Cierre de brechas, la apuesta de APM Terminals por un Limón sostenible

El cierre de las brechas que existen en la sociedad es en lo que trabaja la empresa APM Terminals en procura de un Limón más sostenible.

Con ese enfoque, su programa de responsabilidad social corporativa se centra en atender los rezagos más marcados de la comunidad para ayudarla a superarlos y enrumbarla hacia un futuro más equitativo.

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La apuesta es incidir para que las mujeres tengan mayores oportunidades laborales y de educación, las niñas se interesen por carreras no tradicionales, los menores cuenten con facilidades tecnológicas y de conexión y la comunidad en general cree empleos y actividades productivas a partir de la conservación de la naturaleza.

Para ello se basa en la triple utilidad, un concepto que estimula la educación, la conservación del ambiente y las capacidades de la población para promover un desarrollo integral.

De esta manera se refuerza el conocimiento y las destrezas de las personas más vulnerables para empoderarlas y dirigirlas hacia actividades productivas mejor remuneradas que las lleven hacia un cambio de paradigma.

Todo en el marco de alianzas entre los sectores público y privado y el acompañamiento del voluntariado, comentó Tammy Spencer, encargada del Departamento de Responsabilidad Social Corporativa de APM Terminals.

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El equipamiento tecnológico de los estudiantes de la escuela de Moín es el primer caso de éxito dentro de este concepto corporativo.

Con el respaldo de la fundación Quirós Tanzi y el Ministerio de Educación Pública se le entregó una computadora a cada menor que fue el origen de programas de robótica y tecnología para orientarlos hacia las profesiones del futuro.

Esta iniciativa atiende las brechas en educativa y tecnológica que sufrían los alumnos de esta pequeña comunidad ubicada en el entorno más próximo a la terminal portuaria.

La formación incluye talleres para madres e hijas encauzados a avivar en las menores el deseo hacia profesiones con gran potencial, como las STEM, e incidir en que las madres les refuercen en sus hogares el rol de que sí pueden.

“Esta es una manera de fomentar habilidades blandas y habilidades STEM en las estudiantes y de reducir la brecha tecnológica y de género en las nuevas generaciones”, enfatizó Spencer.

La protección del ambiente es, al mismo tiempo, una oportunidad que ha encontrado el operador portuario y las empresas aliadas para atender la brecha económica.

Y es que, lo que empezó como una medida de compensación ambiental por la construcción de la TCM, es hoy es uno de los programas de conservación de tortugas baula más grandes de Costa Rica, con potencial de convertirse en un negocio social y turístico.

Es por esta razón que APM Terminals decidió no sólo extender el programa más allá de 2018 –como estaba estipulado por contrato– sino que además trasladar el conocimiento a los vecinos para que vinculen con el Programa de Conservación de Tortugas y le saquen provecho comercial a través del voluntarismo.

“Esto es una actividad en que la gente viene a hacer voluntariado o de turista y paga por la estadía en el lugar, creando la necesidad de cabinas, restaurantes, ventas de souvenir y, a la vez, estimula otras actividades como la visita a los canales del Tortuguero o al arrecife artificial”, dijo Responsabilidad Social Corporativa de APM Terminals.

La capacitación de emprendedores limonenses en alianza con la Embajada de los Estados Unidos y la firma Lumi Consulting, es otra forma en que el operador portuario brinda una mano a la población caribeña para apoyarla en la reactivación económica.

En este momento hay 70 pequeños empresarios en talleres que les ayuden a articularlos y formalizarlos y les generen habilidades para que potencien su emprendimiento. Este proyecto, que inició en noviembre pasado, cerrará en mayo con una feria “Hecho en Limón”, cuya característica principal será un sello que certificará que los productos fueron hechos con manos locales.

APM Terminals inició operaciones en Limón en febrero de 2019, para modernizar la operación portuaria en el caribe nacional, por donde se trasiega la mayoría de la carga internacional del país.