maturana, a quien tuvimos en la Universidad Nacional, junto a la también científica Ximena Dávila, hace unos pocos años dando conferencias y amigándonos, alrededor del tema del “funcionamiento de los organismos vivos” desde una perspectiva biológica y sobre todo, en esa ocasión conversamos sobre el tema del “diálogo de saberes.”
Algunas de las más célebres investigaciones de Humberto Maturana, Doctor en filosofía y biólogo, datan de cincuenta años atrás. En el curso de estas, se encuentra con un exalumno suyo, Francisco Varela, junto con el cual elaboraron un concepto, cuyos alcances penetran también en el campo de la filosofía que se conoce como “autopoiesis.” Neologismo proveniente del griego, que quiere decir creación a sí mismo. Es decir, capacidad de un organismo vivo de reproducirse y mantenerse a sí mismo, o química de auto mantenimiento de las células vivas.
Con el tiempo, reconoce que era necesario hablar de “auto poiesis molecular”, porque lo esencial que es la interrelación entre las moléculas en la propia célula, que propende a un equilibrio homeostático “permanente”, quedaba oculto. Este aporte, reconoce Maturana mostrando así su humildad intelectual, lo hizo Ximena Dávila.
Antes de proseguir, debo advertir que trataré de establecer la interrelación que estudian Maturana y Varela en tres órdenes o niveles diferentes de los organismos vivos, estos son: el nivel de los organismos simples, el nivel complejo y el tercero es el de los sistemas sociales. Desde su perspectiva, en los tres niveles opera la dinámica de interrelación autónoma entre moléculas, que es lo que llaman “autopoiesis”, y después “autopoiesis molecular.”
Como legos en la materia, para la mayoría de nosotros en la UNA, resultó una experiencia extraordinariamente estimulante poder incursionar de la mano de grandes científicos, en el mundo microscópico y casi insondable del modo como se interrelacionan las moléculas generando en su intercambio constante, vida. Más interesante aún debe haber resultado la experiencia para aquellas personas de nuestra universidad, especializadas en química, física, biología, y probablemente para aquellos de nuestros académicos que trabajan sobre filosofía de la ciencia.
Formación de organismos simples. ¿Cómo se interrelacionan las moléculas? Lo primero que he tratado de entender es que los organismos vivos, aunque están compuestos de variedades limitadas de átomos, la variedad de moléculas en cambio es enorme, gracias a que el elemento central de ellas es el carbono. El carbono es un elemento que tiene la peculiaridad para formar compuestos y cadenas, debido a que es capaz de interaccionar con el hidrógeno y el oxígeno mínimamente, pero a su vez con otra gran cantidad de elementos. Estos tres elementos junto al nitrógeno intercambian átomos, lo que permite formar enlaces entre ellos, siendo los elementos más comunes en los organismos vivos. Un ejemplo es cuando un átomo de carbono y otro de oxígeno se enlazan para formar el etanol; cuando se lo soluciona en agua puede usarse como un disolvente, y da lugar a las bebidas alcohólicas. Mientras tanto, al combinarse los átomos de carbono con oxígeno y nitrógeno son la base de la vida. (Peña, Antonio. “¿Cómo funciona una célula?: Fisiología Celular”. 3 era. ed. México: FCE, SEP, CONACyT,2009).
El proceso de intercambio molecular, por medio de los átomos que las conforman compartiendo electrones, de seguro es bastante más complejo que lo descrito aquí. Tan solo me he propuesto dar una idea simple del proceso de auto creación y auto reproducción de la vida o “auto poiesis molecular” de la que nos hablan Maturana y Varela. ¿Qué es lo particular en la propuesta de ellos? Su particularidad consiste en que, para los autores son sistemas que poseen una red de procesos, con capacidad tanto para crear como para destruir elementos del mismo sistema en organismos vivos, para defenderse o reaccionar frente a perturbaciones del medio. Puesto que los sistemas “auto poiéticos moleculares”, tienen la capacidad tanto para destruir como para crear elementos distorsionantes o perturbadores dentro del sistema, se puede explicar a partir de ellos tanto la vida como la muerte.
Formación de organismos complejos. Adicionalmente, diremos con Maturana y Varela que la asociación molecular en múltiples procesos procrea organismos complejos, conformados por moléculas más grandes (como las proteínas o los ácidos nucleicos), que al unirse forman unos complejos llamados “supramacromoleculares”; un ejemplo de ellos son los virus. De allí se siguen organizaciones todavía más complejas, “verdaderas obras de arte de la naturaleza” las llama el Dr. Peña, que unen cantidades monumentales de moléculas, con muy complicados mecanismos de funcionamiento y estructura; conformémonos por ahora con saber que se les llama “organelos celulares”. (Cfr. Ibidem)
Recapitulación y formación de sistemas sociales. Como creemos haber dejado claro, la “auto poiesis” es un mecanismo que radica en los seres vivos, pero en diferentes grados: en primer grado se refiere a los organismos moleculares, pero en ello se fundamentan los autores para hablar de “auto poiesis” de segundo orden, cuando está referida a organismos más complejos que son los multicelulares. Y, finalmente se acuñó el término para sistemas sociales, pero solamente en la medida en que están constituidos por seres vivos (dicen Maturana y Varela) y no por máquinas (como propone Niklas Luhmann). Extraemos de Maturana y Varela la siguiente cita explicativa de lo anterior: “Una máquina autopoiética, es una máquina organizada como un proceso de sistemas de producción de componentes concatenados de tal manera que producen (y que…): 1) generan los procesos (relaciones) de producción que los producen a través de sus continuas interacciones y transformaciones, y 2) constituyen a la máquina como una unidad en el espacio físico.” O sea, como lo hemos venido insistiendo, “auto poiesis” es una dinámica de autoorganización molecular, pero que, agregan ahora puede emplearse como un concepto aplicado en el modo de funcionar de los sistemas sociales, puesto que estos están compuestos por organismos vivos super complejos: los seres humanos. (Maturana, H. y Varela, F. “De máquinas y seres vivos”. Ed. Universitaria, Santiago 1995.)
En el caso de los sistemas sociales, el elemento básico de su funcionamiento lo constituyen “los seres vivos”, por lo consiguiente los seres humanos. Ninguno de ellos individualmente considerados determina el sistema. Sin embargo, todos son imprescindibles al mismo. No ignoro las críticas existentes, al interesante planteo de Maturana y Varela (cfr. véase al efecto, Gilbert-Galassi, J y Correa, B. “La Teoría de la Autopoiesis y su Aplicación en las Ciencias Sociales. El Caso de la Interacción Social.” Revista, Epistemología de Ciencias Sociales, Universidad de Chile.) No obstante, de aquí nace también el planteamiento acerca del “Diálogo de Saberes”, muy convergente con la teoría del educador y pedagogo brasileño, Paulo Freire. Esta última teoría, abre a su vez el camino para desarrollar la postura sobre “la otredad” o la “alteridad”, que implica el reconocimiento siempre inclusivo de los otros; en otras palabras, el derecho de cada ser humano a tener voz y no ser objeto de discriminación, cualquiera que sea su condición étnica, social o política en la sociedad.
Dr. Alberto Salom Echeverría. / [email protected]