Dispositivos pagarían ¢1.000 en nuevos tributos, según proyecto de ley
Cobro de impuestos a vapeadores enfrenta a Salud e industriales
Medida sería injusta y desequilibrada, según Enrique Egloff, presidente de la Cámara de Industrias
Karla Barquero [email protected] | Miércoles 04 marzo, 2020
Quienes utilizan vapeadores o cigarrillos electrónicos se verían afectados por la eventual prohibición de usar estos dispositivos en espacios públicos, además de pagar nuevos impuestos, si es que prospera un proyecto de ley que impulsa el Ministerio de Salud y la Caja, entre otras instituciones.
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La propuesta es rechazada por la supuesta falta de claridad y el encarecimiento innecesario de la actividad, según la Cámara de Industrias, que pidió a los diputados rechazar por completo la iniciativa.
Y es que esta establece un impuesto de ¢1.000 sobre la importación o fabricación por cada dispositivo de Sistema Electrónico de Administración de Nicotina y cualquier otro sistema similar, aunque sea sin nicotina.
El tributo también se cobraría por cada líquido o envase de vapeo.
“Eso sería como poner un impuesto a las botellas de vidrio para reducir el consumo de algunas bebidas”, dijo Enrique Egloff, presidente de la Cámara de Industrias, en la carta enviada a la Comisión de Asuntos Sociales.
El impuesto que se plantea sería a beneficio de la Caja y se utilizaría para la compra de medicamentos relacionados con los padecimientos que origina el tabaco.
Pese a que lo recaudado serviría para atender las necesidades de salud del país, la Cámara lo objeta, al considerar que ya esa industria cuenta con impuestos, con tarifas de ¢20 por cigarrillo y cuyos recursos están siendo destinados en un 55% a la Caja.
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“Consideramos que es injusto, desequilibrado e irrazonable la acción de cargar con tributos adicionales a las empresas, siendo que el aparato productivo, y en particular la industria tabacalera, se encuentra altamente gravado en perjuicio de su competitividad”, considera Egloff.
Además, la creación de nuevos impuestos a la industria incentivaría el contrabando y el comercio ilícito.
Por ejemplo, con la entrada en vigencia de la ley de control de tabaco aumentó el contrabando de cigarrillos hasta en un 16%, dejando pérdidas al Estado por más de $26 millones anuales, según el estudio Comercio Ilícito de Cigarrillos en Centroamérica, de Cid Gallup.
Otro punto es que la propuesta incluye las mismas limitaciones al tabaco, pero no la excepción de su uso en espacios abiertos, en los que se podría fumar pero no vapear.
Es decir, en las empresas que cuentan con áreas de fumado, quienes vapean no podrán hacer uso de esos espacios, sino que tendrían que salir por completo de su trabajo.
La regulación no debe catalogar al vapeo como el tabaco y debe procurar un equilibrio entre el interés público y la libre elección del consumidor, solicitó la Asociación de Distribuidores, Empresarios y Vapeadores de Costa Rica.
"El consumidor tiene derecho a la elección y no a una carga impositiva sin ningún principio de razonabilidad y proporcionalidad", añadió esa Asociación.
A favor de la iniciativa
Regular el uso de los vapeadores es fundamental, si se considera que ya hay evidencia
científica sobre los riesgos a la salud, según el Ministerio de Salud, la Caja y el Instituto de Alcoholismo
y Farmacodependencia.
Estas son algunas de sus consecuencias:
- Aumento de enfermedad respiratoria severa
- Aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial
- Desarrollo de síntomas respiratorios
- Dificultad para respirar
- Dolor de cabeza
- Dolor de pecho
- Irritación de garganta y boca
- Insuficiencia renal
- Náuseas
- Niveles bajos de sodio
- Reducción de la función inmune pulmonar
- Síntomas gastrointestinales
- Tos seca
- Vómitos